Día del Juicio Final cumple los años el 3 de marzo.
Día del Juicio Final nació el día 3 de marzo de 3.
La edad actual es 2021 años. Día del Juicio Final cumplió 2021 años el 3 de marzo de este año.
Día del Juicio Final es del signo de Piscis.
Juicio Final, Juicio Universal o Día Del Juicio son expresiones que definen una visión religiosa del fin de la humanidad o fin de los tiempos (es decir, la escatología): la que concibe este como un juicio que decidirá el destino final de cada uno para toda la eternidad. La utilización de las mayúsculas para escribir estas expresiones se debe a su contexto religioso.
La creencia en un juicio colectivo o Juicio Final dictado a la conclusión de los tiempos apareció por primera vez consignada en el zoroastrismo, prefigurando las diversas escatologías posteriores del cristianismo, el judaísmo tardío y el islam.
En el judaísmo, la creencia en el juicio final se sustenta en varios pasajes bíblicos (de la Biblia hebrea o Tanaj), como el relativo al Valle de Josafat (Yehoshaphat, que significa en hebreo "Yahve juzga"):
2 reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra;
3 y echaron suertes sobre mi pueblo, y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas por vino para beber.
Ezequiel refiere un indenominado valle "que estaba lleno de huesos":
6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Yahveh.
8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.
9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Yahveh el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.
En otros pasajes se dan enigmáticos cálculos sobre cuándo llegará ese "tiempo del fin":
2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
3 Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.
(...)
7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.
8 Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas?
9 El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin.
10 Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.
11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.
12 Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días.
Según la escatología cristiana, en el día del Juicio Final, tras la segunda venida de Jesucristo y la resurrección de la carne, toda la humanidad será juzgada según sus obras.
Entre los textos neotestamentarios que describen ese momento están el Evangelio de Mateo (cp. 24 y 25), el Evangelio de Marcos (cp. 13), el Evangelio de Lucas (cps. 17 y 21) y el Apocalipsis. Sea o no el autor de este último texto el mismo que el del Evangelio de San Juan, sí parecen estar relacionados ambos en su interés por la ampliación de la concepción escatológica propia del cristianismo primitivo: si el Evangelio de Juan comienza con un principio en el Verbo (el "Logos"), en el Apocalipsis (20, 7-15) se describen el Juicio Final y la llegada de la Nueva Jerusalén. No obstante, la lectura del libro del Apocalipsis se realizaba originariamente como la esperanza de un cristiano en la caída de Roma y en el final de la persecución contra los primeros cristianos. Su inclusión en los libros canónicos supuso el cambio de interpretación, pasando de ser profético a ser también alegórico.
12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
En la Epístola a los Romanos (2:5-11) se utilizan las expresiones Día de la Ira y Juicio de Dios (no debe confundirse con ordalía):
6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego,
10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;
11 porque no hay acepción de personas para con Dios.
El Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana (786) fue un libro particularmente difundido en la cristiandad latina de los siglos finales de la Alta Edad Media (los ejemplares llamados Beatos), no solo por su texto, sino por sus imágenes.
Hipótesis del juicio final. La obra de Beato no fue la única sobre el tema. Gonzalo de Berceo compuso Los Signos que aparecerán antes del Juicio Final, siguiendo la lectura de San Jerónimo sobre el Apocalipsis, y la tradición de poemas y textos latinos (Pedro Damián, Hildeberto de Tours, Pedro Comestor, Alain de Lille, Bonvesin de la Riva) que interpretan hasta quince signos, tras los cuales:
el ángel pregonero sonará la corneta;
oírlo han los muertos, quisque en su causeta,
correrán al Judicio quisque con su maleta.
De acuerdo con la Iglesia católica, el Juicio Final sucederá cuando haya ocurrido la resurrección general y la segunda venida de Cristo:
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree que todos los muertos (quienes moran en el mundo de los espíritus) recibirán instrucciones y conocimiento, y la oportunidad de recibir las ordenanzas del evangelio si las desean, antes del juicio final y la resurrección. En el día del juicio final los justos serán recompensados.
El Día del Juicio (Yaum al-Qiyāmah -"Día de la Resurrección"- o al-sā'ah -"la Hora"-, en el árabe coránico) se describe en diversos pasajes del Corán y los hadices.
