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Dark Souls III



Dark Souls III (ダークソウルIII, Dāku Souru Surī) es un videojuego de rol de acción desarrollado por FromSoftware y publicado por Bandai Namco Entertainment para PlayStation 4, Xbox One y Microsoft Windows. Es la tercera entrega en la saga Souls,[1]​ Dark Souls III fue lanzado en Japón en marzo de 2016, y de manera mundial en abril del mismo año.[2]

Dark Souls III fue un éxito tanto de crítica como de ventas, con la crítica nombrando a este como un digno y adecuado final para la saga. Es el juego de Namco Bandai que más rápido se ha vendido en su historia, vendiendo más de tres millones de copias en todo el mundo en menos de dos meses tras su lanzamiento.

En total el juego ha recibido 2 DLC's:

El juego presenta mecánicas similares a Dark Souls y Dark Souls II, aunque con algunas diferencias: Las animaciones del personaje son casi idénticas a las del primer título, pero ocurren a mayor rapidez; Al tomar los frascos de estus, el personaje se puede mover lentamente (en títulos anteriores el personaje no podía), la patada vuelve, y la búsqueda de fragmentos de estus, polvo de hueso, anillos, armas, armaduras, escudos, pergaminos mágicos, tomos de piromancias, milagros se mantiene, y la barra de magia vuelve (PC).

El sistema de armadura y estabilidad (estadística que permite resistir golpes sin perder el balance) ha sido completamente cambiado en comparación de los otros 2 juegos, reduciendo sus capacidades defensivas y volviéndola más efectiva al tomar roles ofensivos en peleas, lo que resulta en una jugabilidad similar a Bloodborne.

Los gráficos y diseño artístico son notablemente mejores que los anteriores juegos, y cada jefe tiene una melodía de fondo diferente.

Dark Souls 3 es el final de la saga y presenta un mundo, el Reino de Lothric, al borde del Apocalipsis por culpa de "la maldición de los no muertos", y la razón por la que el mundo aún no se ha sumido en la oscuridad totalmente es el sacrificio que muchos héroes e incluso dioses hicieron al reavivar la llama original, la cual se encarga de mantener la "Era del fuego", dejando que esta consumiera sus respectivas almas y cuerpos.

El protagonista, el personaje al que se da vida en este título, es uno de los que llaman "Latentes"; estas personas son humanos que consiguieron llegar al horno de la Primera Llama, trataron de enlazarla, pero fueron consumidos y hechos ceniza sin conseguir su objetivo. Estos humanos son despertados cuando los Señores de la Ceniza (aquellos que sí que fueron suficientemente poderosos como para enlazar la Primera Llama) son despertados pero no cumplen su deber: quedarse en sus tronos (en el Santuario de Enlace del Fuego) hasta que se les vuelva a sacrificar para enlazar la Primera Llama. Es decir, cuando los Señores de la Ceniza no quieren volver a prolongar la Era de los Dioses (la era del fuego) y abandonan sus tronos, los Latentes deben ir a por ellos para matarlos y devolver sus cenizas a los Tronos, y el Latente que lo consiga, deberá, como última parte del plan, inmolarse él mismo, y convertirse de esta forma, en un Señor de la Ceniza.

Estos Señores de la Ceniza son cinco (pese a que se supone que muchos más humanos y Dioses se han inmolado a lo largo de la historia):

Vigilantes del Abismo

El primer Señor de la Ceniza con el que se enfrenta el personaje elegido es un colectivo. Estos caballeros son el legado de Artorias (de Dark Souls I). Su misión, antes de ser Señores de la Ceniza, era la de combatir el Abismo; si algún ciudadano veía esa característica armadura de los Vigilantes en su hogar, no eran buenas noticias, pues el Abismo se encontraba allí, y los Vigilantes acabarían con él o al menos lo frenarían a toda costa, inundando o sepultando el lugar, si era necesario.

Aldrich

El segundo Señor de la Ceniza al que hay que enfrentarse es Aldrich, Santo de la Oscuridad. Este terrible ser comenzó siendo un simple clérigo de la Catedral de la Oscuridad (Cathedral of the Deep: significa, de hecho, catedral de la profundidad, pero se tradujo así). Pero desarrolló un enfermizo gusto por la carne humana, llegando a devorar incluso a un Dios, Gwyndolin, que estaba en Anor Londo. Así pues, tal y como nos dice Hawkwood, el desertor, a este caníbal le hicieron Señor de la Ceniza por poder y no por virtud.

