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Comunas de Medellín



El área urbana de Medellín se divide en 6 zonas, estas a su vez se dividen en comunas sumando un total de 16.[1]​ Las zonas en realidad carecen de valor territorial, y solo son utilizadas para agrupar a las comunas según su ubicación dentro de la ciudad. Las comunas se dividen en barrios y en áreas institucionales. La ciudad tiene 275 barrios oficiales y 20 áreas institucionales.[1]​ Las áreas institucionales son grandes sectores con algunas características de barrio, pero su población no es permanente y carece de viviendas, ejemplo los campus universitarios. La zona rural se divide en 5 corregimientos, estos a su vez se dividen en veredas. Los corregimientos San Antonio de Prado y San Cristóbal, son los corregimientos más poblados de Colombia, con más de treinta mil habitantes cada uno.[2]​ Como se ve en el diagrama, Medellín está estructurada siguiendo el caudal del río que lo cruza, el río Medellín, el cual la recorre de sur a norte.

Cada Comuna y Corregimiento cuenta con una Junta Administradora Local —JAL—, integrada por no menos de cinco ni más de nueve miembros, elegidos por votación popular para un período de cuatro años que deberán coincidir con el período del Concejo Municipal.[3][4]​ Una JAL cumple funciones concernientes con los planes y programas municipales de desarrollo económico y social de obras públicas, vigilancia y control a la prestación de los servicios municipales en su comuna o corregimiento y las inversiones que se realicen con los recursos públicos, además de lo concerniente a la distribución de las partidas globales que les asigne el presupuesto municipal y, en general, velar por el cumplimiento de sus decisiones, recomendar la adopción de determinadas medidas por las autoridades municipales, y promover la participación ciudadana.[3]​ En Medellín existe una zonificación por estratos en toda la ciudad.[5][6]​ Las 16 comunas de Medellín, en su respectivo orden, son:[7]

Hasta el año de 1920, los orígenes de Berlín, Aranjuez y Campo Valdés se ligan a la existencia de grandes fincas cuyos dueños son familias de comprobada solvencia económica. Este territorio permanece más o menos en estas condiciones durante varios años; unas cuantas casonas con sus respectivas parcelas. El manicomio, construido en 1875 en el «Paraje Bernal», fue la base a partir de la cual crecieron los primeros barrios.

En algunos casos las familias crean sociedades urbanizadoras. Manuel José Álvarez compra la finca Berlín, traza el barrio y lo dota de agua, alcantarillado y otras mejoras iniciales. Comienza a vender cada lote, y aún sin terminar de urbanizar el barrio, emprende la urbanización de Aranjuez; «éste fue de más selecta clientela, por su comodidad y la construcción de casas quintas, se efectuó con más cuidado en lo que se refiere a arquitectura y dotaciones».[8]

Gabriel Sanín V. y Cock Bayer e Hijos y la familia Villa en Campo Valdez, una vez trazado el barrio con sus respectivas calles, comenzaron a vender a precios reducidos y a largos plazos, de tal manera que pronto surgieron viviendas de arquitectura modesta, donde obreros y otros sectores de escasos recursos consiguieron techo. En 1919, año en que surge la Sociedad Urbanización Mutuaria, se construye, previa elaboración de planos, trazado de calles, etc., el barrio Manrique.

Todas estas urbanizaciones se efectuaban en el marco de lo legal, con una adecuada planificación técnica, teniendo en cuenta manzana, espacios públicos y sociales, iglesias, escuelas y hasta dotación de servicios públicos.[9]​ Se presenta además una articulación entre las compañías urbanizadoras y el municipio para intensificar el paso a la tierra urbanizada. La Compañía de Seguros y Urbanización colaboró para la construcción de una línea del tranvía al barrio Manrique, así como para la dotación de agua y alumbrado del mismo.[10]​ Ayuda el municipio a establecer en la parte alta de Manrique un barrio con casas para la clase obrera, vendiéndole al municipio un número considerable de terrenos para la fundación del mismo.

Para los años de las décadas de 1930 y 1940 continuó el proceso de expansión y se abrieron nuevos barrios, completando una trama continua en el plano de Medellín.

