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Cuerpos celestes



Un objeto astronómico es una entidad física significativa, una asociación o estructura que la ciencia ha confirmado que existe en el universo observable. Eso no significa necesariamente que la ciencia actual no refute su existencia. Se considera, a la luz de estudios más recientes, que algunos objetos astronómicos, como Themis o Neith, no existen. Se ha demostrado que otros, como Plutón o Ceres, son de una naturaleza totalmente diferente de lo que se había supuesto. En estos casos, la comunidad científica tiene que llegar a un consenso con respecto a la clasificación de estos objetos.[cita requerida]

Un objeto astronómico se puede confundir fácilmente con un cuerpo celeste. El término cuerpo indica un objeto individual, como un planeta, en tanto que un objeto astronómico puede consistir en un conjunto de cuerpos celestes, como el cinturón de asteroides o un sistema estelar.[cita requerida]

Se denomina satélite natural o luna a cualquier objeto que orbita alrededor de un planeta. Generalmente el satélite es mucho más pequeño y acompaña al planeta en su evolución alrededor del Sol.

Por extensión, se llaman lunas los satélites de otros planetas. Se dice los cuatro satélites de Júpiter, pero también, las cuatro lunas de Júpiter. También, por extensión, se llama satélite natural o luna a cualquier cuerpo natural que gira alrededor de un cuerpo celeste, aunque no sea un planeta, como es el caso de la luna asteroidal Dáctilo que gira alrededor del asteroide Ida, etc.

En el caso de la Luna, tiene una masa tan similar a la masa de la Tierra que podría considerarse un sistema de dos planetas que giran juntos (planeta doble). Tal es el caso de Plutón y su satélite Caronte. Si dos objetos poseen masas similares, se suele hablar de sistema binario y no de un objeto primario y de un satélite.

Los cometas (del latín cometa y del griego kometes, 'cabellera'), junto con los asteroides, planetas y satélites, forman parte del Sistema Solar. La mayoría de estos cuerpos celestes describen órbitas elípticas de gran excentricidad, lo que produce su acercamiento al Sol con un período considerable.

A diferencia de los asteroides, los cometas son cuerpos sólidos compuestos de materiales que se subliman en las cercanías del Sol. A gran distancia (a partir de 5-10UA) desarrollan una atmósfera que envuelve al núcleo, llamada coma. Esta coma está formada por gas y polvo. Conforme el cometa se acerca al Sol, el viento solar azota la coma y se genera la cola o cabellera característica. La cola está formada por polvo y el gas de la coma ionizada.

Fue después del invento del telescopio cuando los astrónomos comenzaron a estudiar a los cometas con más detalle, advirtiendo entonces que la mayoría de estos tienen apariciones periódicas. Edmund Halley fue el primero en darse cuenta de esto y pronosticó la aparición del cometa en 1758, para el cual calculó que tenía un periodo de 76 años. Desafortunadamente, murió antes de comprobar su predicción. Debido a su pequeño tamaño y órbita muy alargada, solo podemos ver los cometas cuando están cerca del Sol y por un periodo corto de tiempo.

La palabra meteoro, en su uso astronómico, es un concepto que se reserva para distinguir el fenómeno luminoso que se produce al atravesar un meteoroide a nuestra atmósfera. Es sinónimo de estrella fugaz, término que es impropio, ya que no se trata de estrellas que se desprendan de la bóveda celeste.

Los términos estrella fugaz, bólido y aerolito son bastante imprecisos y se prestan a confusión. La terminología adoptada en la actualidad es sencilla y precisa, y solo comprende: meteoroides, meteoros y meteoritos, donde:

A continuación se muestra una tabla con algunos objetos astronómicos ordenados por densidad.

Agujeros negros

Supercúmulos de galaxias

Galaxias

Cúmulos estelares

Supernovas

Nebulosas

Sistemas planetarios

Planetas

Planetas enanos

Satélites

Cuerpos menores



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