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Comunicación política



La comunicación política es el área de la ciencia política, que se ocupa de la producción, la difusión, la diseminación y de los efectos de la información, tanto a través de los medios de comunicación masiva, cuanto de los interpersonales, en un contexto político.[1]​ Esto incluye el estudio de los medios de comunicación, el análisis de los discursos de los políticos y aquellos que están tratando de influir en el proceso político; así como de las conversaciones formales e informales entre los miembros del público, entre otros aspectos.

Las instituciones políticas son uno de los sujetos de creación de información más importantes en la sociedad, y sus informaciones son fundamentalmente de carácter político. Las técnicas de comunicación política de las instituciones tienen una serie de características diferenciadas de las puramente técnicas electorales, y se refieren más directamente a la eficacia de la relación entre política y comunicación.

La finalidad de estas estrategias son: el ejercicio del poder, para que las decisiones tomadas por las instituciones sean asumidas; la distribución del poder entre aquellos que participan en las decisiones; y la realización del bien público, pues es deber para con la sociedad la comunicación de las decisiones que afectan directamente a la sociedad a la que representan.

Las estrategias más importantes son:

Se trata de decidir de qué forma se va a dar la información: qué medios van a transmitirla, los ritmos informativos y el tipo de discurso. Pero hay que tener en cuenta que, en general, los criterios de noticiabilidad de las instituciones no coinciden con los de los periodistas, así como los ritmos de transmisión de esas noticias importantes.

En ocasiones se producen informaciones que pueden tener efectos negativos en la nación, y por tanto, para la institución y su política pública. En estos casos se da el fenómeno de ocultar la información, parcial o totalmente, y de forma intencionada o sin serlo.

Se trata de sustituir términos agresivos o que tienen connotaciones peyorativas, por otros que son positivos o neutrales.

Los peligros de la técnica en la sociedad de la información son que se recurra a otras vías de información y que se den pistas para iniciar periodismo de investigación.

Los excesos de comunicación llevan a cabo la circunstancia sobre todo para que ellos lleguen a hacer lo posible en las situaciones que entes en particulares lugares de los enfrentamientos de la situación de los estándares de las industrias para poder llegar hacer el entorno de la comunicación política.

La institución trata de llamar la atención de los medios de comunicación con el fin de que ella se convierta en noticia.

Elaboración de mensajes persuasivos, con recursos psicológicos, con el fin de provocar en el destinatario una actitud de adhesión.

Las instituciones eligen una serie de responsables para la comunicación, aquellos que crean los mensajes y los elaboran para la prensa:

El ámbito de la investigación se realiza a través de la hipermediatización política. Lo que pretende la epistemología es analizar la producción del conocimiento. El campo de la investigación es muy complejo y amplio:

Estudios que se centran en el análisis del mensaje de la Comunicación política.

Estudios que se centran en los procesos políticos que acompañan la Comunicación Política. Aquí se encuentran los estudios sobre la gestión de imágenes de realidades políticas como el régimen político, la Presidencia, el Parlamento, etc.

Estudios que se centran en acciones de comunicación, es decir, en las distintas formas que puede adoptar el mensaje electoral:

Estudios que se centran en mediación del mensaje realizado por los medios de comunicación, que incluye:

Estudios que se centran en los efectos del mensaje de la comunicación política, en todos los niveles. Estos incluyen:

Las disciplinas que interviene en la investigación de la comunicación política son varias y muy diversas. La UNESCO ha propuesto una lista de aquellas disciplinas que incorporan a su investigación el campo de la comunicación, y este ha sido socialmente muy reconocido. Entre las disciplinas más importantes se encuentran:

Según la Unesco, la comunicación no está directamente en los grandes continentes del conocimiento. La buscaríamos en la lingüística (pero no aparece el término "comunicación"),o en Ciencia Política (no encontramos el epígrafe "comunicación"). Finalmente, si entramos en la disciplina Opinión pública, comunicación aparece como información, medios de comunicación de masas, prensa, propaganda. Cuando se hizo esta clasificación había términos que eran relevantes, pero hoy en día, algunos quedan obsoletos. Son los medios de comunicación de masas (que hoy en día sería mejor nombrarlos como industria mediática, o lo que designa como prensa), lo que actualmente englobaría todos los medios de comunicación (televisión, radio, prensa escrita, Internet. Y sobre la propaganda, mejor llamarla publicidad.

