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Conil de la Frontera



Conil de la Frontera es un municipio español de la provincia de Cádiz, en Andalucía. La locución "de la Frontera" alude a la frontera granadina. En 2019 contaba con 22 529 habitantes.[2]​ Su término municipal ocupa 88,51 km² y está limitado por el océano Atlántico por el oeste. Es uno de los pueblos más pintorescos de la Costa de la Luz, con lugares de alto valor ecológico e histórico. Su economía se basa en el turismo estacional y, en menor medida, en la agricultura y en la pesca. En verano su población llega a superar las 90 000 personas.[3]

Se encuentra situada a una altitud de 41 metros respecto al nivel del mar y a 43 kilómetros de la capital de provincia, Cádiz.

Conil está situado sobre una explanada costera al suroeste de la provincia de Cádiz, bañado por el océano Atlántico. Dista de la capital unos 43 kilómetros. En su situación más oriental domina el llano, siendo su parte más occidental acantilados entre los que destaca el de Roche. Forma parte de la comarca de La Janda.

Plaza de España

Torre de Guzmán

Convento de la Victoria

Aunque ya se constata presencia humana en tiempos prehistóricos, la ciudad fue fundada en tiempos de los fenicios, que se aprovecharon de las salidas al mar de la zona, creando allí sus almadrabas y pesquerías. Parece ser que el nombre deriva de la tribu de los conios, que tuvieron su auge con la civilización tartesia (800-500aC). Ya en tiempos de los romanos adquirió esplendor y grandeza al formar parte de la Vía Hercúlea y unir las ciudades de Málaga y Cádiz. Tras la caída del Imperio Romano, Conil fue saqueada por los visigodos, los bizantinos y los vándalos, hasta que con la llegada del Islam, en el año 711, tuvo que unirse a la Cora de Sidonia.

No se vuelven a tener importantes noticias del municipio hasta 1265, año en el que el término municipal, a causa de las victorias cristianas de la Reconquista, renombra al pueblo añadiéndole el topónimo de "de la Frontera", como hiciera con otras poblaciones como Chiclana, Jerez o Arcos, debido a que las poblaciones formaban parte de la frontera que separaba los territorios musulmanes de los cristianos. En 1299, el rey Fernando IV de Castilla concede a Alonso Pérez de Guzmán la entonces aldea conileña para que la repoblara y fortaleciera, colaborando en su nuevo auge. Fue en estos tiempos cuando el pueblo pasó a llamarse Torre de Guzmán, debido a la torre que, para defender la ciudad en caso de ataque, construyeron bajo su nombre.

A pesar de las epidemias de peste y otras enfermedades que sufrió el pueblo en los años posteriores, las almadrabas servían a los habitantes como base de su economía. A comienzos del siglo XVI, la vida del pueblo se ve alterada por las disputas que se producen entre dos nobles familias tremendamente importantes de la zona: la de los Guzmán y la de los Ponce de León. Junto a esto, las disputas entre los nobles y los aldeanos empeoran la situación de la zona, ya que parecían a estos segundos pésimas las condiciones económicas a las que se veían obligados a vivir. Tras todos estos problemas, las décadas posteriores fueron dando sus frutos, ya que la población y la producción de las almadrabas comenzaron a subir.

Fue el siglo XVII el siglo de oro de la población, puesto que se convirtió en enclave económico de los alrededores. Ya en el siglo XVIII, las almadrabas empiezan a decaer, aunque no por ello la economía, que comienza a sostenerse gracias a la agricultura y la ganadería. A mediados de este siglo, una serie de disputas por la presión fiscal a la que los propietarios de tierras y los aldeanos estaban sometidos, vuelve a turbar la paz de Conil. Estos problemas tanto de territorios como económicos son los que hacen caer la popularidad del pueblo en picado, a lo que se sumó la ocupación napoleónica de principios del siglo XIX. El pueblo, que por aquellos entonces tenía un sentimiento antiseñorial, creó el Síndico Personero, una especie de defensor del pueblo gracias al cual los municipios de la zona pudieron enfrentarse a los señores propietarios de las tierras. Durante el siglo XX el turismo, en muchísima menor medida que el actual, comienza a hacer mella en la localidad, dado que familias de Sevilla comienzan a marchar de veraneo por esta zona para darse baños de aguas medicinales. Desde la década de 1960 Conil ha tenido un auge turístico, debido al cual este es el sector por el cual se ha sustentado la economía local en estos últimos años.

Conil limita con Chiclana de la Frontera al norte y con Vejer de la Frontera al este y al sur. Al oeste limita con el Océano Atlántico.

Sus atardeceres son los que más duran, esta es una de las razones de su popularidad turística.

Tradicionalmente la economía principal ha sido pesquera y agrícola-ganadera; sin embargo, en la actualidad, ésta se está desplazando hacia una economía basada en el sector servicios, debido al gran desarrollo turístico que ha surgido en esta localidad costera en los últimos años. Con todo, Conil ha pasado a ser uno de los enclaves de la costa gaditana con mayor interés en las inversiones turísticas.

Además, recientemente se ha inaugurado una conexión de fibra óptica que conecta Canarias con la ciudad, que será de gran utilidad para el tráfico de voz y datos entre América y Europa, y cuyo centro de control está en Conil.[5]

La renta media declarada en el municipio fue de 16.187 € en 2008, un 17 % más alta que la renta media de la comarca.

     Deuda viva del Ayuntamiento de Conil de la Frontera en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.[6]

Fuente: Instituto Nacional de Estadística de España - Elaboración gráfica por Wikipedia

La gastronomía conileña destaca pos sus pescados, que se dan a conocer en una feria anual.[7]

https://www.facebook.com/elcarmenconil/

En esta capilla se da culto a la Virgen del Carmen, de gran devoción por las gentes de la mar, pescadores y marineros. Un inventario en 1900 nos dice que se componía la capilla de una nave con bóveda de medio cañón, sacristía, patio y habitaciones de la santera. Su altar lo presidía un lienzo de la Inmaculada.

Durante gran parte del siglo pasado estuvo esta capilla en un estado de gran abandono, sin culto y dedicada a otras funciones, como alojamiento de tropas después de la guerra civil. Fue restaurada en los años sesenta. Su campana, aunque cascada, está fechada en 1632, siendo la más antigua de todas las iglesias de la villa. Iglesia Mayor de Santa Catalina: Del siglo XV, ha sido reformada e incluso reconstruida varias veces.

En el municipio los deportes más practicados son el fútbol y el baloncesto.

Actualmente el surf y el kitesurf son los deportes de agua más practicados.

El club deportivo más destacado del municipio es el Conil C.F., que actualmente milita en la 3° División.

Además del núcleo principal, tiene:

Todos los núcleos de población están comunicados por el transporte urbano de Conil, gestionado por la empresa pública municipal Rosam. Existen tres líneas de autobuses urbanos en Conil:




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