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Economía circular



La economía circular es una estrategia que tiene por objetivo reducir tanto la entrada de los materiales vírgenes como la producción de desechos, cerrando los «bucles» o flujos económicos y ecológicos de los recursos.[1]​ El análisis de los flujos físicos de recursos proviene de la escuela de pensamiento de la ecología industrial[2]​ en la cual los flujos materiales son de dos tipos, nutrientes biológicos, diseñados para reintroducirse en la biosfera sin incidentes técnicos, nutrientes los cuales están diseñados para circular con alta calidad en el sistema de producción pero no vuelven a la biosfera.

Abarca mucho más que la producción y el consumo de bienes y servicios, pues incluye entre otras cosas, el cambio de los combustibles de fósiles al uso de la energía renovable, y la diversificación como medio de alcanzar la resiliencia. Como parte del debate, también debe incluir una profunda discusión sobre la función y el uso del dinero y de las finanzas, y algunos de sus pioneros también han pedido renovar las herramientas de medida rendimiento económico.[3]









El término "economía circular" se utilizó por primera vez en la literatura occidental en 1980 (Pearce y Turner 1990) para describir un sistema cerrado de las interacciones entre economía y medio ambiente.[4]​ La economía circular es parte del estudio de retroalimentación de sistemas no lineales, sistemas vivos.[5]​ Un resultado importante de este es la idea de optimizar sistemas más que componentes, o la idea de ‘diseño a medida'. Como idea genérica enmarca un número de aproximaciones más concretas que incluyen cuna a cuna, biomímesis, ecología industrial, y la economía azul.[6]​ Más frecuentemente descrito como marco para pensar, sus seguidores reclaman que es un modelo más coherente que tiene valor como respuesta al final de la era de materiales y combustibles baratos.

En Alemania y Japón la interpretación de la economía circular se basa en la gestión de los residuos a través de las 3R (reducir, reciclar, reutilizar). La idea subyacente es que el actual flujo lineal de los materiales (recurso-producto-residuos) necesita ser transformado en un flujo circular (recurso-producto-recurso reciclado). La economía circular fue aprobado por el Gobierno chino en el 11º plan de cinco años como modelo de desarrollo para China.[4]

En enero de 2012, la Fundación Ellen MacArthur publicó un informe desarrollado por McKinsey & Company titulado Hacia la Economía Circular: Racionalidad económica y de negocios para una transición acelerada. El informe resaltó la oportunidad económica y empresarial de un modelo circular restaurativo. Utilizando estudios de caso del producto y análisis económico, el informe detalla el significativo potencial de beneficios para la Unión Europea. Argumenta que un subconjunto del sector de fabricación de la UE podría generar ahorros de coste de materiales netos por un valor hasta de $630 mil millones p.Un. en 2025 — estimulando la actividad económica en las áreas de desarrollo de producto, remanufacturado y reparación. Hacia la Economía Circular también identificó los bloques de toma de decisiones claves para hacer la transición a una economía circular, concretamente en habilidades de producción y diseño circulares, modelos empresariales nuevos, habilidades en construir cascadas y ciclos inversos, y ciclos cruzados y de colaboración entre sectores.[7]

En algunos ámbitos, como la industria del envase de usar y tirar, el término se emplea como lavado de imagen, tratando de mantener un modelo de negocio insostenible que apenas consigue incorporar un 2% de materiales reciclados en la fabricación de envases nuevos.[8]

Existen Organizaciones y Proyectos para asesorar con respecto a la gestión de los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).[9]

Por otro lado, en América Latina el 50 % de los residuos sólidos son materia orgánica, de la cual el 90 % no se usa o se va a la basura. Según la Comisión Económica para América Latina y El Caribe, mejorar la eficiencia y la vida útil de materiales en nuestra región llevaría a la creación de cinco millones de empleos. [10]

Según Linder y Williander, un modelo de negocio circular es "un modelo de negocio en el que la lógica conceptual para la creación de valor se basa en la utilización del valor económico retenido en los productos después del uso en la producción de nuevas ofertas".[11]

Mateusz Lewandowski ofrece una propuesta para abordar esta necesidad de diseñar modelos de negocio circulares y presenta una conceptualización de un marco teórico llamado: CBMC. El CBMC consta de once bloques de construcción, adaptados del Canvas de Osterwalder y Pigneur, que abarcan no sólo tradicionales componentes con modificaciones menores, sino también bucles de material y factores de adaptación. Estos bloques de construcción permiten el diseño de un modelo de negocio de acuerdo con los principios de la economía circular, y consisten en:[12]

Este concepto está más de moda de lo que se piensa. Grandes entidades lo están llevando a cabo:

Además hay grandes empresas que están siguiendo este modelo:

He aquí algunos de los proyectos de los que disponen:

Se conceden bastantes premios a proyectos que implementen la economía circular como modelo principal:

https://www.stephenjwright.com/circular-economy



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