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Coraline (película)



Coraline (en España, Los mundos de Coraline; en Hispanoamérica, Coraline y la puerta secreta) es una película de animación estadounidense escrita y dirigida por Henry Selick, basada en la novela de Neil Gaiman Coraline (novela publicada en 2002) y estrenada por primera vez en salas de cine el 6 de febrero de 2009 en Estados Unidos y el 5 de junio en España. Fue la primera película en ser producida por los estudios de animación Laika.

Coraline recibió la aclamación universal por la crítica, e hizo 16.850.000 dólares durante el primer fin de semana de estreno, ocupando el tercer lugar en la taquilla. En septiembre de 2009, la película había recaudado más de $124 millones a nivel mundial. Coraline ganó los premios Annie a la mejor música, al diseño de personajes y al diseño de producción, y tuvo candidaturas al Óscar y al Globo de Oro a la Mejor Película Animada.

La película comienza mostrando una muñeca flotando que entra por una ventana con la apariencia de una niña con trenzas y vestido rosa, cuyos ojos son botones. Unas manos hechas de agujas comienzan a descoserla y forman una nueva muñeca con la apariencia de una niña con el pelo azul. La muñeca vuelve a salir por la ventana.

A una enorme casa (que fue dividida en departamentos) llamada el Palacio Rosa, llega a vivir la familia Jones, un matrimonio con una sola hija, Coraline, una niña curiosa a quien sus padres no le prestan atención debido a su trabajo como redactores de un catálogo de jardín.

Durante su exploración de la casa, Coraline descubre un pozo antiguo y conoce a Wybie (Wyborn), el nieto de la propietaria de la casa, y a su gato negro. El chico le explica que el pozo es tan profundo que se desde el fondo el cielo se ve nocturno en pleno día. También le dice que le sorprende que su familia se haya mudado a la casa, pues su abuela no suele rentársela a familias con niños. El chico se va cuando su abuela lo llama antes de explicarle por qué. Antes de irse, Wybie le dice a Coraline que una rama que ella había tomado anteriormente es venenosa, por lo que su mano se irrita.

Ya en su casa, Coraline desea salir al jardín a empezar a plantar, sin embargo, su madre se lo prohíbe debido a la lluvia y al barro. Además, Wybie le envía a Coraline una muñeca parecida a ella (la muñeca de la escena de apertura) la niña va con su padre, quien debido a su trabajo, le pide que vaya a explorar la casa y que anote todo lo que vea. Durante su paseo, descubre una diminuta puerta y le pide a su madre que la abra; a regañadientes, la señora Jones rompe el tapiz que la cubre y la abre utilizando una llave negra cuya cabeza tiene forma de botón, sin embargo, esta da a una habitación sellada con ladrillos, por lo que su madre supone que la clausuraron cuando dividieron la casa.

En la noche, durante la cena, la niña se asquea debido a la horrible comida preparada por su padre; por lo que va adormir sin cenar, sin embargo, el sonido de un ratón la despierta, y sigue al pequeño roedor que se dirige a la misteriosa puerta. Al abrirla, los ladrillos han desaparecido y un túnel de colores lleva a otra entrada. Coraline lo atraviesa y se encuentra de nuevo en su sala, y al entrar a la cocina encuentra a su madre, pero al girarse esta, descubre que tiene botones en vez de ojos. La mujer se presenta como su Otra Madre y le pide que vaya y busque a su Otro Padre.

Coraline conoce al Otro Padre, quien le canta una canción en su piano, el cual maneja con unos guantes mecánicos. Después se van a cenar, donde Coraline descubre que la comida es deliciosa y que sus padres siempre están al pendiente de ella. Después de cenar, los Otros Padres la llevan a un hermoso dormitorio. Cuando despierta de lo que resultó ser un sueño, está de vuelta en su verdadera casa.

Coraline le cuenta a su madre lo ocurrido, sin embargo, escéptica de lo que dijo su hija, le da permiso de salir a visitar a las señoras Spink y Forcible. Cuando sale, unos paquetes llenos de queso están en su puerta, y va a entregárselos al señor Bobinsky, un viejo acróbata eslavo obsesionado con un circo de ratones, quien confunde su nombre por Caroline. El señor Bobinsky, sin saber a qué se refieren, le advierte que los ratones le mandaron decir que no entrara por la puerta secreta.