Yhorm

El tercer Señor de la Ceniza es Yhorm el gigante, Señor de la Capital Profanada. Este era un descendiente de un conquistador (esto es una referencia a la guerra entre Drangleic y los gigantes, explicada en Dark Souls II), que amaba a su pueblo, pero este no lo correspondía; debido a esta situación, Yhorm decidió hacer dos cosas: la primera, fue entregar dos espadas, llamadas "Soberano de las Tormentas", una a su pueblo, y la otra a su gran amigo Sigward, de los caballeros de Catarina. Hizo estos regalos porque estas espadas son su punto débil. La otra cosa que hizo, fue intentar acabar con la Llama Profanada, una peligrosa llama que algunos creen que es una sustitución del lecho del caos (de Dark Souls I). Para cumplir esta tarea, enlazó la Primera Llama. Sin embargo, las consecuencias fueron terribles: lejos de apagarse, la Llama Profanada cobró tal fuerza, que arrasó la Capital Profanada. No quemó sino carne humana. Sólo unos pocos sobrevivieron, y estos fueron más tarde los carceleros de la Mazmorra de Irithyll.

Lorian y Lothric

El último Señor de la Ceniza es el Príncipe Lothric, custodiado por su hermano Lorian. Hay bastante polémica alrededor de este "jefe final"; y es que se nos da a entender en varios objetos que Lorian y Lothric rechazaron su destino; esto haría parecer que no enlazaron la Primera Llama, sin embargo, Lorian está envuelto en llamas, como los Latentes en estado Ascua, en su segunda fase. Esto haría indicar que sí que enlazaron la Llama. Con lo que respecta al lore de estos personajes: Lorian es el mayor de los hermanos. Antes de que naciera Lothric, servía como caballero para el Reino. Llegó, incluso, a derrotar al Príncipe Demonio, y por ello su espada está envuelta por llamas, permanentemente. Cuando nació su hermano pequeño, este resultó ser deforme y enfermizo; estos defectos son explicados porque sus padres, el Rey Oceiros y la Reina (no se sabe quién es, aunque la hipótesis de que es Gwynevere es muy sólida), recurrieron a medios infames para conseguir al heredero perfecto para enlazar la Primera Llama. Lorian decidió compartir la maldición de su hermano, de tal forma que sus almas están conectadas; y Lorian, por compartir esta carga, se quedó mudo e inválido. Estos príncipes no querían enlazar la Primera Llama porque el Primer Erudito, que era su tutor particular, les convenció de que el legado de los Señores de la Ceniza, el Enlace del Fuego, no era una buena opción. La identidad de este Primer Erudito se desconoce, aunque lo más probable es que sea el Pontífice Sulyvahn, un personaje clave en el Lore de Dark Souls 3.

Ludleth

Por último, está Ludleth, el Exiliado. Este es el único Señor de la Ceniza que no ha abandonado su trono. Este hombre era un Rey que descuidó sus tierras para dedicarse al estudio de la Transposición de Almas, un arte prohibido en su Reino, Courland.

Opcionales

Se pueden combatir o no en ese orden.

Cuando se reúnan las cenizas de todos los Señores de la Ceniza, hay que realizar el ritual de enlace del fuego, con la ayuda de la Guardiana del Fuego, e ir al horno de la Primera Llama. Allí, hay que enfrentarse con el Alma de Ceniza, que en su primera fase, puede utilizar cualquier tipo de ataque (magia de almas, destreza, piromancias, etc.), y en su segunda fase, recordará mucho a Gwyn, el más poderoso de los Dioses, el primero que dio su vida y su alma para reavivar la Primera Llama, miles de años atrás, aquel con el que toda la historia de Dark Souls, pasando por Lordran, Drangleic y Lothric, comenzó...

Y cuando el Alma de Ceniza sea derrotado, se tendrá la más importante de todas las decisiones: enlazar la Primera Llama, extendiendo así la Era del Fuego; dejar que se apague, comenzando así la Era de la Oscuridad; robar el poder de la Primera Llama, comenzando la Era de la Oscuridad, pero conservando en el personaje elegido el poder de la Primera Llama; o robar el poder de la Primera Llama, pero en vez de sencillamente quedárselo, se puede convertir en el Señor de la Era de la Oscuridad.

A pesar de que se acostumbra más a jugar en solitario, también hay un modo multijugador cooperativo, donde el jugador es ayudado por otras personas mediante "señales de invocación" para vencer jefes, enemigos, otros jugadores o zonas muy difíciles, aunque habrá un pequeño aumento de dificultad por el aumento de jugadores.

También existe un modo PVP, donde tradicionalmente un jugador podría invadir a otro para intentar matarlo, o bien, se pueden usar señales de invocación. El modo PVP queda deshabilitado durante batallas de jefes.

Ahora en Dark Souls 3, también en la hoguera hay un modo de juego llamado "partida de no muertos" donde el versus es más personalizado.



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