Una conejita de Playboy es una camarera que trabaja en los clubes de Playboy. Dichos clubes estuvieron abiertos desde 1960 a 1988 hasta que en 2006 reabrió uno de los lugares en el hotel The Palms en Las Vegas. El nombre viene del traje que llevan las mujeres inspirado en la mascota de la compañía en el que visten un corsé con cuello y orejas y un rabo de algodón idéntico al de un conejo.
Según Hugh Hefner, el "conejo" estuvo inspirado en el local Bunny's Tavern, en Urbana, Illinois.[cita requerida]
El nombre de la taberna lleva el nombre de su primer propietario: Bernard Fitzsimmons, conocido como "Bunny", el cual abrió el local en 1936. A dicho establecimiento iban vecinos y estudiantes de la Universidad de Illinois, entre los que se encontraba el propio Hefner a finales de los años 40
Hefner admitió los orígenes de la mascota en una carta dirigida a la taberna y que a día de hoy se puede ver.
El trabajo de las conejitas variaba según su puesto. Además de camareras, había otros puestos como la portera (Door Bunny), la estanquera (Cigarette Bunny), bailarina de la pista (Floor Bunny), de compañía (Playmate Bunny) y azafatas (Jet Bunnies); estas últimas eran instruidas como auxiliares de vuelo y trabajaban en el Playboy "Big Bunny" Jet). Las mujeres que aspiraban a ser una conejita, debían pasar un casting de selección además de someterse a un riguroso entrenamiento. También se les requería conocer 143 tipos de licores y saber elaborar 20 cócteles. Además existían normas de conducta: tenían prohibido quedar o socializar con los clientes, además, estos tenían prohibido tocar a las mujeres y podrían ser sancionados.
A una conejita se le requería realizar cierto tipo de maniobras en el trabajo en el que debían mantener diferentes posturas.
El uniforme de las conejitas fue el primero en ser registrado bajo la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos con el número 0762884. El traje fue diseñado con satén y rayón elaborado con un corsé de viuda. Como complemento, el uniforme lleva orejas de conejo hechas con satín, rabo de conejo de algodón, cuello alto medias oscuras y botas de tacón alto de calzado.
Las sastres diseñaban el modelo en dos partes: la delantera se cosía la zona pectoral dependiendo del tamaño de pecho (tallas B o C). Una vez la indumentaria se ajustaba a la figura de cada una, las partes se cosían juntas.
En cada club había una mujer al cargo de recursos humanos que estaba al cargo de los horarios de trabajo, entrenamiento, contratar y despedir personal. Esta mujer recibía el nombre de Madre Conejita (Bunny Mother). El club tenía dos funciones para las conejitas: pista y peso. Antes cualquier mánager se encargaba del peso, el cual no podían ganar o perder una libra (salvo aquellas que padecían retención de líquidos). Playboy Enterprises exigía a sus empleados/as que colocaran sus trajes en el almacén al finalizar la jornada. En ocasiones los uniformes eran subastados en la misma sede de Playboy o vía eBay. Aquellos que estuvieran en buenas condiciones, se podían vender por 10.000 dólares. En el Museo de Historia de Chicago y en el Smithsonian aparecen expuestos los modelos para el público.
Los uniformes de conejita se hicieron populares en Japón, donde sienten admiración por la marca. De hecho, los trajes están relacionados con el erotismo, ya que tienden a referirse [a ellas] como Chicas Conejo (Bunny Girls) además de tener en común junto al manga y el anime, una asociación híbrida entre mujeres y animales conocidas como Kemonomimi. Las conejitas no deben confundirse con las playmates, mujeres que han aparecido en portadas de la revista Playboy, aunque algunas de ellas lo han conseguido.
En Brasil, no hay clubes, pero la revista dispone de conejitas que asisten a varios eventos. Actualmente el número de conejitas oficiales son tres, las cuales también aparecen acompañadas por Playmates - por separado, y juntas - en la portada de diciembre de 2008.
En 2006, el hotel The Palms de Las Vegas inauguró su primer club Playboy tras un cuarto de siglo. El local está situado en el piso 52 del Fantasy Tower. El diseñador de moda italiano, Roberto Cavalli fue elegido para diseñar los nuevos uniformes.
La periodista y activista Gloria Steinem publicó en 1983 en su libro de 1983: Outrageous Acts and Everyday Rebellions el trato al que se veían sometidas las mujeres. Clive James criticó el proceso de selección de las conejitas alegando ser una estupidez y declaró que: "para ser una conejita, una joven necesita más de lo que parece, ser una idiota".
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