En términos generales los terrenos de la ladera nororiental, en sus orígenes pertenecieron a tres tipos de ocupantes: propietarios particulares que bien fuese por herencia y de manera legal o por invasión inicial, se hicieron los dueños de estas tierras; ocupantes que con autorización del «dueño» inicial se establecen en el lote y lo trabajan sembrando cultivos con los cuales compensen en algo al propietario inicial; compradores de predios a propietarios supuestamente legales pero que dada la confusión de los títulos de propiedad rara vez logran el registro de su documento de compra.[11]

Posteriormente, para las décadas de 1950 y de 1960, comienzan a llegar gentes de estratos sociales más bajos a ocupar los terrenos más difíciles por lo empinado y quebrado de su topografía. Esa ocupación se registra en la parte alta de Aranjuez, a través de especuladores que vendían lotes que legalmente no les pertenecían.

En sus inicios las comunas 1 y 2 y la parte alta de la comuna 3, se formaron con asentamiento por loteo o por invasión. Santo Domingo Savio, Popular 1 y 2, Granizal, La Isla, Moscú, El Raizal, Campo Valdés (parte alta) son barrios que surgen bajo la modalidad de invasión. Villa Guadalupe, San José La Cima, Andalucía, La Frontera, La Francia, Manrique Oriental, Versalles, Santa Cruz y Germania inicialmente surgen por loteo pirata. Puede hablarse de un segundo movimiento migratorio hacia el nororiente de Medellín,[12]​ motivado principalmente por factores políticos y por la precaria situación económica y sucedió del campo a la ciudad.

Los pobladores de los asentamientos de invasión comparten diversas características entre las que predomina la inexistencia de propiedad sobre el terreno y la certeza de la ardua lucha a acometer con miras a la legalización del terreno y al logro de las mínimas condiciones de subsistencia.

No obstante, sigue creciendo la ocupación ilegal del espacio, la cual vuelve a tener un impacto significativo durante la década de 1980. Surgen nuevos asentamientos, la mayoría de ellos producto de invasiones: María Cano o Carambolas, Villa Roca, La Esperanza (parte alta), El Compromiso, La Avanzada, Carpinelo, La Cruz, Versalles (parte alta), son todos asentamietos localizados en la parte alta de la zona considerada «no urbanizable» por ser de alto riesgo debedio a su inestabilidad crítica.

En los años 60 aparecen los primeros asentamientos. La trama urbana sigue un cierto orden en algunos sectores.[13]

Ubicado en el extremo nororiental de la ciudad, es el barrio más pequeño, al tiempo que encabeza la lista de "población relativa".

También está situado en la comuna más pobre del conglomerado, la cual es una de las grandes receptoras del desplazamiento forzado de población campesina.

En este sector se destacan el barrio Santo Domingo y las obras del Metrocable, que han generado un reordenamiento del sector

El desarrollo urbano de esta comuna se inició en los años 30. Su conformación fue acomodada a las condiciones del terreno y a los criterios de quienes en ese entonces urbanizaron en forma espontánea y desordenada.[14]

Su conformación comienza en 1940. Su crecimiento y desarrollo urbano se explica, entre otras razones, por el auge industrial de 1930 y por la emigración de campesinos después del Bogotazo en 1948.[15]

Manrique conforma hoy día (2021), un grupo muy amplio de comunidades desarrolladas en torno al famoso barrio original del mismo nombre, Manrique, hogar popular de muy alto significado en Medellín. Manrique es un barrio enorme, una ciudad dentro de la ciudad, habitado por ciudadanos amistosos en su gran mayoría, de clase baja, y epicentro histórico, paralelamente con el barrio Guayaquil, de la afición antioqueña por el tango.

En la Avenida Carlos Gardel de este barrio, la cual es la vía principal de la comunidad, y conocida en el argot popular simplemente como "La 45", se desarrolla actualmente en 2009 un moderno sistema de transporte masivo.

Pero es muy importante destacar, en alusión a la cultura histórica medellinense, que en Manrique se asienta el Museo Casa Gardeliana, uno de los símbolos históricos más importantes de Medellín, y en cuyo frente hay erigido un monumento al inmortal intérprete del tango donado por la república Argentina. Manrique y Gardel son unos de los íconos más representativos de la ciudad de Medellín.

