x
1

Condado de la Vega Grande de Guadalupe



Condado de la Vega Grande de Guadalupe es un título nobiliario de Castilla perteneciente al Reino de España, otorgado por Carlos III en 23 de septiembre de 1777 a don Fernando Bruno del Castillo Ruiz de Vergara con el título previo de Vizconde del Castillo.[1]

Título otorgado a don Fernando Bruno del Castillo Ruiz de Vergara, caballero de la Orden de Calatrava, coronel de los reales ejércitos y del Regimiento de milicias de Telde, alférez mayor y regidor perpetuo de Canarias; y poseedor de los mayorazgos de las casas de Mesía, Ruiz de Vergara, Trujillo, Lezcano, Cairasco, Calvo, Zurita y Medina. Su esposa, doña Luisa Antonia Amoreto del Castillo, era propietaria de la hacienda de la Vega Grande en el sur de Gran Canaria y procedía de la ilustre casa ligur de Amoretti originarios de Oneglia donde fueron marqueses de Ossario, condes de Envie y Amoreto.

" Relatan también estos historiadores cómo, tras la Conquista, los terrenos y aguas otorgadas por los gobernadores a los protagonistas de la gesta bélica: los Castillo, Muxica, y Lezcano, marcaron el origen de las grandes haciendas, a las que se sumaron las recibidas por los financieros italianos Cairasco, Cibo, Salvago, Amoreto, y Azuaje. Si bien, apuntó Lobo, que todos presumían de sus antecedentes nobles, es en el siglo XVI con la fundación de los mayorazgos cuando comienza la aristocratización de la saga condal en la que confluyen dos linajes diferenciados: Castillo y Amoreto, con las consiguientes afiliaciones que les fueron agregando con el transcurrir de los siglos. Los Castillo tenían tierras en Arucas, en Telde, en San Lorenzo, y por todo el Norte, mientras que los Amoreto eran dueños de todo el suelo que iba desde el barranco de Tirajana hasta el de Arguineguín.

Todas estas propiedades son las que aportan en su matrimonio, que tiene lugar en el siglo XVIII, Fernando Bruno del Castillo Ruiz de Vergara, primer conde de la Vega Grande, y doña Luisa Antonia Amoreto Manrique del Castillo, pareja que encabeza la historia de una familia que llegó a controlar toda la economía de la Isla. Una vez que el rey Carlos III concede el título de Castilla a don Fernando Bruno del Castillo, las otras titulaciones con las que los miembros de esta familia van adornando su perfil durante siglos, como alférez, regidor, castellano, familiar o alguacil del Santo Oficio se resumen en 1777 en el título de conde. Además, se valen de las Leyes del Toro, que regulan las sucesiones, para asegurar que los bienes no se fragmentaran con las herencias, pues ante todo lo que querían era que el patrimonio les permitiera consolidar el poder y comienzan así las uniones entre la misma dinastía. Tras la conquista de Gran Canaria, la familia condal se involucra de manera decisiva en el comercio, las finanzas y especialmente en la agricultura. Sus propiedades se caracterizaron por el cultivo de la viña con haciendas y lagares en el norte y sur de la Isla, así como por los cereales, pero también por la cochinillla, el tabaco, los plátanos y el tomate, además de la industria de la sal y las salazones. A esto hay que añadir la explotación cementera y finalmente la promoción turística, lo que provocó que tierras de cultivo baldío de tomates dieran paso a urbanizaciones turísticas y a viviendas para los trabajadores del sector terciario. "

Las fechas en azul corresponden a los años que ostentaron el condado. Referencia Bibliográfica: Bruquetas de Castro, F. y Lobo Cabrera, M.: La Casa Condal de la Vega Grande de Guadalupe (Historia de una familia) Las Palmas, 2014; ISBN 978-84-616-8660-5.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Condado de la Vega Grande de Guadalupe (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!