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El Niño-Oscilación del Sur



El Niño-Oscilación del Sur, ENOS o ENSO (inglés), es un patrón climático que consiste en la oscilación de los parámetros meteorológicos del Pacífico ecuatorial cada cierto número de años. Presenta dos fases opuestas, una de calentamiento y lluvias en el Pacífico oriental conocido como el fenómeno de El Niño y la otra fase de enfriamiento llamada La Niña. Esta oscilación de la temperatura es oceánica y atmosférica, y está a su vez relacionada con el fenómeno atmosférico denominado Oscilación del Sur, el cual consiste en una oscilación de la presión atmosférica en el Pacífico occidental. La relación o acoplamiento entre estos fenómenos trae grandes consecuencias climáticas en gran parte del mundo.[1]

Charles Todd, en 1888, sugirió que las sequías en India y en Australia tendían a ocurrir al mismo tiempo;[2]Norman Lockyer notó lo mismo en 1904.[3]​ Se identificó una conexión en Perú entre las lluvias e inundaciones de 1891 con el calor que trajo la llamada corriente del Niño y la irrupción de los vientos alisios del norte por Víctor Eguiguren Escudero (1852–1919) y de 1895 por Federico Alfonso Pezet (1859–1929).[4][5]​ En 1924, Gilbert Walker (por quien la circulación Walker se nombró) acuñó el término "Oscilación Sur".[6]​ Él y otros (incluyendo al meteorólogo noruego-estadounidense Jacob Bjerknes) se acreditan en haber identificado el efecto El Niño.[7]

Jacob Bjerknes postuló en 1969 que El Niño está normalmente relacionado con la Oscilación del Sur, ya que está presente una relación física entre la fase de alta presión anómala en el Pacífico occidental, con la fase de calentamiento poco frecuente del Pacífico oriental, lo que va acompañado con un debilitamiento de los vientos alisios del este; por lo que la baja presión del Pacífico occidental se vincula con un enfriamiento del Pacífico oriental (fenómeno de La Niña), con el fortalecimiento de los vientos del este.

ENOS constituye un patrón climático cíclico, pero no periódico; es cíclico porque presenta dos fases, la fase cálida corresponde a El Niño, y la fase fría a La Niña, pero no es periódico porque estas fases no se presentan con una frecuencia determinada regular, aunque se da cada cierto número de años. Las dos fases se relacionan con la célula de Walker, descubierta por Gilbert Walker a principios del siglo XX. La circulación atmosférica de Walker es causada por la fuerza del gradiente de presión que resulta de un sistema de alta presión sobre el Océano Pacífico oriental y un sistema de baja presión sobre Melanesia. Cuando la circulación de Walker se debilita o se invierte, se produce un fenómeno de El Niño, que hace que la superficie del océano sea más cálida que el promedio, ya que el surgimiento de agua fría se retrae o anula. Una circulación especialmente fuerte de Walker es causa de La Niña, lo que da como resultado temperaturas marinas más frías debido al aumento de la afloración.

Por otro lado, la rotación de la Tierra produce el efecto Coriolis, produciendo que se acumule más calor en el Pacífico occidental, formando la conocida "piscina caliente" especialmente entre las regiones de Melanesia y Micronesia, donde las aguas superan los 30°C. Este calor se propaga hacia el oeste mediante las ondas de Rossby ecuatoriales, las cuales son lineales, atmosféricas y oceánicas. La fuerza que equilibra al efecto Coriolis/Rossby es la onda Kelvin, la cual tiene un desplazamiento lineal (es una onda longitudinal), no dispersiva; y va hacia el este sobre el ecuador terrestre, es decir, en contra de la corriente ecuatorial del Sur. Cuando la onda Kelvin ecuatorial llega a Sudamérica (Ecuador), se desvía principalmente al sur en dirección a la costa peruana y siguiendo el trayecto de la corriente de Humboldt; lo que constituye la onda Kelvin costera. Las ondas Kelvin están relacionadas con el debilitamiento de los vientos alisios medios, los cuales desequilibran la pendiente de isopicnas.[8]

Para medir la intensidad de un evento climático relacionado con ENOS, se toma en cuenta las mediciones de temperatura anómalas, que medidas en área geográfica determinada constituyen el índice correspondiente. Se usa las siguientes calificaciones:[9]

Para calificar un evento, las medidas anómalas deben alcanzar los rangos durante al menos un lapso de tres meses.

Para una medición estandarizada y más precisa, se ha dividido al Pacífico ecuatorial en las siguientes regiones Niño:[10]

El patrón ENOS, al tratarse de una oscilación entre la presión atmosférica entre el Pacífico oriental y el occidental, se manifiesta principalmente en variaciones importantes de la temperatura en las diferentes regiones Niño; pudiendo producirse algunos de los siguientes eventos:

Como ejemplo de estas variantes, se puede observar que en el evento de El Niño de 1997-98 de gran envergadura (ver mapa animado adjunto), empezó como un Niño costero débil en abril de 1997 que pasa luego a muy fuerte en mayo; El Niño fue creciendo hacia el oeste hasta definirse un Niño global muy fuerte en agosto del mismo año que duró hasta enero de 1998; seguidamente, en junio de 1998 El Niño va desvaneciéndose a manera de un Niño costero fuerte, mientras que al mismo tiempo aparece una Niña modoki de débil a fuerte. Finalmente, para agosto del mismo año El Niño está extinguido y se ha establecido una Niña modoki muy fuerte en la región oceánica Niño 3.4.[19]



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