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Efecto renta



En microeconomía, se entiende por efecto renta o efecto ingreso a uno de los efectos que provoca la variación del precio de un producto sobre su demanda.[1]

El efecto renta corresponde a la variación en la cantidad demandada de un bien (o servicio) como resultado de la modificación del poder adquisitivo de compra causado por un cambio en el precio del bien en cuestión. Cuando cambia el precio de un bien, el poder adquisitivo se modifica. Si el precio del bien cae, el poder adquisitivo aumenta ya que el consumidor podrá consumir más unidades de ese bien o de otros bienes. Si el precio de un bien aumenta, su poder adquisitivo cae ya que ahora su ingreso le alcanza para menos unidades del bien a la vez que tiene menos recursos para comprar los demás bienes.[2]

El efecto renta corresponde a la variación en la cantidad demandada de un bien (o servicio) como resultado de la modificación del poder adquisitivo de compra causado por un cambio en el precio del bien en cuestión.

Cuando cambia el precio de un bien, el poder adquisitivo se modifica. Si el precio del bien cae, el poder adquisitivo aumenta ya que el consumidor podrá consumir más unidades de ese bien o de otros bienes. Si el precio de un bien aumenta, su poder adquisitivo cae ya que ahora su ingreso le alcanza para menos unidades del bien a la vez que tiene menos recursos para comprar los demás bienes.

El cambio que experimenta la cantidad consumida de un bien debido a su variación de precio se denomina efecto total. Dentro del efecto total encontramos dos tipos de efectos. El efecto sustitución y el efecto renta, también conocido como efecto ingreso. Este último se utiliza para definir las consecuencias que provoca la variación en el poder adquisitivo sobre la demanda de un producto.

El efecto renta se basa en el hecho de que al realizar una alteración en el precio de un producto se produce a su vez una alteración la cantidad demandada por la población de ese producto, siendo el efecto renta el ajuste resultante en la cantidad demandada que depende de la modificación de la renta real.

Es decir, el efecto renta mide la variación en el consumo de un producto a raíz de un cambio en el precio de este y por lo tanto en el poder adquisitivo de la población en general. Es por lo tanto, la respuesta al cambio del poder adquisitivo en la que los consumidores varían la cantidad que demandan de un producto.

Tipos de efecto renta

El efecto renta se puede clasificar en tres tipos en base a la relación entre el bien en cuestión y la renta.

Efecto de una variación en el precio sobre la cantidad demandada debido a la variación en la renta real del consumidor causada por la variación en el precio del bien. Al bajar (subir) el precio de un bien, aumenta (desciende) la renta real o poder adquisitivo del consumidor, puesto que con unos mismos ingresos monetarios puede comprar ahora más (menos) cantidad de bien que antes. Mientras que el sentido del efecto sustitución es siempre el mismo, el sentido del efecto renta depende de la naturaleza del bien demandado.

La demanda de un producto depende, entre otros factores, del precio del mismo. Es decir cuando se altera el precio de un producto, se produce un cambio en la cantidad demandada de ese producto. El estudio más profundo de esta influencia ha descompuesto el citado efecto en dos partes diferenciadas. Cuando varía el precio del producto se produce por un lado un cambio en la renta real del sujeto que influye en la demanda y que es estudiada por el denominado efecto renta y por otro lado se produce un encarecimiento o abaratamiento del producto con respecto a los demás que es estudiado por el denominado efecto sustitución [3]

El efecto renta de la variación de un precio es la parte del ajuste de la cantidad demandada que depende de la variación de la renta real.

Es decir, si toda la renta está destinada a adquirir dos bienes asociados (por ejemplo, tomates y manzanas) y disminuye el precio de uno de los bienes (tomates), permaneciendo constante los demás elementos, el consumidor podrá adquirir la misma cantidad de tomates y manzanas que antes de la bajada del precio y le sobrará una cantidad de dinero, se ha provocado por tanto un aumento de su renta real, que no es otra cosa que la capacidad adquisitiva de la que dispone el sujeto.

Este incremento de su renta real lo puede dedicar a la adquisición de más tomates o no, dependiendo de que los tomates se comporten como un bien normal o inferior. Este posible incremento del consumo de tomates provocado porque el sujeto ahora tiene más capacidad adquisitiva es el denominado efecto renta.[4]

Es negativo en aquellos casos en los que el bien es inferior a la renta. Este efecto renta se produce cuando los bienes son inferiores, es decir, que puede darse el caso de un bien X inferior respecto a la renta y en este caso el efecto renta es negativo.

Se da en aquellos casos en los que el bien es completamente independiente de la renta. Por lo tanto, sus variaciones no afectan a la demanda.

Es aquel en el que el bien tiene un comportamiento normal ante la variación de renta. Dando lugar a un efecto renta positivo. Generalmente, aun cuando el efecto renta sea negativo, como es el caso de los bienes inferiores, no suele ser mayor que el efecto sustitución, pero hay un caso especial, que son los bienes Giffen, en el que el efecto renta es tan poderoso que contrarresta al efecto sustitución, y la curva de demanda resultante es anómala, pues resulta creciente



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