Su desarrollo inició en 1919 y en cuya conformación también influyó la llegada de un tranvía en 1922. La Universidad de Antioquia, el Parque Norte y el Jardín Botánico no son barrios por sí mismos pero pertenecen a la comuna.[16]

Urbanización desarrollada en la década del 10 del siglo XX en torno al barrio Berlín y la iglesia San Nicolás de Tolentino; este barrio Berlín es el que se conoce hoy como Aranjuez, aunque el sector que realmente lleva este nombre está unas cuadras hacia el occidente y es hoy conocido como San Cayetano. La comuna presenta un aspecto algo diferente al de sus vecinas, con sectores residenciales de clase media destacándose Berlín y San Cayetano, sectores muy conocidos del barrio. En el perímetro de la comuna 4 se encuentran el campus principal de la Universidad de Antioquia y el Jardín Botánico. Tiene también este barrio en la actualidad un museo del muralista Pedro Nel Gómez, el muralista más importante de Colombia; además tiene una de las sedes más modernas de la ciudad de la caja de compensación familiar COMFAMA.

Recientemente se ha construido el Parque de la Ciencia y Tecnología Interactiva EXPLORA, y ha sido mejorado el Jardín Botánico, santuario botánico en la ciudad; también se llevan a cabo un macro proyecto de la Alcaldía en el sector de Moravia con reubicación de familias en estado marginal, y la construcción de varias estaciones del sistema articulado de transporte masivo Metroplús.

La población de este barrio corresponde a familias de clase media en su mayoría, y un menor porcentaje en clase baja.

Las tres comunas anteriormente descritas además de Manrique se nombran en conjunto, de forma popular, aunque errónea, como "Comuna Nororiental". Es más exacto referirse a la "zona nororiental".

Robledo surge en 1880 por la apropiación que de este territorio comienzan a hacer los pobladores desplazados por la inundación que provocó la quebrada La Iguaná, cuando los habitantes de Aná se ven obligados a reagruparse en las laderas, en una zona llamada El Tablazo cerca al camino anteriormente mencionado.

Robledo fue corregimiento de Medellín hasta 1938, predominan por estos lares las fincas de recreo y existía un pequeño centro urbano.

Muchos de los hijos de las personas desplazadas hacia Robledo, formaron un pequeño asentamiento en lo que es hoy San Germán desde la década de 1920. Similares a estos existen algunos barrios que fueron urbanizados en un proceso lento desde estos tiempos. Se trata de barrios antiguos que aún hoy se mantienen habitados por sectores populares, y que no han logrado la satisfacción completa de necesidades básicas de infraestructura social y de servicios públicos.

Se restran procesos de ocupación del espacio en donde terratenientes de la comuna de Robledo, entran a negociar parte de sus lotes, bien fuese en forma independiente o asociada con compañías urbanizadoras como Cock Alvear Hermanos Ltda., la cual era para esa época propietaria de gran parte de los terrenos de Robledo.

Estos propietarios dotan de vivienda a una gran masa de población carente de techo; su interés benefactor va más allá, en el sentido de proteger sus terrenos de posibles invasiones, fenómeno que ya se venía presentando en la zona. Por tal razón, venden en condiciones favorables lotes escarpados de difícil urbanización, reservándose por su potencial urbanizable, los lotes de las partes bajas más cercanas al centro de la ciudad.[17]​ Los nuevos propietarios, mediante formas organizativas diversas, autoconstruyen su vivienda y crean un espacio dónde vivir.

Para los años de la década de 1930 se insinúan barrios como Caribe y Castilla formados por trabajadores del matadero o de las fábricas Coltejer. Fabricato, Everfit, además de otras regiones del departamento de Antioquia, principalmente de occidente.