La sura 82 (de la hendidura) lo denomina Día de la Retribución:
2 Cuando los astros se precipiten.
3 Cuando los mares se mezclen.
4 Cuando las tumbas sean revueltas.
5 Cada alma sabrá lo que adelantó y lo que atrasó.
6 ¡Hombre! ¿Qué te engañó apartándote de tu Señor, el Generoso?
7 El que te creó, te conformó y te equilibró,
8 dándote la forma que quiso.
9 ¡Pero no! Negáis la veracidad de la Rendición de Cuentas.
10 Cuando tenéis dos guardianes pendientes de vosotros,
11 nobles escribas
12 que saben lo que hacéis.
13 Es cierto que los creyentes sinceros estarán en deleite.
14 Y los farsantes estarán en un infierno [Yahim];
15 allí irán a abrasarse el Día de la Retribución.
16 Y no podrán dejar de estar en él.
17 Pero ¿cómo podrás entender qué es el Día de la Retribución?
18 ¿Cómo podrás entender qué es el Día de la Retribución?
19 Es el día en el que nadie podrá hacer nada por nadie. Y ese día el mandato será de Allah.
La sura anterior (del arrollamiento) también lo describe:
2 Cuando los astros caigan.
3 Cuando las montañas echen a andar.
4 Cuando las camellas preñadas sean desatendidas.
5 Cuando las fieras sean juntadas.
6 Cuando los mares se desborden.
7 Cuando las almas formen grupos
8 Cuando la niña enterrada viva sea preguntada
9 por qué crimen la mataron
10 Cuando las páginas sean desplegadas.
11 Cuando el cielo sea arrancado.
12 Cuando el Yahim sea avivado.
13 Cuando el Jardín sea acercado.
14 Cada uno sabrá lo que presenta.
Al igual que los cristianos, los musulmanes creen que la vida presente es tan solo una prueba preparatoria para la próxima existencia, un examen para cada individuo; y que un día llegará en que el universo sea destruido por completo y que los muertos sean resucitados para el juicio de Dios, comenzando una vida que nunca terminará. En ese día, todas las personas serán recompensadas por Dios de acuerdo con sus creencias y acciones. Los musulmanes, que mueren creyendo la profesión de fe (shahada: لا إله إلا الله محمد رسول الله Lā 'ilāha 'illā-llāhu Muhammad rasūlu-llāh -"No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta"-), serán recompensados con su admisión en el Paraíso (Yanna -"jardín"-), y los que mueran sin creer perderán el Paraíso por siempre y serán enviados al fuego del Infierno (Yahannam):
41 Tendrán un lecho de Yahannam y sobre él cobertores de fuego. Así es como pagamos a los injustos.
42 Y los que creen y practican las acciones de bien - y no obligamos a nadie sino en la medida de su capacidad - ellos son los compañeros del Jardín donde serán inmortales.
43 Quitaremos el rencor que pueda haber en sus pechos, los ríos correrán a sus pies y dirán: Las alabanzas a Allah que nos ha guiado a esto, puesto que si Allah no nos hubiera guiado, nosotros jamás nos habríamos guiado; es cierto que los mensajeros de nuestro Señor vinieron con la verdad. Y se les proclamará: Aquí tenéis el Jardín, lo habéis heredado por lo que hicisteis.
85 Y quien desee otra práctica de Adoración que no sea el Islam. no le será aceptada y en la Última Vida será de los perdedores.
86 ¿Cómo guiará Allah a unos que después de haber creído y de haber atestiguado la verdad del Mensajero y después de haberles llegado las pruebas claras han renegado? Allah no guía a las gentes injustas.
87 La recompensa de éstos será que la maldición de Allah, la de los ángeles y la de todos los hombres, caerá sobre ellos.
88 Inmortales en ello, no se les aliviará el castigo ni se les aplazará.
89 Salvo aquellos que se vuelvan atrás arrepentidos y se corrijan, pues es verdad que Allah es Perdonador, Compasivo.
90 Ciertamente a los que han renegado después de haber creído y luego han persistido aumentando su incredulidad, no se les aceptará el arrepentimiento. Ellos son los extraviados.
91 El que se niegue a creer y muera siendo incrédulo no se le aceptará ningún rescate; aunque diera todo el oro que cabe en la tierra. Esos tendrán un castigo doloroso y no habrá quien les auxilie.
