Domingo Badía y Leblich cumple los años el 1 de abril.
Domingo Badía y Leblich nació el día 1 de abril de 1767.
La edad actual es 257 años. Domingo Badía y Leblich cumplió 257 años el 1 de abril de este año.
Domingo Badía y Leblich es del signo de Aries.
Domingo Badía y Leblich nació en Barcelona.
Domingo Francisco Jorge Badía y Leblich (Barcelona, 1 de abril de 1767 - Damasco, 1818) fue un militar, espía, arabista y aventurero español, conocido también como Alí Bey o Alí Bey el-Abbassi.
Hijo de Pedro Badía y Catherine Leblich, natural de Wavre (Bélgica). Tuvo una hermana llamada Gregoria María del Carmen, esposa de Antonio del Rosal y Henríquez de Luna.
En 1778 se trasladó a Cuevas de Almanzora (Almería) a causa del nombramiento de su padre como contador de guerra y tesorero del partido judicial de Vera. Allí comenzó a interesarse por el mundo musulmán. En 1791 se casó con María Luisa Burruezo y Campoy y tuvo una hija llamada María de la Asunción. En 1792 se mudó, junto con su esposa Mariquita, a Córdoba para desempeñar su empleo como administrador de rentas de tabaco. En Córdoba estudió árabe y se interesó por el aerostato . Esto lo llevó a la bancarrota, por lo que en 1793 decidió marcharse a la corte junto con toda su familia.
En el año 1803, por encargo de Manuel Godoy (primer ministro de Carlos IV), emprendió un largo viaje por territorios musulmanes, haciéndolo camuflado como príncipe sirio musulmán descendiente de los abasíes, educado en Europa y bajo el nombre de Alí Bey el-Abbasí. Sus viajes lo llevaron a Marruecos, Argelia, Libia y diversas regiones del Imperio otomano (Egipto, Arabia, Siria, Turquía y Grecia), visitando regiones en las que nunca antes había estado un occidental, en incluso la isla griega de Patmos, donde San Juan escribió el Apocalipsis. Este viaje lo hizo como espía a sueldo de Godoy, con el fin de ganarse la confianza de Mulay Sulaymán y convencerle de que aceptase a España como protector contra sus enemigos y, de no lograrlo, contactar con los enemigos y empujarlos a una guerra civil para que luego España los invadiese.
En 1808, tras haber tenido una conversación con Carlos IV y animado por el rey destronado el 10 de mayo se presentó a Napoleón Bonaparte para ofrecerle sus servicios. Este, tras desconfiar al comienzo, lo envió junto con una carta de recomendación a su hermano Joseph, que ocupa el trono de España como José I.
El 5 de abril de 1810 fue nombrado alcalde de Córdoba por José I, donde introdujo el cultivo del algodón, la remolacha y la patata. Autorizó la creación de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Ostentó este cargo por espacio de 15 meses, hasta el 14 de julio de 1811.
Hacia 1812-1813, tras la derrota de Napoleón en España y la caída de José Bonaparte, se exilió en Francia.
En 1814 se publicó en dos volúmenes en Francia su obra Voyages d'Ali Bey en Afrique et en Asie, en la que recogía sus viajes por el mundo árabe entre 1803 y 1807, y que pronto se difundió por toda Europa, con ediciones en Inglaterra y Alemania.
En 1818, tras cambiar su antiguo nombre por el de Ĥãŷŷ 'Ali Abu 'Uțmãn se dirigió a Damasco. Salió de París con el nombre de Alí-Othman pero fue descubierto por los servicios secretos británicos, que lo envenenaron en Damasco. Invitado a comer por un bajá a sueldo de los británicos, tomó su última taza de café.
Hombre de una amplia cultura, dejó escrita la narración de sus viajes, y magníficos dibujos, mencionada más arriba, traducida como Viajes en Marruecos, Trípoli, Chipre, Arabia, Siria y Turquía, en que junto con descripciones pormenorizadas de las ciudades que visitó, plasmó sus observaciones sobre geografía, botánica, zoología, entomología, geología y meteorología. Uno de los episodios más destacados de su viaje es la peregrinación a La Meca, siendo probablemente el primer español no musulmán en pisar estas regiones y en entrar en el santuario de la Kaaba. El primer europeo, no musulmán, que entró en La Meca fue el italiano Ludovico de Verthema en 1503, y unos pocos años más tarde entraría en ese sagrado lugar el portugués Pedro da Covilhã. Pero a Domingo Badía se le debe la primera fijación de la posición geográfica y los dibujos de los templos, como reconoció el explorador inglés Richard Francis Burton.
Sus viajes fueron leídos en toda Europa y promovieron la curiosidad por la cultura islámica. Lo admiraron, aunque con ciertas reticencias, Francis Burton, quien realizó una proeza semejante, y Alexander von Humboldt.
Una calle de Barcelona ha sido nombrada calle Ali Bei en su memoria.
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