Su conformación comenzó a insinuarse en los años 30 y su poblamiento se extendió hasta los años 60.[18]

Desarrollada como proyecto de extensión urbanística en los años treinta, Castilla es el núcleo de un sector que incluye importantes empresas como: Colanta, Coca Cola, Parmalat, Zenú, Coltejer, Everfit, Fabricato, etc. Además, a ella pertenece la nueva sede de la Fiscalía de la Nación; allí se encuentran igualmente la Terminal del Norte, el Puente Punto Cero, Castipan y el Centro Comercial Caribe, entre otros; existen algunos hoteles en dicha área. Es una zona perteneciente a la clase media alta (estrato 4) en su parte más baja, y a clase media trabajadora (estrato 3) en su parte alta. Posee unas importantes vías de acceso como la Autopista Norte y La Carrera 65, entre otras, y desde allí se tarda unos diez minutos para llegar al centro de la ciudad. Hay una amplia red hospitalaria, que incluye el Hospital La María, el Hospital de Castilla, además de estar cerca al Hospital Pablo Tobón Uribe, entre otros hospitales; se encuentran diversos parques y zonas recreativas, como el parque juanes y la unidad deportiva José René Higuita donde se encuentra la única cancha de rugby con medidas reglamentarias en Latinoamérica, desarrollándose diversos torneos internacionales de dicho deporte, también la sede del tránsito de Medellín está ubicada en ese sector. En general este sector de la ciudad está habitado por personas que poseen su propio negocio, como talleres, restaurantes, entre otros. En cuanto al cubrimiento en Servicios Públicos Domiciliarios, es excelente; allí también se encuentra la Feria de Ganados de la ciudad, el ITM de Castilla, el (Más Cerca), su comercio es muy destacable, su topografía es en algunas zonas de la parte más alta un tanto quebrada, sin embargo en casi toda la ciudad éste es un aspecto muy común.

Existen en ella muchos espacios públicos, hay sucursales de entidades financieras como Confiar, Bancamia, Cooperativa Financiera John F. Kennedy, Banco Caja Social y Banco de Bogotá, además de diversas cooperativas de ahorro y crédito,, al igual que supermercados como Consumo, en Castilla, es una zona en verdadero progreso, tiempo atrás azotada en algunas partes por la violencia de la época de los 80's y una pequeña parte de los 90's, sin embargo ha resurgido como una zona mejor organizada y comprometida con el progreso en toda su extensión; cada vez más se pueden observar nuevas obras que contribuyen a un mejor posicionamiento del sector.

Así mismo, en el sector, se ubican otros barrios que, aunque más pequeños, son parte significativa del sector, a saber, los barrios Belalcázar, Tricentenario, Toscana, Tejelo, Girardot, Alfonso López, Boyacá, Las Brisas, Francisco Antonio Zea, Florencia.

En los años 30 se inició un lento poblamiento en el sector de El Picacho, asentamiento caracterizado por viviendas dispersas a las que se accedía desde la carretera al Mar. Solamente a partir de los años 50 se inició la urbanización masiva.[19]

Hasta 1938 fue corregimiento de Medellín. En los años 50 se inició su poblamiento por el proceso de expansión de la ciudad. En esta comuna se localiza el Cerro El Volador.[20]

Antigua población rural, Robledo es hoy una comuna de contrastes, donde coexisten la clase popular con la clase media y una buena infraestructura en materia de hospitales, clínicas y universidades, en su perímetro se encuentran el Tecnológico de Antioquia, la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad Santo Tomás, la Ciudadela de Robledo de la Universidad de Antioquia, además del Colegio Mayor de Antioquia, la Institución Universitaria ESUMER, el Instituto Tecnológico Metropolitano y la Facultad de Medicina de la Universidad Pontificia Bolivariana, entre otros.

La gran atracción turística de Robledo es el cerro El Volador, el ecoparque más grande de la ciudad, reserva ecológica y arqueológica preferida por caminantes, deportistas y ecologistas.

Hasta 1900, el poblamiento se acentuaba en las salidas del sitio de Aná más que en el propio centro: El Camellón de la Asomadera, el camino que conducía al Cuchillón, el camino para Rionegro (posteriormente Buenos Aires), y el que salía para Barbosa, estaban rodeados de casitas.