Coraline baja a visitar a las señoritas Spink y Forcible (las cuales también la llaman Caroline), ellas, usando sus supuestos dones de adivinación, le advierten de un terrible peligro, aunque ellas mismas no se ponen de acuerdo en que decir. Ya yendo a su casa, la niña se vuelve a encontrar con Wybie, y le pregunta si él hizo que la muñeca se pareciera a ella, él le dice que se la encontró de esa forma. Wybie le revela también que tiene prohibido entrar a la casa por su abuela y que no conoce el interior de la casa; también le explica que antes su abuela tenía una hermana gemela y que desapareció, argumentando que fue secuestrada.

Nuevamente en la noche, Coraline es guiada por los ratones al Otro Mundo, donde su Otra Madre la envía al hermoso jardín que su Otro Padre planta con su mantis religiosa. El Otro padre le muestra que plantó el jardín y que desde arriba el jardín tiene la forma de su cara. En la cena, la Otra Madre le dice que el señor Bobinsky la invitó al circo de ratones y que el Otro Wybie la acompañará; el Otro Wybie se presenta como un chico que no dice nada. Ya en el circo, Coraline conoce al Otro Bobinsky, un hombre que le presenta un circo de ratones estupendo; después se despide y Coraline vuelve a su habitación, regresando nuevamente a su mundo. Coraline trata de abrir la puerta, pero descubre que fue cerrada y que la llave desapareció.

Coraline y sus padres van a la ciudad para entregar su catálogo de jardín y su madre la lleva a comprar uniformes; ahí la niña ve unos guantes naranjas, pero su madre se rehúsa a comprárselos. En el auto, Coraline reprende a su madre por la llave, ella le dice que la cerró debido a que había heces de rata en la puerta. Ya en la casa, su madre dice que va hacer las compras; aprovechando esto, Coraline busca la llave y va hacia la puerta, y cuando la abre el túnel está abierto, descubriendo que el Otro Mundo si es real.

Al entrar, la comida está servida y su Otra Madre le informa en una carta que las señoritas Spink y Forcible la invitaron a su espectáculo después de la cena. Saliendo de la casa, Coraline se encuentra con el gato de Wybie, quien tiene la capacidad de hablar en el Otro Mundo; él le explica que puede ir venir al Otro Mundo cuando quiere, y que es un juego entre la Otra Madre y él, ya que ella odia a los gatos y desea alejarlo cuando puede. Coraline no le cree y se va al show, donde los perritos de Spink y Forcible son los anfitriones; cuando el show da inicio, ambas mujeres se pelean en plena función y después se ven en una plataforma alta, donde saltan y se quitan sus disfraces de anciana revelando un aspecto hermoso y joven.

Al terminar el espectáculo, los Otros Padres de Coraline la llevan de nuevo a casa; el Otro Wybie se muestra triste, sin embargo la Otra Madre lo amenaza, forzándolo a sonreír mientras lo deja afuera de la casa. Ya en el comedor, los Otros Padres le proponen a Coraline quedarse con ellos para siempre, con la condición de que se cosa botones en los ojos. La niña, asustada, no acepta y decide irse a dormir para regresar a su mundo; sin embargo, al despertar descubre que sigue ahí.

Decide ir a interrogar al Otro Padre, pero este se empieza a ver deformado y le dice que no se va a ir, pero las manos del piano lo callan. Coraline sale de la casa y empieza a caminar hacia el pozo con la esperanza de salir del Otro Mundo, en el camino se encuentra con el gato, quien la acompaña. Al llegar donde se supone debería estar el pozo, se encuentran en un vacío blanco; el gato le explica que esa parte es el vacío en ese mundo, pues la Otra Madre solo creó las cosas que impresionarían a Coraline. Luego ambos regresan a la casa y el gato dice que le dieron la vuelta al mundo.

El sonido de una trompeta los pone en alerta, el gato caza a un ratón acróbata, que al morderlo revela que en realidad es una horrible rata. Coraline entra a la casa con la esperanza de poder salir del Otro Mundo por la puerta secreta, pero la Otra Madre esta ahí; durante una discusión la niña le dice que ella no es su madre, y la mujer empieza a alargarse, revelando una forma de horrenda bruja, entonces la toma y la encierra en una habitación ubicada del otro lado de un espejo.

Ahí, Coraline conoce a los fantasmas de tres niños, quienes le cuentan su historia; la Bruja (la Otra Madre) los espiaba a través de la muñeca, y al ver que sus vidas no eran felices los atrajo al Otro Mundo con comida, tesoros y juegos, y aceptaron que les cosiera botones en los ojos; sin embargo, después de eso los encerró en ese lugar y se comió sus vidas. Los niños le piden a Coraline que encuentre sus ojos para poder liberar sus almas. El Otro Wybie libera a Coraline y la ayuda a llegar a la puerta, ella le pide que se vaya con él, pero se niega debido a que él es solo una creación de la Bruja; al entrar, el túnel se ha vuelto un horrible pasaje lleno de telarañas. Coraline llega a su mundo y cierra la puerta; sin embargo, sus padres han desaparecido.

