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Dialectos del euskera



Los dialectos del euskera (en euskera, euskalkiak, literalmente «trozo de euskera») son variedades lingüísticas del euskera con diferencias en fonética, vocabulario y gramática. Los primeros estudios de la dialectología del euskera se hicieron en el siglo XIX, pero el uso y extensión de los mismos ha evolucionado mucho desde entonces. A principios del siglo XXI, se hablan los siguientes dialectos:

El área geográfica de los dialectos no coincide plenamente con las actuales provincias, pero sí con las fronteras prerromanas entre caristios, várdulos y vascones y también con las fronteras eclesiásticas tradicionales. Los dialectos occidental y suletino son los más diferentes al euskera batúa, y el central y alto navarro los más similares. El dialecto más hablado es el occidental.

Algunos lingüistas incluyen también el roncalés —que Resurrección María de Azkue incluyó dentro del suletino— y también consideran dialectos independientes el alavés —el que se habló en Alava y que, por lo general, se suele conceptuar como una variedad del dialecto vizcaíno—, el aezcoano y el salacenco. No obstante, el roncalés se extinguió a finales del siglo XX y, si bien actualmente hay hablantes de euskera en el Roncal, no son hablantes de roncalés, sino inmigrantes internos de otros dialectos. Se distinguen históricamente entre 6 y 9 dialectos.[1][2]

Uno de los primeros estudios científicos de los dialectos del euskera, en relación las formas verbales auxiliares, fue hecha por Louis-Lucien Bonaparte, un sobrino de Napoleón. Su mapa dialectal original Carte des Sept Provinces Basques, que se publicó en 1869 junto con su Le Verbe Basque en Tableaux fue considerada como la guía autorizada en la dialectología vasca durante un siglo. Bonaparte recogió sus datos en el trabajo de campo entre 1856 y 1869 en cinco visitas al País Vasco. Por entonces, el euskera ya era muy escaso en todo el territorio donde había sido comúnmente hablado. En Álava, todos habían desaparecido de las planicies y las tierras altas, solo quedan en la fortaleza de Aramayona y franjas fronterizas de Vizcaya y Guipúzcoa, mientras que en Navarra el estudioso de las pruebas recopiladas llegó hasta las zonas que se extienden hasta el sur de Tafalla. En 1998, Koldo Zuazo, profesor de Filología Vasca en la Universidad del País Vasco, redefinió ligeramente la clasificación de los dialectos: entre otras cosas, cambió el nombre del dialecto vizcaíno a occidental, de guipuzcoano a central, agrupó los dialectos labortano y bajo navarro en el llamado navarro-labortano, separó el hablado en el oriente de Navarra como un dialecto independiente y reconoció varias zonas mixtas:

Mucho se ha estudiado también del dialecto del euskera hablado anteriormente en Álava. En 1997, Koldo Zuazo publicó investigaciones realizadas sobre el tema basado en la dispersión de pruebas grabadas...) glosario (Landuchio y los documentos elaborados sobre todo por Koldo Mitxelena. El experto destaca tres ámbitos lingüísticos principales de norte a sur, donde las características relacionadas con la mezcla de occidental y dialectos navarros hasta diferentes grados de acuerdo a su posición geográfica. Se centra principalmente en léxico, con diferencias morfológicas, como las marcas de declinación -gaz / -ekin (caso sociativo), -rean / -tik (caso ablativo), barria / berria (= 'nuevo' ), elexea / elizea (= 'iglesia'), padura / madura (= 'pantano' ), para mencionar solo unos pocos.[3]

Algunas de las características clave que distingue en la fonología los dialectos del euskera son:

Los dialectos modernos del euskera muestran un alto grado de divergencia dialectal. Sin embargo, la cruz de la comunicación dialectal sin previo conocimiento de cualquiera usando euskera batúa u otro dialecto suele ser posible en una medida razonable con la notable excepción del suletino, que es considerado como el dialecto del euskera más divergente.

Los nombres para el idioma en los dialectos del euskera son un ejemplo en cierta medida de la fragmentación dialectal de la zona eusquérica. Las formas más divergentes se encuentran generalmente en los dialectos orientales.

El siguiente mapa muestra las zonas donde se utiliza la aproximación de cada palabra. El menor tipo de casos son los casos de la denominación que se está grabando para un área particular; el mayor tipo de casos muestra un exceso de formas regionales comunes en toda la zona dialectal en cuestión:

Comparando las formas verbales utilizando los diferentes dialectos del euskera, también se obtiene una buena visión general sobre algunas de las diferencias y características comunes.

Vizcaíno

Guipuzcoano

Navarro

Labortano+Bajonavarro

Sulentino

Verbos cotidianos en presente:

Hay dialectos del euskera que se apartan de este inventario estándar en mayor o menor medida. El grafema j (históricamente /j/) muestra, con mucho, la divergencia más extrema, seguido de las fricativas y africadas. Hualde (1991) describe las siguientes:

Ha habido varios intentos a lo largo de la historia para promover formas normalizadas de los dialectos del euskera.



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