Se reportan asentamientos en la ladera del camino a Guarne llamado «Callejón del Mico» y alrededor del Cementerio de San Lorenzo, desde donde se fueron extendiendo hasta formar el barrio Guanteros y La Asomadera. El eje de expansión fue hacia el oriente, formando caseríos por lo que hoy es San José, La Candelaria y San Benito.

Las gentes de menores recursos económicos fueron poblando los terrenos que circundaban el camino o «Camellón de Guanteros»[21]​ más adelante llamado «Camellón de la Asomadera». Consistía en un camino que posibilitaba la comunicación entre el Valle y el Sur. La otra salida era la de San Benito que tomaba el camino de Barbosa y Santa Fe de Antioquia. Por el lado oriental, la calle de Guarne estaba muy poblada hasta Enciso, en donde estaba la entrada de la casa de campo de don Vicente de Villa que se llama La Ladera[22]

A medida que se construían nuevas moradas alrededor de Niquitao y el «Camellón del Cementerio», se fueron dando nombre a las agrupaciones de vivienda: Las Palmas, La Victoria, San Diego, Potosí, Barrio Colón. De una u otra forma este camellón fue para estos barrios la calle madre.[23]

Se iniciaba el poblamiento de la margen derecha de la quebrada Santa Elena con casaquintas que fueron el orgullo urbanístico de Medellín. A este barrio se le dio el nombre de Villa Nueva.[24]

El sector de Guayaquil, con la construcción de la plaza de mercado y la estación del ferrocarril, inauguró un nuevo desarrollo de tipo comercial y social para el siglo XX. Este era un sector más o menos alejado del marco de la Villa, o mejor, del Parque de Berrío. Entre uno y otro, aún existían extensas mangas baldías. A Guayaquil convergían de manera obligada las vías transportadoras principales, las férreas, las carreteables y los caminos de herradura. Además de abastecedor de productos se comporta entonces como sitio de llegada, distribución y congregación de la ciudad dando cabida a otra serie de servicios, cantinas, hoteles, depósitos, cacharrerías, salas de billar y juego, etc.

El primer urbanizador reconocido que tuvo la ciudad fue don Modesto Molina[25]​ quien por el año de 1874 abrió la venta de solares en los terrenos del barrio oriente, hoy Buenos Aires, el cual estaba conformado por mangas con guayabos y unas cuantas fincas.

Su proceso de poblamiento despegó en la década de 1940, siguiendo la tendencia que primaba en la ciudad en aquella época en la cual los urbanizadores subían a comprar grandes terrenos y fincas completas en los sitios cercanos al centro, justo donde comenzaban las montañas a empinarse.

Es uno de los barrios más representativos del valle de Aburrá. Se destacan las parroquias de San Miguel y La Sagrada Familia.

Tiene un área de 577,74 hectáreas y una densidad de 180 habitantes por hectárea. Está compuesta por pendientes de abruptas con un alto registro de eventos por deslizamiento. La quebrada Santa Elena la atraviesa de oriente a occidente.

Según Anuario Estadístico de Medellín de 2005,[26]​ cuenta con una población de 104.450 habitantes, de los cuales el 67,2% está por debajo de los 39 años. Según la Encuesta Calidad de Vida del mismo año[27]​ el estrato socioeconómico predominante es el 2 (bajo), el cual comprende el 38,5 % de las viviendas; seguido por el estrato 1 (bajo-bajo), que corresponde al 30,3.

La comuna se desarrolló en torno a la tradicional calle 49 (Ayacucho).[28]

Uno de los sectores más tradicionales de Medellín, está ubicado al oriente de la ciudad, muy cerca al centro urbano y organizado en torno a la avenida de nombre Ayacucho. Destacan en él las hermosas iglesias góticas del Sagrado Corazón y la de La Milagrosa. Hoy en día este barrio es un sector en el que habita principalmente la clase media trabajadora.

Años más tarde esta comuna se fue expandiendo hasta el sector que conocemos hoy como 'Loreto la esmeralda'; cuyos primeros habitantes entre esos esta el señor Víctor Manuel Alzate y señora.

El sector conocido hoy día como Miraflores fue antiguamente asiento de mansiones de muy generoso diseño, de las cuales todavía se conservan bastantes.