Wybie llega y le pide la muñeca a Coraline, pues en realidad le pertenecía a su abuela; la niña le dice lo que pasó en el Otro Mundo pero el niño la toma por loca. Coraline visita de nuevo a las señoritas Spink y Forcible, que le dan un objeto hecho de caramelos viejos, el cual es un triángulo con un agujero en el centro, y cada una le explica que es para cosas malas y cosas perdidas. Coraline regresa a la casa, el gato la visita y le muestra la muñeca oculta debajo de la cama de sus padres, la cual ahora tiene la forma de ambos padres con una mirada triste. El gato la lleva al espejo, donde se ve a sus padres en un sitio nevado pidiendo ayuda; Coraline rompe el espejo al descubrir que la Bruja los capturó y quema la muñeca.

Coraline decide regresar al Otro Mundo a salvar a sus verdaderos padres, y el gato le sugiere que rete a la Bruja para salvarlos; la Bruja la espera del otro lado y obliga al ya deformado Otro Padre a sujetarla, luego envía una de las ratas por la llave, cierra la puerta y después se come la llave. Coraline pregunta por qué no tiene su llave, el Otro Padre le dice que solo hay una llave pero la Bruja lo silencia y se lo lleva de nuevo.

La Bruja le prepara el desayuno a Coraline, la niña la reta a un juego de buscar cosas, los tres ojos de los fantasmas y a sus padres, diciendo que si pierde se dejara cocer los botones, pero si gana tiene que dejarla ir. la Otra Madre acepta y le da como pista que los ojos se encuentran en las tres maravillas que preparó para ella, y desaparece.

Coraline deduce que esas tres maravillas son los dos espectáculos y el jardín; se dirige al jardín para buscar el primer ojo, usando el artefacto que le dieron Spink y Forcible, y descubre que la esfera de la palanca de la mantis del Otro Padre es el ojo. Sin embargo, esta lo ataca, pero el Otro Padre se libera del control de la mantis y justo cuando esta por caer al lago del jardín, le entrega el ojo a Coraline, luego el jardín se torna piedra y la luna comienza a eclipsarse.

Después se dirige al teatro de las Otras Spink y Forcible, y descubre que los perros de ambas se han vuelto murciélagos y duermen en el techo del teatro, en el escenario se encuentra un enorme caramelo envuelto; Coraline descubre que ahí está el ojo, pues es la perla de una de las mujeres, pero cuando lo agarra ambas la atacan, convertidas en una especie de dulce rosa y verde con los cuerpos mezclados que la empiezan atraer hacia el envoltorio. Coraline usa su linterna para despertar a los perros, quienes atacan a las mujeres, entonces ella les quita la perla y el teatro se torna piedra junto con las mujeres y sus perros. Coraline va a la casa del Otro Bobinsky, descubre la ropa del Otro Wybie colgada en el techo, entra y una especie de hombre con la ropa de Bobinsky le dice que no se vaya, la niña le dice que no le hará caso a una imitación del señor Bobinsky, a lo que el hombre dice que ya ni siquiera es eso. Coraline descubre que el último ojo es una pelota, pero una rata salta y se la lleva, entonces el cuerpo del hombre se disuelve, revelando que eran ratas dentro de la ropa de Bobinsky. Coraline trata de quitarles el ojo, pero la rata escapa y pierde la piedra de Spink y Forcible; la niña decide darse por vencida, pero el gato aparece con la rata muerta y le da el último ojo, entonces decide entrar para buscar a sus padres.

Sin embargo, la luna se eclipsa con la forma de un botón y el Otro Mundo comienza a desaparecer, Coraline toma al gato y entra a la casa; se dirige a donde está la puerta y se encuentra con la Bruja, quien ha tomado la forma de una mujer araña. La Bruja le dice que debe encontrar a sus padres, pero le revela que ella tiene la piedra y la arroja al fuego, uno de los fantasmas le habla por uno de los ojos y le advierte que sea inteligente, pues aunque gane, la Bruja no la dejará ir. Coraline le dice que oculto a sus padres dentro de la puerta secreta, la Bruja se ríe y empieza a regurgitar la llave, el gato encuentra a sus padres, quienes están presos en una bola de nieve. La Bruja le dice que perdió, pero Coraline toma al gato y se lo arroja en la cara, entonces ella toma la llave y trata de huir. El gato le arranca los ojos dejándola ciega.