El tema de las disciplinas es muy complicado, y cuando hay varias implicadas en el estudio de un objeto teórico, nunca estas disciplinas conviven en igualdad. Siempre pesan, y mucho, las relaciones de poder en el comercio entre estas disciplinas. El mapa de la UNESCO nos permite ver que las ciencias políticas y la sociología han pesado, y mucho, en la investigación política. Hasta el punto que hace poco, el ámbito de la comunicación como disciplina era considerado un ámbito menor dentro de la comunicación política. De ahí que, si nos dedicamos a buscar alguna referencia bibliográfica, comprobaremos que los sociólogos y los politólogos tienen un peso muy importante en la investigación de la comunicación política. En este sentido, sobre el objeto de estudio de la comunicación política, existen divergencias:

a) Los que apuestan porque la comunicación política estudie las condiciones de mediatización de lo político.

b) Y los que apuestan porque sea el estudio de los instrumentos de comunicación de los medios de comunicación en el ámbito de la política.

Nos centraremos aquí en la comunicación política institucional como resultado del conjunto de instituciones que forman parte de nuestro sistema político. El nacimiento de esta comunicación política se debe al desarrollo de la industria mediática de masas como la radio o, a partir de los años 60, la televisión (gracias a la cual se incorporará a la comunicación política institucional la imagen, la publicidad y las relaciones públicas). Nace como un estudio sobre la incorporación de la televisión a la comunicación política institucional en sentido amplio, y a la publicidad política y campañas electorales.

Tienen un parecido con las estrategias persuasivas que se utilizan en publicidad. Son muy importantes para los gabinetes las estrategias de la comunicación publicitaria por lo que resulta imposible hacer una separación entre información y publicidad.

Nos referimos con estos términos a una publicidad institucional en la que se distinguen los tres poderes que forman parte del poder del estado:

-El poder ejecutivo: gracias a la televisión el presupuesto de la comunicación política se ha visto incrementado. Esto ha llevado que lo que podría hacer que con la publicidad el proceso del ejecutivo gozara de la máxima visibilidad tiene un arma de doble filo pues, realmente, lo que realmente se muestra no es más publicidad institucional.

-El poder legislativo y el judicial: estos dos poderes andan cogidos de la mano ya que el aumento de presupuesto que favorece al anterior no les acompaña. Es cada más transparente y tiene menos infraestructura, lo que lo convierte en un caso totalmente contrario al anterior.

Para analizar bien la comunicación política de una democracia es fundamental conocer la regulación a la que ha sometido su comunicación. Esta regulación afecta a tres puntos base: los medios de comunicación, tanto si son públicos como si son privados, y a la comunicación publicitaria.

También es muy importante para el análisis conocer la estructura del sistema mediático de dicha democracia, el cual se define por tres puntos: la regulación, la economía y la industria cultural (en tanto que industria mediática).

-Los medios de comunicación públicos: el modelo europeo, al contrario que el americano, comenzó como un importante servicio público esencial que acabó convirtiéndose a partir de los años ochenta, y tras un proceso de privatización, en un plagio del modelo americano cuyas industrias de radio y televisión nacen vinculadas a la industria publicitaria privada. Para saber la calidad de la comunicación política es muy importante conocer la calidad de la industria mediática pública de una democracia.

-Los medios de comunicación privados: en nuestro sistema mediático está cada vez más privatizado y en él cuenta mucho el papel de las empresas de comunicación. Esto daría a entender que el sistema mediático debe entenderse cada vez más en el contexto de las reglas de mercado; sin embargo no es así, pues no se puede entender del todo sin el análisis de la regulación de los gobiernos.

