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Danzaterapia



La danzaterapia es un método psicoterapéutico que surgió en los Estados Unidos en la década de 1940. Marian Chace, Trudi Schoop, Lilian Espenak y Mary Whitehouse son las fundadoras de las distintas modalidades de la danza como terapia. Se engloba bajo el término de terapia artística, ya que se realiza la terapia a través de métodos no convencionales como las artes.

Según la danzaterapia, mente, cuerpo y alma forman una unidad psicofísica e interactúan constantemente entre sí. El movimiento y la postura influyen en el pensamiento y los sentimientos. La meta esencial de la danzaterapia es permitir la unión entre mente, cuerpo y alma. La Asociación Norteamericana de Danza Terapia (ADTA) define la danzaterapia como “el uso psicoterapéutico del movimiento para promover la integración emocional, cognitiva, física y social de un individuo”. (ADTA, 2013)

La danzaterapia es pues una forma de psicoterapia en la que el terapeuta utiliza el movimiento y sus interacciones como elemento primario y de esta forma conseguir efectos terapéuticos.

Según las intervenciones dadas por un terapeuta, la danzaterapia incrementa el nivel de percepción personal y del cuerpo, permite realizar amplios movimientos e incentiva al individuo a expresarse de manera auténtica a través de la integración de lo inconsciente. La danzaterapia se entiende como el uso psicoterapéutico de la danza y el movimiento para lograr la integración de los procesos cognitivos, corporales y emocionales del individuo. El fundamento de la danzaterapia toma en cuenta las influencias de la psicoterapia psicoanalítica.

La danza movimiento terapia es una profesión que requiere estudios de posgrado, es decir, una maestría danza movimiento terapia o bien cursos de ruta alternativa a nivel posgrado que requieren una maestría para cursarse.

La danzaterapia nació en los años 20 en Alemania. Rudolf von Lavan fue uno de sus participantes. La bailarina alemana Mary Wigman (Karoline Sofie Marie Wiegman) fue una alumna suya. Ella, en su libro El lenguaje de la danza, describe la danza moderna y su experiencia como bailarina. Asimismo, da un gran impulso para la evolución de la danzaterapia. Otras alumnas de Rudolf von Laban y Mary Wigman fueron Irmgard Batenieff, Franziska Boas, Liljan Espenak y Mary Whitehouse. Como emigrantes en los Estados Unidos continuaron con los conceptos teóricos y prácticos aprendidos de sus maestros y desarrollaron otros nuevos. A través de su trabajo con personas con necesidades especiales y trastornos mentales fueron descubriendo nuevas posibilidades terapéuticas que ofrecía la danza. Las bailarinas profesionales Trudi Schoop y Marian Chace, esta última se había formado en psicodrama con Jacob Levi Moreno, también contribuyeron. Alrededor de los años 50 probaron los efectos positivos de la danza en personas que padecían trastornos mentales de mayor intensidad (por ejemplo, en pacientes que no hablaban). Actualmente se conoce a Franziska Boas, Marina Chace, Liljan Espenak, Mary Whitehouse y Trudi Schoop como las “Madres de la Danzaterapia”. Todas ellas crecieron en la época de la danza moderna y para ese entonces ya tenían mucha experiencia con la danza como medio de expresión artístico. Gracias a las experiencias vividas en sus estudios de danza y al contacto con terapeutas de la psicología profunda, se redescubrió la danzaterapia. Sin embargo, ninguna de ellas era psicóloga, psicoterapeuta ni enfermera.

En 1941, Franziska Boas, junto con una especialista en psiquiatría infantil, empezó a trabajar mediante la danza en una clínica con niños de 12 años que padecían trastornos psíquicos.

Después de la primera generación de las “Madres de la Danzaterapia”, le sigue la segunda llamada las “Hijas”. Las “Hijas” fueron mujeres con estudios de danza y también con experiencia teatral. Ellas se basaron en los conceptos psicoterapéuticos de la orientación teórica de la danzaterapia y, tras realizar su formación en la danza, continuaron con la formación en psicoterapia. Los aportes de Erma Dosamantes-Alperson, Penny Lewis-Bernstein y Elaine von Siegel fueron fundamentales para el trabajo de esta generación.

Los principios de las pioneras de la danzaterapia fueron en su mayoría retomados y desarrollados constantemente por sus alumnas. Es por ello que en la actualidad existen distintas teorías sobre la danzaterapia. La danza y el movimiento fomentan beneficios a la salud. Sheets-Johnstone, en su ponencia magistral para la 44a Conferencia de la ADTA, preguntó: “¿Por qué es terapéutico el movimiento?” y da varios ejemplos: el movimiento es vida, ya que comenzamos a movernos desde el momento en que nacemos; también es la base que nos permite percibirnos a nosotros mismos como “agentes capaces y efectivos en el mundo” (ibid, 2010); esto significa que podemos hacer, lograr y promover que las cosas sucedan, pero que también tenemos la posibilidad de cambiar estas experiencias.