La Otra Madre se quita al gato y lo arroja a la puerta, enojada y ciega, hace desaparecer el piso y cuelga a Coraline de una telaraña; la niña se las ingenia para volver a subir y entra a la puerta, sin embargo, la Bruja la sigue e impide que cierre la puerta, pero los fantasmas ayudan a la niña y cierran la puerta, cortándole una mano a la Bruja. Coraline sale y cierra la puerta con llave. Entonces sus padres llegan y revelan no tener recuerdos de su cautiverio.

A la hora de dormir, su madre le da un obsequio a Coraline, los guantes que ella quería, el gato aparece y duerme con la niña; ella pone los objetos debajo de su almohada y duerme. En su sueño, los niños le agradecen su ayuda, pero le advierten que sigue en peligro mientras tenga la llave en su poder, pues solo hay una y la Bruja la puede encontrar, entonces Coraline se despierta y decide deshacerse de ella en el pozo, pero la mano de la Otra Madre sale de la puerta y la sigue.

Antes de que la pueda tirar, la mano lo impide y comienza a arrastrarse junto con Coraline hacia la casa, pero Wybie llega e interviene; usa una roca para aplastar la mano y Coraline la envuelve con una manta, enreda la llave para cerrarla, ambos tiran la llave al pozo y lo cierran.

Wybie le dice que su abuela le mostró una foto de su hermana, y Coraline la reconoce como uno de los fantasmas. Ella le dice que lleve a su abuela a la fiesta de jardín del día siguiente.

Coraline, feliz por estar en su verdadera casa, le da a sus vecinos limonada mientras todos le ayudan con el jardín, Wybie llega con su abuela, la niña se presenta y se acerca a ella ansiosa de contarle su historia. La película termina alejándose y mostrando la casa y al gato acostado en el letrero de la casa, el cual se levanta y desaparece, entrando nuevamente al Otro Mundo.

Uno de los grandes retos de la animación stop-motion, es crear personajes que no se asemejen demasiado a lo humano. Uno de los estudios que producen este tipo de películas son los estudios Laika, quienes han producido diversos largometrajes como ahora Kubo and the Two Strings (2016) y The Boxtrolls (2014). Pero la primera película producida por esta compañía fue Coraline. Uno de los aspectos que otorgan gran importancia e innovación a la película de Coraline es que fue la primera película de stop-motion rodada en 3D y HD.

Henry Selick invitó al ilustrador y dibujante japonés Tadahiro Uesugi a formar parte de la película. Este estuvo un año trabajando en la elaboración de personajes. Sus propuestas ayudaron a decidir las proporciones de los éstos y la paleta cromática. Este artista japonés basa sus obras en los carteles de los años 50 y 60 en los Estados Unidos. Una vez Uesugi acabó con la propuesta visual de los personajes, se dirigió a Estados Unidos, donde se reunió con Chris Butler, director del storyboard. Una característica del storyboard de la película es que se usaron monitores LCD Cintiq, de Wacom. No fue hasta después de todo esto que se acabó de decidir qué la técnica usada sería el stop-motion, aunque esa era la idea del director desde un principio.[1]

En la producción de Coraline participaron un total de treinta y cinco animadores. Cada uno de ellos podía llegar a tardar una semana de trabajo en obtener de dos a seis segundos y medio de animación. El rodaje en sí, duró unos dieciocho meses, y en total, fueron necesarias quinientas personas y cuatro años para completar el film. Cada una de las figuras de los personajes, requería al menos la actuación de treinta artistas y un período de tiempo de entre tres y seis meses para dar por finalizada su fabricación. Esto incluía personas para poder moldear, esculpir y armar cada una de las piezas que constituía cada marioneta.[2]​ Para la creación de éstas, decidieron crear un esqueleto que fuera resistente, pero que también proporcionara cierta movilidad. Estos esqueletos fueron recubiertos de una piel de silicona ya que esta tiene una textura realista y permite moldearse dependiendo de la necesidad de la escena. Para que fuera más fácil la manipulación de la cara y que tuviera gran variabilidad en cuanto a la expresión facial del personaje, dividieron el rostro en dos partes intercambiables. De ese modo ampliaban el número de combinaciones posibles y en el caso de solo necesitar variar una de las dos partes, la otra se podía dejar. En total, se alcanzó la cifra de quince mil rostros diferentes para toda la producción. De Coraline se fabricaron seis mil trescientas caras. Las manos y el cabello fueron especialmente difíciles de crear. Las manos tenían que ser anatómicamente perfectas en relación al cuerpo[3]​. Y en cuanto al cabello de Coraline, se consiguió que las pelucas usadas pudieran ser animadas colocando alambres para poder moldearlo dependiendo de la situación. Aunque en muchos casos se trataba de cabello sintético, como es el caso del cabello de Coraline, en algún otro personaje se experimentó con pelo de caballo, de cabra e incluso cabello humano. Hicieron cuarenta y dos pelucas solo para Coraline.