-La comunicación publicitaria: es imprescindible para garantizar la seguridad de los ciudadanos regular la publicidad. Los medios de comunicación privados se financian publicitariamente y esto provoca fuertes conflictos entre industria mediática privada y pública, al menos en España.

El llamado "mercado mediático" es el modelo económico para entender la calidad de la comunicación política.[7]​ Como ya hemos comentado, lo público pierde terreno frente a lo privado. Este mercado se entiende sobre la base de tres factores:

La consecuencia no es otra que la pérdida del pluralismo desde la comunicación política pues no hay suficiente espacio para voces alternativas.

Tanto desde la regulación como desde la economía de la comunicación se consigue amenazar al pluralismo. La industria mediática es una industria cultural y su producción son los discursos mediáticos, que sirven para generar valor económico y beneficio y producir opinión (como toda industria, consiguiendo una determinada cuota de mercado. Dentro de esta situación de mercado, los medios también tienen su papel: la televisión es la encargada de la producción de la agenda temática; y la prensa y la radio las encargadas la elaboración de estrategias argumentativas sobre las que basar las opiniones.

Es a través de los estudios de comunicación política donde la opinión pública recupera y encuentra su dimensión, la política, que se define en el siglo XIX como fundamental. Las últimas teorías que explican la formación de la opinión pública, como las teorías de usos y gratificaciones, distanciamiento social; realizan sus estudios en el contexto de la comunicación política.

La estrategia de la comunicación ha sufrido una transformación importante, al supeditar las ideas a los hechos, y estos hechos a los hombres. Esta inversión ha trasladado a un primer plano el papel del líder político, como emisor estrella de la comunicación. El hombre público se ha convertido en actor y las técnicas de mercado le ayudan al espectáculo y la representación. En este sentido, se han creado nuevos problemas en la comunicación política:

-La infravaloración de la opinión pública, al ser aceptada como objeto de la manipulación o un referente lejano y vacío de contenido.

-La infravaloración de otras fuentes de producción política y cultural extrapartidistas y extrainstitucionales.

-La sobrevaloración de la política de imagen, exceso de mensajes políticos y escasa exposición de los mismos por las audiencias.

-La opinión pública puede quedar como un simple rótulo de referencia, vacía de contenido y con realidad aparente en una sociedad de formas e imagen.

Así pues, desde una perspectiva histórica, la opinión pública se ha visto transformada por el enorme crecimiento de los medios de comunicación durante el siglo XX: la velocidad de la información, la cantidad de signos, la circulación incesante de imágenes y la evanescencia de los significados. Esto socava la noción de opinión pública como suma de las expresiones individuales y como voz racional unificada. En este contexto, la opinión pública se encuentra atrapada entre el utopismo ingenuo de la objetividad informativa y la racionalidad de la expresión individual, y la visión apocalíptica del control social de las masas.

Con todo, la noción de opinión pública no es la denominación más adecuada para las nuevas redes alternativas de expresión: Las llamadas redes de multitud resisten al poder dominante y consiguen producir expresiones alternativas desde dentro del mismo. Con todo, la opinión pública sería un "campo de conflicto" definido por las relaciones de poder, totalmente asimétrico, puesto que los medios de comunicación están controlados por las grandes corporaciones e influidos por las instituciones.

En la comunicación política, el estudio de la opinión pública, como mecanismo de legitimación de la política, es esencial. Para ello existen los sondeos, y en este sentido, las problemáticas que suponen están subordinados a intereses políticos, y ello determina con fuerza el significado que se le atribuye a la publicación de los resultados.

El sondeo de opinión es un "instrumento más de acción política", y su función más importante consiste en que la opinión pública es la mera suma de las opiniones individuales.[9][10]​Este concepto sería el mecanismo para construir la idea de que existe una opinión pública unánime, y así legitimar una política y reforzar las relaciones de fuerza que la fundan.



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