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Colorante índigo



El colorante índigo es una tintura de color azul (ver índigo). El compuesto químico constituyente del índigo es la indigotina.[1]

En la antigüedad el colorante natural índigo se extraía de diversas especies de plantas, como también de especies animales como el caracol Hexaplex trunculus, pero actualmente gran parte de los colorantes índigo se producen por medio de síntesis química.[2]

Además de otros usos, el índigo se industrializa para producir la tela denim con la que se confeccionan jeans azules. La forma de índigo usada en alimentación es llamada "indigotina", y está listada en EE. UU. como FD&C Blue N.º 2, y en la Unión Europea como Número E: E132.[3]

Algunas especies de plantas, incluyendo la Isatis tinctoria, han sido fuentes de índigo a través de la historia, la mayoría del índigo natural se obtiene de especies del género Indigofera, nativo de los trópicos. En climas templados el índigo puede obtenerse de Isatis tinctoria y de Polygonum tinctorum, aunque las especies de Indigofera rinden más tintura. La especie comercial de índigo en Asia fue Indigofera tinctoria el índigo primigenio llamado Indigofera sumatrana). En Centro y Sudamérica las dos especies Indigofera suffruticosa (añil) y Indigofera arrecta (índigo de Natal) fueron los más importantes.[2]

El "índigo natural" fue la única fuente del tinte hasta 1900. Sin embargo, rápidamente el índigo sintético reemplazó por completo al natural, y hoy casi todo el índigo se produce vía síntesis.

En EE. UU., el uso primario del índigo, es como tinte para ropa de trabajo de algodón y blue jeans. Más de 1000 millones de pares de jeans en todo el mundo se tiñen con índigo azul. Por muchos años, el índigo fue usado para dar el tono "azul naval profundo" a la lana.

El índigo no se fija con firmeza a la fibra, por lo que los lavados sucesivos pueden ir lentamente quitando el tinte.[4]

Además, el índigo se usa como colorante alimentario, y está listado en EE. UU. como FD&C Blue N.º 2. El specification FD&C Blue N.º 2 incluye tres sustancias, de las cuales la mejor es la sal sódica de Indigotindisulfonato.

El indigotinesulfonato se usa también como tinte en pruebas de la función renal, como reactivo en detectar nitratos y cloratos, y en el testeo de leche.

El índigo es uno de los más antiguos tintes usados en la industria textil y en las imprentas. Muchos países asiáticos, como India, China, Japón, han usado el índigo como tintura por siglos. También era conocido en antiguas civilizaciones de la Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, Bretaña prehistórica, Mesoamérica, Perú, Irán y África.[5]

Se cree que India es el más antiguo centro de tintura con índigo del Viejo Mundo. India ya suministraba índigo a Europa en la era Greco-Romana. La asociación de India con el índigo se refleja en la palabra griega para tintura, que era indikon. Los romanos usaban el término indicum, pasando a la lengua itálica y eventualmente al español con indigo.[2]

En la Mesopotamia, una tablilla neobabilónica en escritura cuneiforme del s. VII a. C., da una receta para teñir lana, donde la lana coloreada con lapislázuli (uqnatu) se producía por inmersiones repetidas y aireando la prenda. El índigo probablemente se importaba de la India.[5]

Los romanos usaban índigo como pigmento de pintura, para uso medicinal y cosmético. Era un ítem de lujo importado a la región del Mediterráneo desde India por mercaderes árabes.

El índigo siguió siendo una materia prima rara en Europa durante toda la Edad Media. El "woad" o glastum, un tinte químicamente idéntico, derivado de la planta Isatis tinctoria (Brassicaceae), se usaba en su reemplazo.

A fines del s. XV, el explorador portugués Vasco da Gama descubre una ruta marina a la India. Así se establece un comercio directo con el Medio Oriente, las islas de las Especias, China y Japón. Los importadores ahora podían evitar los pesados impuestos y gabelas impuestos por Persia, Levante, Grecia, y las distancias y peligrosidad de las rutas terrestres. Consecuentemente, la importación y uso del índigo en Europa creció significativamente. La mayoría del índigo asiático comercializado en Europa llegaba a través de puertos en Portugal, Holanda, e Inglaterra. España importaba el tinte de sus colonias en América del Sur especialmente de Venezuela. Muchas de las plantaciones del colorante índigo fueron establecidas por potencias europeas en climas tropicales; era un cultivo muy importante en Jamaica y Carolina del Sur,[6]​ donde todo o la mayoría del trabajo era realizado por esclavos traídos de África. Las plantaciones de índigo también abundaron en la Islas Vírgenes. Sin embargo, Francia y Alemania prohibieron el índigo importado en el siglo XVI para proteger la industria de tintes local que extraían el colorante de una planta autóctona.



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