Conserje en condominio, también llamado Conserje para todo, es una película de comedia mexicana de 1974 dirigida por Miguel M. Delgado, protagonizada por Cantinflas, Claudia Islas y Raquel Olmedo.
Don Úrsulo (Cantinflas) está en el metro y se dirige a una entrevista de trabajo, se da cuenta de que son muchas las personas que se han enterado de la vacante del empleo pero él es el primero, en su afán de no perder su lugar confunde al administrador con uno de los hombres que también va a pedir el empleo y que se quiere pasar de listo.
El administrador logra entrar y lo manda a llamar inmediatamente con una mezcla entre molestia y sorpresa, al ver la actitud de Úrsulo lo manda llamar, después de una pequeña discusión, Úrsulo se sale con la suya y obtiene el puesto de conserje del condominio.
El primer día conoce a la Señorita Jackie, una muchacha adinerada a la que le ofrece sus servicios y se presenta como conserje del edificio, después conoce a Danny, el hijo de los anteriores propietarios del edificio, quien le pide que vaya a arreglar una válvula del baño de su departamento #901, pero el asunto sale mal y Úrsulo inunda el departamento de Danny, arruinando sus alfombras.
Mientras Úrsulo está cambiándose de ropa en la habitación luego de la inundación del edificio, llega Clodomira, la empleada de la Señorita Jackie, quien le pide a que vaya a arreglar un grifo del baño del departamento #702 de su patrona, Úrsulo se niega, en ese momento entra Danny con un amigo a reclamarle sobre las alfombras, Úrsulo le dice que no se hará responsable de ello, así que ellos se van muy disgustados incomodando a Clodomira, pero Úrsulo la defiende.
Llega al edificio Lisa, quien se queja que al regresar de sus vacaciones le han ponchado las llantas de su coche, pero se dan cuenta de que el auto de Lisa no es el único que tiene las llantas ponchadas, alguien está jugando una mala broma.
Úrsulo es contratado por una sirvienta anómina para arreglar un cortocircuito en el departamento #601 de su patrona, Doña Cándida, una mujer profetisa que tiene contacto con el más allá, y luego llega una mujer rubia invitada y hermana espiritista.
Llega el padre de Danny y le reclama al administrador sobre la protección que le ha dado al actual conserje, el administrador le comenta que ya han sido varias veces que tanto su hijo como los amigos de él mismo, han perturbado la paz del edificio y la de los conserjes anteriores.
En el departamento #802, Jorge y su mujer, la Señora Margo discuten, y llaman a Úrsulo para que baje el arpa de la Señora Margo, pero Úrsulo se queja, pues el día anterior bajó y subió el arpa por las contadas discusiones que tuvieron.
Domitila, la empleada de la Señorita Lisa, contrata a Úrsulo para que ayude a su patrona a grabar un comercial.
Úrsulo se topa con el padre de Danny, a quien le da una cátedra de cómo educar y cuidar a los hijos.
Tiempo después, mientras Úrsulo pinta todos los coches del estacionamiento del edificio, Clodomira lo llama para recibir la visita de un importante representante político, el Licenciado Silverio Rojas.
En el departamento #702, Jackie manda a llamar a Úrsulo, para que atienda en la noche, pues espera a un hombre, pero cuando comienzan los deberes de Úrsulo en su departamento, llega un hombre que ya está pasado de copas, tocan a la puerta y Úrsulo atiende, es un hombre que también quiere entrar, el Licenciado Rojas, por eso Úrsulo lo detiene, en ese momento sale Jackie y le menciona que él es el hombre al que estaba esperando, pero resulta que el primer hombre es Don Melesio Martínez, el esposo de Doña Candy.
Jackie y su esposo se enojan, por eso Jackie se retira a dormir y el Licenciado Rojas se queda con Úrsulo tomando una copa, pero las cosas no terminan nada bien, al día siguiente Clodomira decide levantar el desorden y Jackie reprime a Úrsulo por su desagradable comportamiento y lo envía a ayudar a Clodomira a limpiar el desastre de la noche anterior debido a su embriaguez y ella también lo reprende y lo echa del departamento a la fuerza.
Danny comienza a percibir los estragos de la plática que Úrsulo tuvo con su padre y comienza a planear algo bastante grande.
Llega el cartero al edificio, entre la mensajería hay una revista donde aparece la Señorita Erica, una inquilina del edificio, Úrsulo insiste en llevarle la revista a su departamento #502, sale de ver a Erica con la tarea de llevarle en la noche al teatro, el vestuario que necesita.
Esa misma noche, Jackie está reconciliándose con su esposo, tomando una copa y el Licenciado Rojas cae desmayado, rápidamente llaman a Úrsulo, para que se lleve al licenciado, pues creen que está muerto. Úrsulo lo deja en el patio trasero del edificio y se retira.
Minutos después el Licenciado Rojas despierta y vuelve a subir a su departamento #702, Úrsulo lo ve y sube corriendo por las escaleras para avisarle a Jackie y a Clodomira que el licenciado no estaba muerto, pero se encuentran con la sorpresa de que el licenciado todavía no ha llegado a su departamento, ha sido secuestrado.
Al día siguiente toda la ciudad sabe de la desaparición del Licenciado Rojas y Úrsulo desarrolla un papel importante en la investigación porque él ha sido el último que lo ha visto.
La investigación comienza con Ursulo y Cloromira en todos los pasillos del edificio y los primeros sospechosos son Danny y sus amigos del departamento #901, pero al parecer ellos no tienen nada que ver. Sin embargo otros vecinos se están mudando y le piden apoyo a Úrsulo para bajar sus cosas, entre ellos el arpa de la Señora Margo.
Después de unos momentos, Úrsulo y Clodomira suben al departamento #802 que ha sido desalojado y se encuentran con que no se han llevado el arpa.
Con la ayuda de las autoridades, Úrsulo realiza una persecución en helicóptero para detener a los secuestradores y así encuentra al Licenciado Rojas.
Al final, pide apoyo a los oficiales pues tiene una última tarea que completar, ir por Clodomira a declararle su amor y luna de miel.
El profesor Jeffrey M. Pilcher, en Cantinflas and the Chaos of Mexican Modernity, vio la presencia de hippies en la película y el personaje de Cantinflas que chocaba con ellos como «parte de una lucha por representar la identidad nacional de México», con el personaje de Cantinflas representando al «pelado de la década de 1930». Pilcher señaló, sin embargo, que «aunque Cantinflas triunfó sobre los hippies en la pantalla, muchos jóvenes lo consideraron una momiza». Tanto Carlos Monsiváis en Los ídolos a nado como Joanne Hershfield y David R. Maciel en Mexico's Cinema: A Century of Film and Filmmakers la consideraron una de las películas más «tristes y patéticas» de Cantinflas, junto a El ministro y yo (1976).
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