La ropa que llevan los personajes de la película está cosida a mano por una sola persona, Althea Crome, ella misma se define como una pionera del "microtejido". Este procedimiento requiere agujas de 0.01 milímetros de diámetro e hilos del grosor de un cabello humano. Se podía llegar a tardar seis semanas en el proceso de elaboración de unos mini guantes, desde la elaboración de un diseño hasta el producto ya terminado.[4]

En la película podemos observar diversos elementos naturales como ahora por ejemplo lluvia y niebla. Estas técnicas podrían haber sido creadas mediante ordenador, pero Henry Selick prefirió no usar elementos simulados. Para recrear el efecto de la niebla, probaron diferentes técnicas, como por ejemplo grabar humo, hielo seco o algodón para crear un efecto de movilidad.[5]

Desde el punto de vista del espectador, es muy complicado apreciar el manejo de la cámara en las animaciones. En el caso del stop-motion, no solo es necesario cuidar las tomas, es muy importante tener en cuenta la escala para que el público no se sienta como un gigante observando la película, ya que las medidas de los muñecos son mucho más pequeñas que las de la realidad a la que estamos acostumbrados. Para evitar todo esto, los realizadores de Coraline, usaron una visión estereoscópica, como la del ojo humano. Para poder lograrlo, cada toma estaba compuesta por dos fotografías, las cuales mostraban lo mismo pero desde dos ángulos un poco diferentes, tal y como lo hacen los ojos en el cuerpo humano. Esto ayudó a darle a la película una sensación de tercera dimensión.[6]

El álbum de la banda sonora de esta película es un poco atípico, fuera de lo normal para lo que normalmente se estila, ya que está formada por un total de 32 movimientos entre temas cantados y partes instrumentales cortas y largas utilizados como música incidental o para llevar los motivos musicales de la película. Cuenta con contribuciones vocales breves como en el caso de la actriz Teri Hatcher en los temas "Dreaming" y "Mechanical Lullaby". También participan la Coral Infantil de Niza, la Orquesta Sinfónica de Budapest y los músicos Hélène Breschand y Christophe Grindel, junto a un tema de 28 segundos compuesto para la película e interpretado por el dúo de rock alternativo They Might Be Giants, llamado "Other Father Song", y que fue promocionado únicamente en Estados Unidos.

Cabe mencionar que hay dos canciones breves que no aparecen en el álbum de la banda sonora. Una es la que se titula "Nellie Jean", que corresponde a unos sonidos de arpa e interjección en la voz de un hombre en una breve escena en la calle, con actores ambulantes interpretando a Shakespeare Rascal, justo cuando el padre de Coraline se dispone a entrar apresuradamente en la tienda de jardinería; este tema fue escrito y ejecutado por Kent Melton. La otra canción no incluida es la que se titula "In the Store" ("En la tienda") que suena cuando Coraline va a comprar ropa para el colegio con su madre y se enamora de un par de guantes con rayas verdes y naranjas.

Hay otros temas cortos instrumentales ligados a ciertas escenas en la película que tampoco figuran en la lista original de la banda sonora; las escenas son las siguientes:

Todos las demás canciones que se oyen a lo largo de la película fueron escritas y producidas por Bruno Coulais a excepción de "Other Father Song", "Sirens of the Sea" (Sirenas del mar) que fue coescrito junto a Henry Selick y, "Other Father Song" con la colaboración de They Might Be Giants.

Algunas de las canciones que conforman la banda sonora—especialmente las canciones corales—están cantadas en una especie de jerigonza vocal, es decir, el texto que está siendo cantado es un galimatías, no es un lenguaje real, aunque para algunos a primer oído, pudiera parecer francés; pero no; se trata más bien de todo un conjunto de palabras y frases sin sentido inventadas por el autor especialmente para cada tema coral, atendiendo más que todo al efecto eufónico que puedan tener las palabras (sonar agradable al oído) más que al significado real que puedan tener las mismas. Un ejemplo muy claro de esto es la canción titulada "End Credits Song", interpretada por la Coral de Niños de Niza, que dicho sea de paso, esta canción no está relacionada con ninguna de las escenas de la película, no la podemos oír mientras transcurre el filme; el único momento en que la escuchamos es cuando finaliza la película y vemos pasar en la pantalla la secuencia de créditos finales, de ahí viene su título.[12]




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