Es muy habitual que las creencias religiosas incluyan algún concepto de retribución de las almas con algún tipo de juicio de los muertos o juicio de las almas que precede a algún tipo de vida de ultratumba o vida eterna.
Las religiones que manejan el concepto de reencarnación (metempsicosis), como el hinduismo, carecen de un Día del Juicio Universal para toda la humanidad; pero la determinación de cómo un individuo nace de nuevo es un juicio "particular" sobre los méritos de la vida justamente vivida (karma). Algunas variantes del budismo incluyen un marcado componente escatológico (con un "infierno" compartido con las creencias hinduistas y jainistas, el Naraka) y una creencia en la vuelta de un Buda como Maitreya, tras un periodo milenario de olvido de sus enseñanzas (dharma).
El juicio final es un tema muy frecuente en el arte cristiano.
El arte paleocristiano se caracterizó por el fuerte componente simbólico, con lo que la representación del tema era menos literal que en el arte posterior. Así, en los mosaicos de San Apolinar el Nuevo de Rávena (siglo VI) se representa la parábola de las ovejas y los cabritos a la izquierda y derecha de Cristo (cuya iconografía —de influencia grecorromana— es todavía la de un hombre joven, anterior al Cristo barbado de origen sirio).
El arte bizantino posterior, cuya influencia estilística se extendió por toda la Europa oriental (incluso en las zonas católicas limítrofes), se caracterizó por la continuidad formalista y la estereotipación de las representaciones figurativas en iconos y mosaicos.
El arte de la Europa occidental tuvo una evolución histórica más dinámica: tras la época prerrománica en que los manuscritos iluminados (carolingios, hiberno-sajones o mozárabes —como los Beatos—) recogieron los modelos bizantinos, en el románico y el gótico se hizo muy común la representación del Juicio Final en frescos y relieves (especialmente en los tímpanos de los pórticos de las iglesias); en la pintura flamenca destacó el políptico de Van der Weyden, y en el renacimiento italiano el fresco del altar mayor de la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel.
Arte bizantino
Mosaico de Santa Maria Assunta de Torcello (siglos XI o XII).
Fresco del juicio final de San Salvador en Chora (1315-1321).
Fresco de la iglesia del monasterio de Voronet, una de las iglesias de Moldavia declaradas Patrimonio de la Humanidad (1488-1547).
Icono polaco procedente de Lipie (primera mitad del siglo XVII).
Icono ruso procedente de la región del Volga (siglo XVIII).
Plena Edad Media: Románico y Gótico inicial y pleno (siglos XI al XIII)
Fresco del juicio final de la cripta de la iglesia de Saint-Laurent et Notre-Dame de Gargilesse-Dampierre (siglo XI).
Tímpano de Santa Fe de Conques (finales del siglo XI).
Fürstenportal de la Catedral de Bamberg (1185-1237).
Pórtico del juicio final de la Catedral de Notre-Dame de París.
Gótico final y Renacimiento inicial (siglos XIV y XV)
Mosaico de la Catedral de San Vito de Praga, de Niccoletto Semitecolo (siglo XIV).
Fresco de la Catedral de San Gimignano, de Taddeo di Bartolo (finales del siglo XIV).
Ilustración de Las muy ricas horas del Duque de Berry, de los hermanos Limbourg (1410).
Fra Angelico (1435).
El juicio final, de Stefan Lochner (ca. 1435).
Retablo mayor de la Catedral Vieja de Salamanca, de Dello Delli (1430-1450).
Fresco del juicio final de la iglesia de Santa Ana de Cazeaux de Larboust (segunda mitad del siglo XV).
Políptico del juicio final, de Rogier van der Weyden (1451).
Pórtico del Juicio Final de la Catedral de Berna, de Erhard Küng (1460-1480).
Tríptico del Juicio de Viena, de El Bosco (1482).
Grabado de ilustración al libro de Juan de Mena Coronación a don Iñigo López de Mendoza (1499).
Luca Signorelli (1499-1502).
Maestro de los Artés (ca. 1500-1520).
Renacimiento pleno y Manierismo (siglo XVI)
El juicio final, de Lucas van Leyden (1526).
Pieter Huys (1555-1560).
Leandro Bassano (1596-1605).
La visión de San Juan, de El Greco(1608-1614).
Arte contemporáneo
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