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Combate de Campichuelo



La acción de Campichuelo[1]​ fue una escaramuza que tuvo lugar el 19 de diciembre de 1810 cuando la expedición militar enviada por la junta de Buenos Aires al Paraguay cruzó el Paraná desde Candelaria hacia el puesto de observación paraguayo ubicado en Campichuelo de la Candelaria, lugar donde el río se angosta y que está situado a 16 km al sureste de la actual ciudad de Encarnación, en el Paraguay.

En la acción participaron un oficial y 13 soldados paraguayos contra 3 oficiales y 7 soldados del ejército de Manuel Belgrano. Finalizó con la retirada de la patrulla paraguaya. No hubo bajas, heridos ni prisioneros en ninguna de las dos partes.

La expedición militar de la junta de Buenos Aires fue enviada al mando de Manuel Belgrano para "poner en completo arreglo" a la provincia del Paraguay, es decir, sustituir a las autoridades por hombres subordinados a ella y, si hubiera resistencia, fusilarlos, según consta en las "Instrucciones a don Manuel Belgrano para su observancia en la expedición al Paraguay".[2]​ Estas Instrucciones fueron reforzadas más tarde con el oficio de fecha 29 de noviembre de 1810 que decía:

El 1 de diciembre Belgrano llegó al río Paraná frente a la isla Apipé.[3]​ En los días sucesivos, mientras buscaba los medios para cruzar el río, envió oficios al gobernador Velasco, al cabildo y al obispo de Asunción. Solicitaba la reversión de todo lo actuado y que la provincia del Paraguay se "ponga a mi disposición, a fin de que se realice cuanto [la junta de Buenos Aires] previno en sus providencias primeras, eligiendo el diputado que haya de asistir al congreso. Traigo la persuasión y la fuerza conmigo". Un cuarto oficio lo dirigió a Pablo Thompson, en Itapúa, anunciando que hasta no recibir contestación de Velasco no realizaría ningún acto de hostilidad contra sus fuerzas. El gobernador de la provincia del Paraguay, Bernardo de Velasco, comentó al respecto:

Partiendo desde Caraguatá [o Caraguataý] cerca de la actual Ituzaingó, provincia de Corrientes en la costa del río Paraná, Belgrano llegó a Candelaria el 15 de diciembre de 1810. Parte de sus fuerzas, con la artillería y carretas, lo hizo por tierra y parte subiendo por el río. En este lugar se prepararon balsas para cruzar el Paraná, una de ellas llevaba un cañón de a 4 (81,1 mm) con capacidad de hacer fuego para apoyar el desembarco y las otras podían transportar hasta 60 hombres cada una.

El puesto de observación paraguayo de Campichuelo estaba custodiado por 13 soldados al mando del subteniente Domingo Soriano del Monje que dependía de Pablo Thompson ubicado en Itapúa con 40 hombres. Soriano había venido siguiendo la marcha de aproximación de Belgrano antes que este llegara al río Paraná enviando desde Yabebyrý, frente a Caraguatá, partidas de observación al interior de Corrientes. Cuando este llegó a la costa del Paraná, Soriano continuó su tarea siguiéndolo paralelamente por la margen derecha del río hasta Campichuelo donde llegó al mismo tiempo que Belgrano a Candelaria. De todas formas, el desplazamiento enemigo no constituyó ninguna sorpresa para el gobernador Velasco pues el capitán Fulgencio Yegros ya le había informado que Belgrano se dirigía a Candelaria, información obtenida de un prisionero capturado en la incursión sorpresiva que realizó cruzando el río Paraná a la altura de Yahapé (a 130 km al este de Corrientes).[4]

En su oficio del 16 de diciembre al presidente de la Junta Cornelio Saavedra, Belgrano le manifestó que:

Sabiendo que las fuerzas enemigas apostadas en la margen opuesta eran escasas, el 18 de diciembre, Belgrano realizó un ensayo de embarque a la vista del enemigo. Avisó que iba a cruzar el río y que iba a fusilar a todo aquel que hiciera fuego a "las armas de Fernando VII" o "armas españolas" como solía nombrar a su ejército.[5]​ Por pedido de "baqueano del rey", Antonio Martínez, que lo acompañaba por orden de la junta de Buenos Aires, lo autorizó a que cruzara el río a las once de la noche acompañando a una pequeña patrulla. Esta capturó a dos soldados paraguayos e informó que por aquel punto podía hacerse el desembarco. A las tres y media de la madrugada del 19 de diciembre se dio inició a la operación de cruce.

