El Dominio Protestante es una frase utilizada para referirse a la dominación política, social y económica del antiguo Reino de Irlanda por una minoría de grandes terratenientes, el clero dominante y profesionales, todos miembros de la iglesia oficial (la Iglesia de Irlanda y la Iglesia de Inglaterra, ambas religiones del estado).
Esta dominación abarcó los siglos XVII, XVIII y XIX. El sentido de ¨dominación¨ excluía primeramente a los católicos, los cuales componían la mayoría de la población irlandesa, sin embargo, esto puede resultar engañoso ya que los presbiterianos y personas que pertenecían a otras denominaciones protestantes, junto a los no-cristianos, también eran excluidos política y socialmente.
La frase ¨dominio protestante¨ (en inglés: Protestant ascendancy) fue usada por primera vez por Sir Boyle Roche el 20 de febrero de 1782 en un discurso al Parlamento irlandés. George Ogle MP usó el mismo término el 6 de febrero de 1786 en un debate sobre la caída del valor de las tierras:
:...cuando la propiedad de la tierra del Reino, cuando el dominio protestante está en juego, no puedo permanecer en silencio.
El 20 de enero de 1792, la Dublin Corporation aprobó por voto mayoritario una resolución a Jorge III que incluía una petición al rey:
La resolución de la corporación fue parte del debate sobre la emancipación católica. A los católicos les fue permitido votar en 1793, pero no se les permitió lugar en el parlamento hasta 1829. La resolución de Dublín fue desaprobada por un amplio rango de comentaristas, tales como el Marqués de Abercon, quien llamó a esto ¨tonto¨, y William Drennan quien dijo que fue ¨actuado por el espíritu más monopolizado¨.
La frase fue popularizada fuera de Irlanda por Edmund Burke, otro protestante liberal, cuyo irónico comentario de 1792 fue entonces usado por los católicos que buscaban más reformas políticas:
Esta frase fue vista y usada de maneras diferentes por católicos y protestantes. Los primeros la usaron como ¨foco de resentimiento¨ y para los protestantes se convirtió en la imagen de la pérdida grandeza.
La gradual desposeción de grandes propiedades pertenecientes a cientos de terratenientes nativos en Irlanda tomó lugar en varias etapas desde los reinados de María I de Inglaterra (católica) y su hermana Isbael I de Inglaterra (protestante) en adelante. Fracasadas revueltas contra el control el inglés en 1595-1603 y 1641-1653 y después las Guerras Williamitas entre 1689-1691 causaron que muchas tierras irlandesas fueran confiscadas por la corona inglesa, para luego ser vendidas a personas que fueran ¨leales¨, la mayoría de los cuales eran ingleses y protestantes. Los soldados ingleses y los comerciantes se convirtieron en la clase dirigente y sus ricos miembros fueron elevados a la Casa de los Lores irlandesa y eventualmente controlaron la Casa de los Comunes irlandesa.
Este proceso fue facilitado y formalizado en el sistema legal después de 1691 con la aprobación de varias leyes penales. Estas leyes discriminaban contra los derechos de propiedad de las familias de la mayoritaria población católica y los desconformes (¨disidentes¨) presbiterianos:
Sin embargo, los protegidos por el Tratado, estaban excluidos de la vida política pública.
La situación fue confusa por la política de los tories en Inglaterra e Irlanda luego de 1688. Ellos eran protestantes los cuales generalmente apoyaban los reclamos de los jacobitas católicos y llegaron al poder brevemente en Londres entre 1710 y 1714. En 1750 el amyor heredero católico jacobita Carlos III, se convirtió al anglicanismo por un tiempo, pero regresó al catolicismo por la muerte de su padre en 1766.
El hijo de Jacobo II, Jacobo III de Inglaterra, fue reconocido por la Santa Sede como el legítimo monarca del Reino de Inglaterra, el Reino de Escocia y el separado Reino de Irlanda hasta su muerte en enero de 1766, los católicos por tanto estaban moralmente obligados a apoyarlo. Esto produjo la mayor excusa política para las nuevas leyes, pero no fue enteramente exclusivo ya que no hubo ley contra la conversión al protestantismo. Miles lo hicieron, como consta en los llamados Convert Rolls, y esto le permitií carreras exitosas a hombres irlandeses como a William Conolly, pero la mayoría no cambió su religión católica.
Entre las formas de discriminación enfrentadas por católicos y disidentes bajo las nuevas leyes penales estaban:
Como resultado el poder político, legal y económico residía en el Dominio protestante hasta mediados del siglo XVIII. El 95% de la tierra irlandesa estaba bajo el control de la minoría protestante. Algún 9% de la tierra pertenecía a señores católicos que se habían convertido a la religión del estado.
La confianza de la Dominación se manifestó hacia finales del siglo XVIII, por su adopción de una identidad nacionalista irlandesa, aunque todavía exclusivamente protestante y la formación del Partido Patriota Irlandés de Henry Grattan. La formación de los Voluntarios irlandeses para defender Irlanda de la invasión francesa durante la Revolución Estadounidense, efectivamente le dio a Grattan la fuerza militar y fue capaz de forzar a Britania una mayor cantidad de reglas propias a la Dominación Protestante.
El parlamento abrogó muchas de las leyes penales entre 1771 y 1793, pero no las abolió. Grattan solicitó la Emancipación Católica para las clases medias de esa religión para los años 1780, pero no persuadió a la mayoría de los protestantes irlandeses a apoyarlo. Tras la forzada retirada de los liberales en 1795 por los conservadores, el parlamento fue abandonado como un vehículo para el cambio. Esto dio lugar a la Society of the United Irishmen, elementos liberales sin mirar religión, etnia y clases sociales, quienes comenzaron a armar la rebelión.
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