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Cuerpo celeste



Un objeto astronómico es una entidad física significativa, una asociación o estructura que la ciencia ha confirmado que existe en el universo observable.[1]​ Eso no significa necesariamente que la ciencia actual no refute su existencia. Se considera, a la luz de estudios más recientes, que algunos objetos astronómicos, como Themis o Neith, no existen. Se ha demostrado que otros, como Plutón o Ceres, son de una naturaleza totalmente diferente de lo que se había supuesto. En estos casos, la comunidad científica tiene que llegar a un consenso con respecto a la clasificación de estos objetos.[cita requerida]

Un objeto astronómico se puede confundir fácilmente con un cuerpo celeste. El término cuerpo indica un objeto individual, como un planeta, en tanto que un objeto astronómico puede consistir en un conjunto de cuerpos celestes, como el cinturón de asteroides o un sistema estelar.[cita requerida]

Las definiciones de planeta de la UAI y el planeta enano requieren que un cuerpo astronómico en órbita solar haya pasado por el proceso de redondeo para alcanzar una forma más o menos esférica, un logro conocido como equilibrio hidrostático. La misma forma esferoidal puede verse desde planetas rocosos más pequeños como Marte hasta gigantes gaseosos como Júpiter.

Cualquier cuerpo natural en órbita solar que haya alcanzado el equilibrio hidrostático es clasificado por la UAI como un cuerpo menor del sistema solar (SSSB). Estos vienen en muchas formas no esféricas que son masas grumosas acumuladas al azar por el polvo y la roca que caen; no cae suficiente masa para generar el calor necesario para completar el redondeo. Algunos SSSB son solo colecciones de rocas relativamente pequeñas que se mantienen débilmente juntas por la gravedad pero que en realidad no están fusionadas en un solo lecho rocoso grande. Algunos SSSB más grandes son casi redondos pero no han alcanzado el equilibrio hidrostático. El pequeño cuerpo del Sistema Solar 4 Vesta es lo suficientemente grande como para haber sufrido al menos una diferenciación planetaria parcial.

Las estrellas como el Sol también son esferoidales debido a los efectos de la gravedad en su plasma, que es un fluido que fluye libremente. La fusión estelar en curso es una fuente mucho mayor de calor para las estrellas en comparación con el calor inicial liberado durante la formación.

Se denomina satélite natural o luna a cualquier objeto que orbita alrededor de un planeta. Generalmente, el satélite es mucho más pequeño y acompaña al planeta en su evolución alrededor del Sol.

Por extensión, se llaman lunas los satélites de otros planetas. Se dice los cuatro satélites de Júpiter, pero también, las cuatro lunas de Júpiter. También, por extensión, se llama satélite natural o luna a cualquier cuerpo natural que gira alrededor de un cuerpo celeste, aunque no sea un planeta, como es el caso de la luna asteroidal Dáctilo que gira alrededor del asteroide Ida, entre otros.

En el caso de la Luna, tiene una masa tan similar a la masa de la Tierra que podría considerarse un sistema de dos planetas que giran juntos (planeta doble). Tal es el caso de Plutón y su satélite Caronte. Si dos objetos poseen masas similares, se suele hablar de sistema binario y no de un objeto primario y de un satélite.

Los cometas (del latín cometa y del griego kometes, 'cabellera'), junto con los asteroides, planetas y satélites, forman parte del Sistema Solar. La mayoría de estos cuerpos celestes describen órbitas elípticas de gran excentricidad, lo que produce su acercamiento al Sol con un período considerable.

A diferencia de los asteroides, los cometas son cuerpos sólidos compuestos de materiales que se subliman en las cercanías del Sol. A gran distancia (a partir de 5-10UA) desarrollan una atmósfera que envuelve al núcleo, llamada coma. Esta coma está formada por gas y polvo. Conforme el cometa se acerca al Sol, el viento solar azota la coma y se genera la cola o cabellera característica. La cola está formada por polvo y el gas de la coma ionizada.

Fue después del invento del telescopio cuando los astrónomos comenzaron a estudiar a los cometas con más detalle, advirtiendo entonces que la mayoría de estos tienen apariciones periódicas. Edmund Halley fue el primero en darse cuenta de esto y pronosticó la aparición del cometa en 1758, para el cual calculó que tenía un periodo de 76 años. Desafortunadamente, murió antes de comprobar su predicción. Debido a su pequeño tamaño y órbita muy alargada, solo podemos ver los cometas cuando están cerca del Sol y por un periodo corto de tiempo.

La palabra meteoro, en su uso astronómico, es un concepto que se reserva para distinguir el fenómeno luminoso que se produce al atravesar un meteoroide a nuestra atmósfera. Es sinónimo de estrella fugaz, término que es impropio, ya que no se trata de estrellas que se desprendan de la bóveda celeste.

Los términos estrella fugaz, bólido y aerolito son bastante imprecisos y se prestan a confusión. La terminología adoptada en la actualidad es sencilla y precisa, y solo comprende: meteoroides, meteoros y meteoritos, donde:

A continuación se muestra una tabla con algunos objetos astronómicos ordenados por densidad.

Agujeros negros

Supercúmulos de galaxias

Galaxias

Cúmulos estelares

Supernovas

Nebulosas

Sistemas planetarios

Planetas

Planetas enanos

Satélites

Cuerpos menores

Infografía sobre objetos astronómicos notables en el universo observable



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