Este barrio fue la salida obligada hacia el Oriente Antioqueño aproximadamente hasta los años 60, pues no había más rutas por dónde ir hacia allá. De hecho, el barrio conserva intacto el segundo bar tradicional que hubo en Medellín. Actualmente, 2010, sus calles conducen directamente, por la vía a Santa Elena, hacia el municipio de Rionegro.

Es el centro de la ciudad. En esta comuna sobresalen múltiples puntos referenciales con gran valor de ciudad, que van desde centros religiosos hasta edificaciones de interés general.[29]

Corresponde al centro de la ciudad y engloba los barrios aledaños (Prado, Boston, San Benito, San Diego, etc.) Muchos de los atractivos arquitectónicos de la ciudad se encuentran aquí. En su perímetro se ubican las Iglesias más tradicionales de la ciudad, entre ellas La Catedral Metropolitana, la Iglesia La Veracruz y La Iglesia de La Candelaria de la cual se debe el nombre de la comuna y está ubicada en el Parque Berrío, punto central de Medellín.

Prado fue el primer barrio residencial de las clases pudientes antioqueñas. Aún hoy pueden verse en la calle Palacé mansiones de gran heterogeneidad de estilos arquitectónicos y que son, en su conjunto, parte imprescindible de la historia de la ciudad.

Desde 1869, el caserío La Granja cambió su nombre por el de La América. Esta fracción surge en las márgenes de la quebrada Ana Díaz, que fue durante mucho tiempo su fuente de aprovisionamiento de aguas. Eclesiásticamente pertenecía a la Parroquia de Belén.

La América, tal como Belén y Robledo, fueron corregimientos hasta 1938. Sus veredas en ese entonces eran San Javier, La Puerta, La Loma y el Corazón.

En el extremo occidental, hacia las laderas de las montaña, la vereda El Corazón se convirtió en caserío en cuya parte baja se ubicaron pequeños aparceros. Esta conformación inicial con carácter claramente rural, red de caminos y una comunidad de origen campesino en su mayoría venidos de regiones del occidente, del suroeste y oriente del departamento, fue el origen de otros barrios y sectores como son Belencito (Villa Laura), Betania y El Salado; estos dos últimos se registran como «invasiones tempranas» en Medellín en el año de 1910.[30]

En 1908 la población de la fracción de La América —hoy San Juan— con lo cual se refuerza el proceso de urbanización que comenzaba a generarse, conectándose los asentamientos que se habían venido formando en la banda occidental del río.

Para 1918 la población de la fracción de La América comprendía 5,062 habitantes,[31]​ muchos de los cuales eran obreros que se desplazaban hacia Guayaquil y el centro de la ciudad por medio del tranvía que inauguraría su línea de «La América» en 1921. Tanto los caminos como la línea del tranvía fueron decisivos en el logro de los desplazamientos iniciales de los pobladores, así como en el desarrollo del sector de La América. Con estas obras se comenzó a fomentar la compraventa de terrenos, lo que significó un impulso a procesos de urbanización por vías legales e ilegales.

Algunas de sus calles y avenidas tienen un trazado radial, diferente al del resto de la ciudad.[32]

El barrio Laureles fue diseñado en los años 30, por el Ingeniero y artista Pedro Nel Gómez. Fue la primera expansión planeada de la ciudad propiamente dicha hacia el occidente del río Medellín. Hoy sigue siendo uno de los barrios más exclusivos de la ciudad y el hogar de la clase media alta, estrato 5, sometido a un crecimiento vertical desde los años 80. La comuna engloba otros barrios similares socioeconómicamente como Conquistadores, Suramericana y Carlos E. Restrepo. Es uno de los centros de esparcimiento de la ciudad, pues en su perímetro se encuentra el Estadio Atanasio Girardot y la famosa carrera 70. Además, aquí se encuentra el campus principal de la Universidad Pontificia Bolivariana, verdadero símbolo del barrio.

El trazado de las calles en Laureles es radial, francesa, organizado en torno a la glorieta de Santa Teresita o "Segundo Parque de Laureles". Esto genera un caos en la nomenclatura de las calles del sector en relación con el resto de la ciudad, organizado a la manera tradicional española.

