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Droungarios



El Drungario de la guardia (en griego, δρουγγάριος τῆς βίγλης, transliteración: droungarios tēs viglas) originalmente fue un cargo militar superior en el Imperio bizantino. Registrado desde finales del siglo VIII, el drungario comandaba la Vigla o «guardia», uno de los regimientos de caballería de élite profesional (tagmata) del período bizantino medio y estaba a cargo de la seguridad personal del emperador bizantino. Hacia c. 1030, el cargo pasó de su origen militar a una posición judicial de alto nivel, a partir de entonces se denominó como gran drungario de la guardia (en griego, μέγας δρουγγάριος τ. β., mégas droungários t. b.). El cargo continuó existiendo como dignidad cortesana, en su mayoría honorífica, durante la era Paleóloga hasta el fin del Imperio bizantino, a mediados del siglo XV.

El drungario de la guardia era inicialmente el comandante de la vigla o arithmos,[1][2]​ el tercero de los tagmas, regimientos de caballería profesional con sede en Constantinopla y sus alrededores, y distintos de las tropas provinciales o themáticas. El título de drungario en sí mismo significa «comandante de un drungos», un término de origen galo usado para designar a una especie de formación de caballería táctica en el Ejército romano del este de la antigüedad tardía.[3]​ El término drungario (en griego, δρουγγάριος) no está documentado antes del comienzo del siglo VII, pero podría haberse utilizado como una designación informal o no oficial antes de ese tiempo. El oficio y su correspondiente unidad parecen haberse referido inicialmente a disposiciones ad hoc, pero a principios del siglo séptimo se formalizaron, como gran parte de la estructura del Ejército romano oriental.[4]

A juzgar por el nombre de la unidad y los peculiares títulos de sus oficiales, tuvo una considerable ascendencia que se remontaba al Ejército romano oriental.[5]​ El primer registro del cargo proviene cerca del 791, cuando Alejo Mosele es nombrado como espatario y droungarios tēs viglas.[6][1]​ En comparación con otros tagmas, el drungario y sus comandantes tenían deberes específicos relacionados con la seguridad del emperador y del palacio imperial.[2]​ Dentro de Constantinopla, la guardia custodiaba los jardines del palacio y mantenía una guarnición acantonada en el Hipódromo cubierto (otra base del drungario),[7]​ esto le daba la posibilidad de permanecer en la ciudad en todo momento y acompañar al emperador cuando abandonaba el recinto del palacio, así como en las ocasiones que este partiera para hacer campaña. Por tal motivo, se le confiaba la seguridad del ejército y del campamento, que incluía tareas como: la supervisión de las guardias nocturnas, las de la parte delantera, trasera y de los flancos; así como custodiar a los prisioneros de guerra.[8]

Debido a su proximidad con el emperador, el drungario debía ser una persona de confianza, y a menudo se le asignaban misiones delicadas como arrestos o incluso las ejecuciones de oficiales de alto rango. Por otro lado, como observa Rodolphe Guilland, la delicada naturaleza de esta función significaba que «la mera negligencia, la menor sospecha podía causar su caída», mientras que «el primer cuidado de un nuevo emperador... era elevar al cargo [de drungario de la guardia] a uno de sus sirvientes».[9]

Como se menciona en De Ceremoniis, el drungario siempre escoltaba al emperador y era participante asiduo de diversas ceremonias imperiales, a menudo acompañado por su ayudante, el acóluto (akolouthos). Como traje ceremonial ostentaba una túnica skaramangion y una capa sago roja, frecuentemente llevaba una espada, una maza y un hacha. Esta última arma era inusual para un oficial bizantino, el erudito francés Guilland sugiere que esto estaba relacionado con su mando sobre las tropas extranjeras a través del akolouthos (quien más tarde se convertiría en el comandante de la guardia varega, portadora de hachas).[7]​ En el siglo x, cuando varios titulares del cargo eran los descendientes de las familias más prominentes de la aristocracia militar, incluyendo a Eustacio Argiro, Juan Curcuas y Manuel Curtices, el drungario ocupó el trigésimo sexto lugar en la jerarquía imperial y generalmente le eran conferidas las más altas dignidades cortesanas como anthypatos, patricio o protospatario.[7]

Hacia 1030, su cargo cambió de militar a estrictamente judicial y adquirió el epíteto de gran (megas) en la década de 1070.[1][26]​ Parece que el drungario asumió la «corte del hipódromo», existente desde mediados del siglo ix, y muy conocida por su ubicación en el hipódromo cubierto (o de acuerdo con una interpretación alternativa, en las subestructuras del Hipódromo principal de Constantinopla).[27]​ Esto fue seguido por la creación de nuevos tribunales y la reestructuración del sistema judicial bizantino, por lo que durante el reinado de la dinastía Comneno (1181-1185), la «Corte del hipódromo» o «Corte del drungario» (en griego, τὸ δρουγγαρικὸν δικαστήριον) era uno de los siete tribunales civiles superiores, junto con la del eparca de la ciudad, del diceodota, del cuestor del sagrado palacio (koiaistōr), del maestro de las sentencias (epi ton kriseōn), del prōtasēkrētis y del católico (katholikos), quien encabezó el tribunal de asuntos fiscales (dēmosiaka pragmata). La «Corte del drungario» también servía como un tribunal de apelaciones para las decisiones del maestro de las sentencias.[28][29]

Los titulares de este cargo pertenecieron a algunas de las familias más distinguidas de la aristocracia civil, incluyendo a Eustacio Romaio, Juan Skylitzes y Andrónico Camatero.[1]

Tras el sitio de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada en 1204, se rompió la continuidad del cargo. Al reaparecer en los registros de la era Paleóloga, había perdido la condición judicial y retomó su carácter militar original. De acuerdo con el autor de mediados del siglo XIV, Jorge Codinos, el gran drungario de la guardia era un subordinado del gran doméstico, encargado de la guardia nocturna y de la supervisión de los exploradores del ejército.[38]​ En realidad el cargo llegó a ser una especie de sinecura (beneficio eclesiástico que otorgaba rentas a su titular), siendo esencialmente una dignidad cortesana desprovista de responsabilidades, salvo los deberes ceremoniales.[37]

En la obra de Jorge Codinos, el gran drungario de la guardia figuraba en el vigésimo cuarto puesto de la jerarquía imperial, entre el eparca y el gran hetairiarca.[39]​ Su traje distintivo de la corte, según Codinos, consistía en un sombrero de brocado de oro (skiadion), una túnica kabbadion seda lisa y un cayado (dikanikion) con una perilla dorada en la parte superior y cubierto con una trenza roja en la inferior. Para las ceremonias y festividades, llevaba un skaranikon abovedado de seda amarilla y dorada, decorado con bordados de hilos de oro, con un retrato del emperador sentado en un trono en la parte delantera, mientras que en la parte trasera, el emperador a caballo.[31][40]

Esta dignidad sobrevivió hasta la caída de Constantinopla. El historiador Jorge Frantzés comparó el cargo otomano del jefe de los jenízaros con el del gran drungario de la guardia.[1][41]



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