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Conservación de las especies



Los términos conservación ambiental, conservación de las especies, conservación de la naturaleza y protección de la naturaleza son algunos de los nombres con los que se conoce el objetivo común de las distintas formas de preservación de la naturaleza, el medio ambiente o, sobre todo, algunas de sus partes: la flora y la fauna, las distintas especies, los distintos ecosistemas, valores paisajísticos, entre otros.

La conservación ambiental es una necesidad ante la cantidad de problemas ambientales que están afectando la salud de toda la humanidad. Y en consecuencia la destrucción del único hogar como el planeta. Esta conservación del medio ambiente y todos sus recursos naturales, debe ser más profunda y verdadera para tratar de minimizar el daño causado por el hombre y buscar despertar esa conciencia humanista que permita poner en prácticas medidas de conservación ambiental por un desarrollo sostenible que satisfaga las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras. Es por eso que se han creado movimientos sociales para la conservación.

Con el nombre de conservacionismo se designa al movimiento social que propone esa conservación. Una de sus vertientes es el movimiento ecologista.[1]

Los debates entre conservacionistas y ecologistas se remontan a principios del siglo XX.[2]

Los conservacionistas, liderados por el presidente estadounidense Theodore Roosevelt y su estrecho aliado Gifford Pinchot, señalaron que la mayoría de los recursos naturales en los países occidentales debían pertenecer al gobierno federal y que el mejor curso de acción, argumentaron, era un plan a largo plazo ideado por expertos nacionales para maximizar los beneficios económicos a largo plazo de los recursos naturales.[3]

Los ecologistas, en cambio, liderados por John Muir (1838–1914), quien fue también responsable de definir la posición ecologista en el debate entre el conservacionismo y el ecologismo, predicaban que la naturaleza era sagrada y que los seres humanos serían intrusos. En este sentido, para esta vertiente los humanos podrían mirar pero no explotar a la naturaleza.

La Dra. Donella Meadows, sirviéndose de sus estudios anteriores sobre tendencias globales, económicas y sociales ayudó a la comunidad científica a comprender el deterioro que en los años 70 que todavía era tema de discusión.

Desde el punto de vista del conservacionismo, hoy en día se venden las zonas de la naturaleza sin alterar, los «terrenos vírgenes» como productos que se pueden comprar para obtener beneficios industriales, en los que la industria adquiriría los permisos para construir y acaparar el mercado del país donde compra a través de la inversión de su dinero. Esta inversión se verá reflejada al cabo de unos años después de haber consumido todos los mercados posibles y siguiendo una brecha de compra-venta por otras partes del mundo. Meadows informó que la economía podía estancar el crecimiento natural.

El ser humano, a medida que avanza está destruyendo las pocas y últimas áreas salvajes o naturales que quedan; está extinguiendo especies de plantas y animales; está perdiendo germoplasma valioso de especies y variedades domésticas de plantas y animales; está contaminando el mar, el aire, el suelo y las aguas, y el medio ambiente en general, viéndose entornos devastados con pérdidas de suelo rico en nutrientes aptos para la reforestación.

La conservación de la naturaleza se da por razones económicas, científicas, culturales, éticas, sociales y legales:

La conservación de la naturaleza y de los recursos naturales se enfoca específicamente en tres aspectos:

Junto a las políticas que puedan adoptar los gobiernos, los ciudadanos tienen una gran capacidad para colaborar directamente a la conservación ambiental a través de hábitos ecológicos como los siguientes:

Conducir menos y utilizar el transporte público. Otra buena opción, es caminar o usar otros medios de transporte que no contaminen, como las bicicletas. En caso de que sea imprescindible salir en el automóvil para ir al trabajo, compártelo con otros compañeros o vecinos.

Preguntarse si realmente se necesita un producto, antes de comprarlo. Cualquier consumo que no sea imprescindible es anti-ecológico. En caso de que este artículo sea indispensable, procure adquirir productos que contaminen menos el medio ambiente.

La protección ambiental, consiste en el conjunto de medidas que se toman a nivel público y privado para cuidar nuestro hábitat natural, preservándolo del deterioro y la contaminación.

Todo ser vivo tiene la obligación de proteger el medio ambiente; pues es el medio en el que se establece, se desarrolla; se reproduce y muere. Para cumplir con la responsabilidad que nos toca como seres humanos, debemos desarrollar medidas y propuestas para mantener la vida humana, así como la vida de la flora y la fauna, pues la protección abarca a todo lo que nos rodea, desde el clima, hasta las plantas, los animales e incluso los aspectos socioculturales que son parte de todo nuestro ambiente.

No debemos confundir la conservación ambiental con la protección ambiental, son diferentes; la conservación nos habla de cómo podemos prolongar la existencia, pero la protección nos dice cómo poder prevenir el daño y con ello la extinción.

Las áreas naturales protegidas de los países, juegan un rol importante en la protección de flora y fauna, en ellas se albergan hábitats de cuyo equilibrio y preservación dependen la existencia, transformación y desarrollo de las especies de flora y fauna silvestres.

Permiten la realización de actividades relacionadas con la preservación, repoblación, propagación, aclimatación, refugio, investigación de especies, así como las actividades relativas a educación.

En 2010, en Nagoya, Japón, líderes de más de 190 países establecieron, entre otras, metas para reducir a la mitad la pérdida de hábitats naturales y aumentar la superficie de tierra del mundo ocupada por reservas naturales al 17% para 2020. Sin embargo, las evaluaciones recientes de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) concluyeron que las tasas de extinción de especies son actualmente de diez a cientos de veces más altas que los promedios históricos, es decir, las tasas de extinción son las más altas de la historia. No obstante, Volkan Bozkir, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, comentó que desde 1993 se han logrado salvar más de 40 especies animales a través de acciones locales, nacionales e internacionales donde se incluyeron la protección del hábitat, la reintroducción de especies, la protección legal, entre otros esfuerzos.

Puerta Fernández, Juan Francisco, Yánez Sarmiento, Mariana Marisol, & Medina Peña, Rolando. (2018). Los sistemas de pagos por servicios ambientales de los bosques, una necesidad para el desarrollo sostenible. Revista Universidad y Sociedad, 10(2), 209-216. Epub 03 de febrero de 2018. Recuperado en 8 de noviembre de 2020, de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2218-36202018000200209&lng=es&tlng=es.

Protección del medio ambiente: Qué es, importancia y características. Cumbre Pueblos. 2017. Recuperado el 8 de noviembre de 2020, de https://cumbrepuebloscop20.org/medio-ambiente/proteccion/

A 10 años del acuerdo mundial para proteger la biodiversidad, las tasas de extinción son las más altas de la historia. Noticias ONU. 2020. Recuperado el 8 de noviembre de 2020, de https://news.un.org/es/story/2020/09/1481372



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