Su nombre fue tomado en "honor" a los 400 años de la colonización de América y fue corregimiento de Medellín hasta 1938. Su proceso de urbanización comenzó con la construcción de la Iglesia Nuestra Señora de Los Dolores y la apertura de la carretera a La América (hoy avenida San Juan).[33]

Antigua población independiente, La América englobaba toda el área al occidente del río Medellín y que fue absorbida por Laureles. Hoy La América sigue siendo un centro dinámico de toda el área circundante, que comprende los tradicionales barrios La Floresta, América Niza, Santa Mónica, Simón Bolívar y Santa Lucía. Incluye además al barrio Calasanz. Tradicionalmente es un barrio de clase media. Aunque algunos barrios de este sector son de clase media alta, Tales como los algunos de los tradicionales antes mencionados.

Es una de las comunas más alejadas del centro de la ciudad. Tiene varios problemas de pobreza, desorganización territorial, inseguridad entre otras, sin embargo, tiene diferentes barrios en donde la organización, la limpieza y la seguridad son sus principales características, generalmente se estigmatiza la Comuna 13 por la Operación Orión, pero se debe tener en cuenta que no sólo los sectores en donde hubo dificultad la conforman. Cuenta con una estación del metro de Medellín al igual que una línea de metro.

Extremo occidental de Medellín, es un sector heterogéneo, pues su sector central se vio favorecido por el rápido acceso que brinda el Metro, convirtiéndolo en lugar de elección para los urbanizadores. Por contraste, los barrios altos viven una marginalidad aguda; éstos fueron el escenario de un conflicto militar urbano, la denominada Operación Orión, en el año 2002. Limita con el corregimiento de San Cristóbal.

Fundado en 1616 por Francisco Herrera Campuzano —oidor de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada y visitador general de la Provincia de Antioquia—, «San Lorenzo de Aburrá» conformaba inicialmente un caserío compuesto por indígenas y españoles. Localizado en fértiles tierras que denominaron los españoles con el nombre de San Bartolomé y que los indígenas llamaban Valle de Aburrá.

El sitio donde estaba la antigua capilla de San Lorenzo es ocupado en 1845 por la capilla de «San Blas» la cual fue trasladada a este lugar, ahora con el nombre de San José de El Poblado. Este templo fue edificado por don Eusebio Restrepo y los vecinos conjuntamente. Sólo en 1876 se le concede el título de parroquia, y es cuando se procede a trazar El Poblado, con su plaza, sus calles y solares para la venta.[34]

El paisaje que cubría los alrededores de El Poblado lo conformaba fincas y pastizales con cañaduzales y guayabas. Las fincas de veraneo, retomando a Uribe Ángel, eran: «Provenza, Manila, Patio Bonito, Vizcaya, Castropol, Astorga, La Aurora, Campo Amalia, Villa Carlota, Elida, Toscana, San Fernando y Bretaña. Muchas de ellas marcaban sus linderos con las quebradas "La Zúñiga", "La Aguacatala", "La Presidenta" (Limonala), "La Poblada", o también haciendo cercas con árboles frutales». Eran fincas de gran extensión de terreno, que servían o bien de morada de sus propietarios o sólo de sus mayordomos, aunque lo corriente era servir de temperadero a algunas gentes de Medellín en época de diciembre. Algunas de estas fincas, aún hoy en día, continúan siendo referentes espaciales importantes, otras han dado su nombre a nuevas urbanizaciones allí ubicadas.

Los pobladeños trabajaban en cultivos o eran arrieros, laboraban en los trapiches por allí existentes, en albañilería o en los tejares.

Para la década de 1930 llegan gentes de otros pueblos del departamento de Antioquia como Betulia, Yarumal, Rionegro, Salgar, Armenia, Santa Rosa de Osos, entre otros, a esta zona de El Poblado. Debido al consecuente crecimiento poblacional, el Estado, a través del Banco Central Hipotecario (BCH), intenta darle salida a la demanda de vivienda creando el barrio Lleras, considerado como la primera urbanización en Medellín.[35]

Es a partir de la construcción de este barrio que se empieza a hablar del progreso en El Poblado. Otros barrios como Colombia, Manila y Astorga, se comienzan a desarrollar entre las décadas de 1930 a 1950.