Existe una diferencia fundamental entre la danza terapéutica y la danza movimiento terapia. Aunque el movimiento es terapéutico (como en el caso de una clase de cualquier género de danza, que por definición es danza terapéutica), eso no implica que cualquier persona es un terapeuta calificado para el cuidado de la salud mental y que ha refinado sus habilidades verbales y no verbales, lo que le permite llevar a cabo una sesión de danza movimiento terapia. Es importante tomar en cuenta que, a pesar de que esta profesión ha florecido desde la década de los 40 y comenzó a organizarse formalmente en 1966, el término danzaterapia sigue siendo utilizado indistintamente. En países donde no hay un organismo formal que regule la profesión y donde existe poco acceso a libros y publicaciones de danza movimiento terapia, podría ser fácil para el público en general confundirse debido a conceptos equivocados que conciernen a la profesión. La diferencia consiste en la profesionalización.

El movimiento pautado como puede ser la danza, puede tener gran potencial en ciertos colectivos como las embarazadas, la infancia o la tercera edad. Actualmente, hay términos como biodanza o biomúsica que amplían la noción de danza y terapia a campos inusuales como las reacciones fisiológicas que pueden provocar el movimiento o la música. Otros términos que también tienen relación son la danza creativa, "Danza Integral" y el afspaending.

La danzaterapia utiliza la danza y el movimiento de manera psicoterapéutica para alcanzar la integración de procesos corporales, emocionales y cognitivos. También funciona como un medio para el desarrollo de la personalidad. Por un lado, es una terapia artística, y por el otro, una psicoterapia corporal que se centra especialmente en lo que el movimiento representa, tomando en consideración que el cuerpo tiene memoria. En los años 80 se estableció como un método de sanidad que también incluía conocimientos psicológicos e investigación psicoterapéutica. Por ejemplo, psicotraumatología, investigación de comunicación no verbal, investigación creativa y psicoterapia corporal. Desde la década del 90 se han realizado más estudios que se basan en ello (Koch & Bräuniger, 2006).

La danzaterapia tiene como finalidad integrar las experiencias previas al idioma y memoria corporal, estimular la percepción corporal, desarrollar una imagen corporal real, estimular el movimiento personal y el auténtico, desarrollar la percepción personal y hacia los demás, analizar las emociones vividas, lidiar con los conflictos intra e interpsíquicos, adquirir nuevas maneras para establecer vínculos y manejar situaciones, aprender a expresarse y reflexionar sobre el movimiento, ser consciente e integrar lo vivido.

Existen distintas formas para realizar terapias individuales o grupales para todas las edades. Los modos de expresión, adaptación y comunicación pueden observarse a través de la contracción muscular, la respiración, el ritmo, las formas, la postura y dinámica de movimiento, y se pueden influir a través de la danzaterapia.[2]

Las áreas de trabajo de la danzaterapia son diversas. Las más importantes: psiquiatría, clínicas, instituciones psicosomáticas, psicoterapia, instituciones de pedagogía especial, consultorios ambulatorios de danzaterapia (como la HPG, que trata a pacientes con trastornos neuróticos y psicosomáticos), oncología, neurología, rehabilitación, instituciones para la lucha contra las adicciones, intervención en crisis a pacientes que han sufrido grandes cambios físicos (por ejemplo, tras accidentes, cáncer, etc.), terapias preventivas, terapia de pareja y terapia de familia, consejería, etc.

Analizando el movimiento, la postura corporal, los gestos, la mímica, el ritmo, la velocidad, la relación con el espacio y la forma de respiración, el terapeuta intenta conocer un poco más sobre los problemas que presenta el paciente. Para conocer aún más sobre este campo, los terapeutas trabajan con exámenes especiales para saber sobre cada uno de estos aspectos encontrados especialmente al iniciar la terapia.

Los métodos más conocidos de la danzaterapia son el Método Laban de Análisis Corporal (LMA), el Movement Psychodiagnostic Inventory (MPI) y el Perfil de Movimiento de Kestenberg. Estos también se emplean para realizar análisis y diagnósticos, así como para intervenciones y evaluaciones terapéuticas. Los cuatro métodos principales de la danzaterapia son la técnica de danza, la imitación, la improvisación y la creación. Estas se relacionan unas con otras y se complementan, pues a través del trabajo realizado con la técnica de danza se aprenden una serie de movimientos conocidos y necesarios para la improvisación. Durante la creación se unen elementos procedentes de las áreas mencionadas.



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