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El Turuñuelo



El Turuñuelo, Turuñuelo de Guareña o Casas del Turuñuelo es un yacimiento arqueológico tartésico del siglo V a. C.,[1]​ que se encuentra en el término municipal de Guareña (Badajoz),[2]​ cerca de Yelbes.[3]​ A unos 3 km se encuentra la necrópolis tartésica de Medellín.[4]

Los trabajos de excavaciones que lleva a cabo el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), están coordinados por Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González.[5]​ Hay una docena de yacimientos arqueológicos tartésicos en el Valle del Guadiana, de los que se han excavado tres: Cancho Roano (cerca de Zalamea de la Serena), La Mata (en Campanario) y El Turuñuelo.[6]

Desde la década de 1990 se conocía la existencia del túmulo de El Turuñuelo,[3]​ y en 2014 se realizó un sondeo estratigráfico.[1]​ Se han sucedido tres campañas de excavaciones. La primera campaña (2015) fue financiada por la Junta de Extremadura con fondos Feder de la Unión Europea, y la segunda por el Ministerio de Economía y Competitividad. En 2015 se descubrió un habitáculo de 70 m² en muy buen estado de conservación,[2]​ en el que se hallaron, en el centro, un altar de adobe con forma de piel de toro, bancos corridos y una bañera de 1,70 m, «considerada como uno de los hallazgos más extraordinarios de la excavación, un elemento hasta ahora desconocido y que se podría dedicar a hacer algún ritual relacionado con el agua», según Sebastián Celestino.[7]​ «Lo llamamos bañera o sarcófago por su forma. Está hecho con un material extraño a base de cal y no sabemos qué contenía; no tiene ningún orificio de salida y, por lo tanto, puede ser para contener agua, para hacer algún tipo de ritual que se nos escapa», explica Sebastián Celestino.[8]

En 2017, se sacó a la luz una escalinata con 10 escalones y 2,5 metros de altura que une dos plantas; la inferior aún no se ha excavado. El material es un tipo de mortero de cal y granito triturado, que se encofraba y constituía una especie de protocemento (lo más parecido, el opus caementicium romano, es un siglo posterior). En abril del mismo año, se encontró junto a la escalinata los restos de dos caballos sacrificados.[9]​ Menos de dos meses después, se habían exhumado los restos de otros 17 caballos, de dos toros y de un cerdo.[10]

El sacrificio de estos animales formaría parte de un ritual de los pobladores, que incluiría un banquete comunitario y el inmediato incendio del santuario tartésico, que fue enterrado y abandonado.[10]​ El sacrificio ofrendado a sus divinidades, se realizó en el patio principal [11]​ de la estancia sur, zona en la que se hallaron muchas conchas y huesos echados al suelo.[12]​ Sebastián Celestino, resalta la importancia del hallazgo del ajuar empleado en el banquete: dos jarros, coladores y otros enseres, además de vasos de imitación griega y de platos y vasos con bandas pintadas de color rojo. La buena conservación del recinto religioso y de los objetos de bronce del ritual, se debe a que el fuego solidificó los muros de adobe de tres metros de ancho, y la tierra con la que se cubrió el recinto preservó los metales.[10]​ El 31 de mayo de 2017 finalizó la segunda fase de excavaciones, de dos meses de duración

El túmulo del Turuñuelo tiene en la actualidad una hectárea de extensión.[1]​ En las campañas de 2015-2016, se hallaron restos cerámicos, arquitectónicos, semillas, restos de alfombras de esparto y otros tejidos, un caldero y una parrilla de bronce y otros muchos objetos de este metal.[8]​ Entre las tres campañas se ha excavado el 10 % del total del yacimiento.[9]​ Esther Rodríguez señaló que hasta octubre de 2017, en que posiblemente se reanudara la campaña, se procedería a documentarla. La restauración de los bronces hallados, prosiguió en el Laboratorio de Restauración y Conservación de la Universidad Autónoma de Madrid (SECYR). La arqueóloga añade, que espera que puedan ser publicados pronto los resultados de las excavaciones.[13]

La codirectora del Turuñuelo afirma que «este yacimiento se ha convertido en un ejemplo excepcional para el estudio de la arquitectura tartésica, así como de su organización social y económica dentro del sistema que rige el Guadiana Medio durante esta época».[1]​ La extensión del yacimiento es tres veces superior al de Cancho Roano.[6]

Las construcciones de El Turuñuelo fueron destruidas, incendiadas y selladas con arcilla por sus propios habitantes al final del siglo V a. C.,[14]​ ante la invasión inminente de pueblos celtas del norte.[1]

En la primera campaña arqueológica de 2018 (mayo-junio), se exhumaron los huesos de un ser humano adulto, los pies de una estatua contemporánea griega de mármol policromado, y un corredor que rodea una construcción de gran tamaño.[15]​ Este corredor que circunda el patio es el único de este tipo hallado hasta la fecha en el Mediterráneo, según Sebastián Celestino.[16]​ Añade que ya se ha desenterrado el 15 % del yacimiento.[15]

A finales de 2018, Sebastián Celestino declaró que estima que hasta 2022 se seguirán realizando excavaciones.[17]

No obstante, en 2019 se paralizaron las actuaciones, al parecer por desencuentros económicos entre los propietarios del terreno donde se encuentra el yacimiento y la Junta de Extremadura[18]



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