En 1940 se había rectificado el río Medellín entre Argos y El Poblado. La Sociedad de Mejoras Públicas (S.M.P.) e 1939 a la Junta de Fomento Urbano, la posibilidad de hacer un plan vial regional entre las carreteras de El Poblado-Envigado y la de Las Palmas-Envigado, continuando hasta la carretera de «Las Palmas» todas las que por esa época subían de Envigado y haciendo otras que las conectaran entre sí. La idea no era sólo un plan vial, estaba acompañada de un proyecto de un gran barrio residencial.[35]

La década de 1950 se abre con situaciones significativas: es claro cómo la producción del espacio residencial para los nuevos pobladores y el desarrollo de una infraestructura vial y de servicios son dos elementos fundamentales para el desarrollo que se viene generando en la ciudad. Este proceso es asumido en parte por el sistema de valorización.

Es la comuna más grande. Antiguamente era una zona conformada por fincas de grandes extensiones con cultivos frutales y de caña de azúcar; algunas de estas fincas continúan como referente espacial importante.[36]

El Poblado de San Lorenzo de Aburrá fue el primer emplazamiento urbano de la ciudad de Medellín. En este barrio se fundó la ciudad. Tradicionalmente, esta fue el área rural de veraneo de los medellinenses hasta los años 50 del siglo XX, cuando su paisaje comenzó a cambiar, fruto de la industrialización de la ribera del río; fue entonces cuando se le retiró a El Poblado su carácter de corregimiento.

En los años 70 se convirtió en el suburbio más caro y exclusivo de la ciudad y el lugar de residencia de la clase alta, al tiempo que en un segundo centro urbano y en el principal centro de esparcimiento, con la llamada Zona Rosa y la Milla de Oro. Actualmente es el hogar de las clases más pudientes y estratos altos de la ciudad.

El Poblado funciona en muchos sentidos como una ciudad independiente; muchos de sus habitantes viven y trabajan en el sector, sin salir de allí y sin mayor relación con el centro u otros barrios de la ciudad.

Es la comuna más grande de Medellín y también la menos poblada en términos absolutos. Es el sector urbano con más alta calidad de vida en Antioquia, junto con la aledaña ciudad de Envigado, con la que comparte continuidad urbanística.

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En las décadas de los años 30 y 40 se presentó una dinámica constructiva para atender las necesidades de vivienda de los nuevos pobladores vinculados a la industria naciente. Proceso que estuvo acompañado por el desarrollo de infraestructuras viales y de servicios. Esta zona fue definida como el sitio para la localización de la industria de la ciudad.[38]

Un sector de la ciudad altamente industrial por antonomasia, inmenso por demás, Guayabal es uno de los sectores más contaminados de la ciudad. En su perímetro se encuentran varias instalaciones de importancia, como el aeropuerto Olaya Herrera, que se usa para servicio aéreo regional y nacional, el Zoológico Santa Fe, y el tradicional barrio Trinidad o barrio Antioquia.

El barrio Guayabal y el vecino municipio de Itagüí, al sur, conforman un corredor continuo urbano indiferenciable.

Con la construcción del puente de Guayaquil comenzó el proceso de integración de esta zona con el resto de la ciudad.[39]

Antiguo corregimiento de Medellín, Belén es hoy una zona de clase media emergente y de clase media alta, en coexistencia con sectores más populares. Uno de sus sectores periféricos, (Zafra), fue el primer centro de la emigración afrocolombiana hacia Medellín.

Belén funciona en algunos aspectos como una pequeña ciudad. Belén fue el primer epicentro de la industria textil local; todavía hoy pueden verse en su sector central antiguas casas campesinas al lado de los edificios residenciales. Belén es el sector más poblado de Medellín en cuanto se refiere a población absoluta, en proporciones similares a las del municipio de Envigado, y por lo tanto afronta problemas de congestiones en el tráfico automotor.

Dentro del perímetro de esta comunidad se encuentra el cerro Nutibara.

Los 5 corregimientos de Medellín, sin orden establecido, son:



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