Debido a la fuerte correntada en ese lugar y la ubicación del punto de desembarco que estaba directamente frente a Candelaria, desde donde se partía, se tuvo que navegar, primeramente río arriba pegado a la margen izquierda y luego volver en diagonal hacia las playas de arena de Campichuelo aprovechando el empuje de las aguas. Pese a los recaudos, las fuerzas invasoras llegaron a la costa opuesta muy desperdigadas, encontrando frondosos montes en las orillas, lo que provocó que muchos soldados se extraviaran y otros tuvieran dificultades para reunirse. En todo el cruce no hubo ninguna hostilidad enemiga, tanto en el río como en la zona de desembarco.

Las fuentes primarias de este combate son el oficio que Belgrano envió a la junta de Buenos Aires el 19 de diciembre de 1810, que fue publicado en la Gazeta de Buenos Ayres el 2 de enero de 1811,[6]​ y sus Memorias escritas en 1814.[7]

En ellas Belgrano, tres años después, hizo algunas modificaciones en cuanto al número de atacantes:

En la acciòn que terminó con la captura del puesto de observación paraguayo, armas y una bandera, participaron 7 soldados y 3 oficiales. No se produjo ninguna baja.

Belgrano se mantuvo en Candelaria durante toda la operación y desembarcó directamente en Itapúa al día siguiente, 20 de diciembre, a las seis de la tarde. Thompson había abandonado el pueblo el día anterior.

En esta acción se produjeron dos hechos significativos:

El primero que dio importancia a esta acción militar fue el propio Belgrano. En sus Memorias manifestó que esperaba que se narrara "esta acción heroica de un modo digna de eternizarla y que se [la] miró como cosa de poco más o menos". Esto lo atribuyó a sus "enemigos que empezaban a pulular" en diciembre de 1810. Estos enemigos, no solamente miraban con odio a los "beneméritos que lo acompañaban" sino que también eran "adulados" por los "débiles gobernantes", en alusión a la flamante Junta Grande, que los querían utilizar "para sus intrigas".[9]

Mitre, en su libro Historia de Belgrano, consideró que esta actitud se debió a que era su "primer ensayo militar" y por el trabajo que le había costado cruzar el río.[10]

El gobernador Bernardo de Velasco comentó:

Con salvas de artillería, repiques de campanas y gran alegría, recibió la "gran capital", como llamaba Belgrano a Buenos Aires, el parte de la acción y la bandera capturada en Campichuelo. Esta bandera, con importante ceremonia y acompañamiento, fue depositada "con gran aplauso en la Sala Capitular para eterno monumento de las Glorias del país".[11]​La organización de estas celebraciones, juntamente con las publicaciones en el periódico oficial de La Gazeta de los éxitos y noticias felices, formaron parte del procedimiento que utilizó el gobierno para lograr la adhesión del pueblo de Buenos Aires transformándose en costumbre durante toda la década a partir de 1810.



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Nora Marta Siro:
Me parece un buen relato, creo que así debe haber sido. Y pregunto, porque nunca se nombra a los soldados y oficiales que participan de un encuentro, combate o batalla? Hay alguna razón militar que así lo impone? Gracias
2022-11-08 19:52:39
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Nora Marta Siro:
Me parece un buen relato, creo que así debe haber sido. Y pregunto, porque nunca se nombra a los soldados y oficiales que participan de un encuentro, combate o batalla? Hay alguna razón militar que así lo impone? Gracias
2022-11-08 19:51:31
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