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Dinastía Meléndez-Quiñones



Se conoce como Dinastía Meléndez-Quiñónez (o Meléndez-Quiñones) a una serie de periodos presidenciales ejercidos en El Salvador por miembros de una misma familia,[1]​ acaudalada y proveniente de Santa Ana,[2]​ iniciando en 1914 con Carlos Meléndez y acabando en 1928.[3]

Si bien es cierto, no es una dinastía en la extensión del concepto, se le conoce como tal por la sucesión de miembros de una misma familia en los periodos presidenciales, amalgamados por una serie de irregularidades legales y electorales a continuación descritas.

Durante el periodo del 9 de febrero de 1913 al 29 de agosto de 1914, la presidencia fue ejercida por Carlos Meléndez, quien llegó al poder siendo el primer delegado a la presidencia. Tras el asesinato del presidente Manuel Enrique Araujo y la dimisión del vicepresidente Onofre Durán, el órgano legislativo nacional lo designó como presidente provisional, cargo al que renunció para poder ser candidato en las elecciones de 1915. Depositó el poder en su vicepresidente y cuñado, Alfonso Quiñónez Molina.[4]

Carlos, tras salir victorioso en las elecciones, retomó el poder, ejerciéndolo en el periodo del 1 de marzo de 1915 al 21 de diciembre de 1918; renunció a la presidencia por motivos de salud, volviendo a depositar el poder en manos de su cuñado.

Entre los eventos destacados de dicho periodo presidencial estuvo la creación de la Policía Nacional y la neutralidad frente a la Primera Guerra Mundial.[5]

Cuñado de Carlos y Jorge Meléndez, recibió la presidencia provisional el 29 de agosto de 1914 y la entregó el 1 de marzo de 1915, tras las elecciones que darían por ganador a su antecesor. Tras la renuncia de su cuñado Carlos, volvió a recibir el cargo provisional el 21 de diciembre de 1918, entregándolo el 1 de marzo de 1919. Retomó el cargo tras ganar unas elecciones, las cuales lo colocaron como presidente del 1 de marzo de 1923 al 1 de marzo de 1927.[6]

Durante su gestión, destaca la masacre a la primera manifestación femenina en el país.[2]

Hermano de Carlos Meléndez, ganó las elecciones que lo situaron como presidente del 1 de marzo de 1919 al 1 de marzo de 1923, teniendo como vicepresidente a su cuñado, Alfonso Quiñones Molina. Su principal fuente de apoyo electoral fue la Liga Roja, movimiento sindical creado en 1918 para dar legitimidad aparente a los fraudes electorales consecutivos.[7]

Pese a no pertenecer a la familia Meléndez-Quiñones, se le considera parte de la dinastía puesto que era el médico particular familiar. Ascendió al poder mediante el apoyo de la familia gobernante el 1 de marzo de 1927 tras haberse desempeñado como ministro de guerra.[2]​ Sin embargo, ya en el poder, tomó medidas contrarias a los intereses de la familia Meléndez, lo cual orilló a la oligarquía a un fallido golpe de Estado en 1931.[8]​ Tomó medidas tales como la redistribución de la tierra, la cual fue una de las causas del levantamiento campesino de años más tarde; así como la libertad de prensa; la libertad de asociación; la no persecución a la oposición; y, además, convoca a elecciones libres, las cuales no fueron manipuladas y fueron respetadas.[9][10]​ Tras acabar su periodo entregó la presidencia a Arturo Araujo, triunfante en las elecciones, el 1 de marzo de 1931, acabando así la dinastía.

Ministerio de Educación de la República de El Salvador (1994). Historia de El Salvador, tomo II. San Salvador: MINED. Universidad de El Salvador (1995). Causas y efectos de la Insurrección Campesina de enero de 1932. San Salvador: Universidad de El Salvador. Anderson, Thomas (2001). El Salvador, 1932. San Salvador: Biblioteca de Historia Salvadoreña.



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