El analfabeto es una película de comedia mexicana de 1961, dirigida por Miguel M. Delgado y protagonizada por Cantinflas, Lilia Prado, Ángel Garasa y Sara García. Esta película es una magnífica comedia educativa.
Inocencio Prieto y Calvo (Cantinflas) es un hombre que ha vivido al lado de su madrina Doña Epifanita (Sara García), ha sido analfabeto durante toda su vida, cosa que le ha traído problemas en todo su entorno y en su trabajo como carpintero del que es despedido por todos los problemas que ha causado al no saber leer ni escribir.
Entre estas situaciones recibe una carta de un notario donde se le pone en conocimiento que es heredero de la fortuna de su recién fallecido tío Don Prisciliano Calvo y Velludo, de 2 millones de pesos mexicanos, que no tiene más que reclamar mediante la presentación de su fe de bautismo como prueba de identidad. Sin embargo, como es analfabeto, Inocencio no tiene ni idea del contenido de la carta y acude a ver al farmacéutico para que le lea la carta, cuando llega el boticario le dice que lo espere mientras despacha a una señorita clienta de la farmacia, Inocencio se siente avergonzado de ver como la hija de la señorita que es una niña, ya es capaz de leer mientras que él, un hombre adulto, no puede por lo que se arrepiente de pedirle que se la lea y le pone de pretexto que fue para otra cosa.
Para combatir su analfabetismo, Inocencio decide acudir a una escuela infantil a aprender a leer y escribir y esperar a conocer el contenido de la carta hasta que él pueda leerlo por sí mismo, para que nadie más se entere de sus asuntos privados por su propio desconocimiento.
Luego de registrarse en la escuela, se detiene por el banco local a pedir un trabajo, después de haber dejado su empleo anterior por la mañana. En este momento conoce a Blanca Morales, una atractiva joven recién llegada a la ciudad, y le muestra un papel donde está escrita la dirección de su nuevo empleo, al cual Inocencio prefiere acompañarla personalmente. El lugar donde Blanca e Inocencio asisten es propiedad de Don Rómulo González, gerente del banco en el que Inocencio fue contratado esa mañana. Ahí también conocen al Licenciado Aníbal Guzmán, prometido de Ofelia González, hija de Don Rómulo y jefe de Blanca.
En el transcurso de la película, Inocencio gradualmente aprende a leer y escribir en la escuela, donde sus compañeros niños se burlan de él en muchas ocasiones, pero es admirado por su maestro por su deseo de superarse, enamora a Blanca, y hace amigos y enemigos en el banco. Se frustra un robo y luego un plan para hacerlo parecer culpable. Don Rómulo está tan complacido con su honestidad que da a Inocencio una recompensa de 1.000 pesos mexicanos, que el hombre procede agradecido a gastar en un vestido nuevo para su madrina Doña Epifanita, un vestido tradicional regional para su amiga Blanca para usar en un concurso de belleza como candidata a reina de la feria del pueblo, y zapatos nuevos para él.
Cierto día en su trabajo, al realizar el aseo en el banco, sin darse cuenta se le cae el sobre de forma accidental que tiene la carta del notario que la traía en su bolsillo, cuando aún no era conocido el contenido de la carta por Inocencio. Don Fermín, con rencor hacia él se da cuenta de su carta en el suelo y manda a Inocencio a la tienda para poder recogerla y se asombra de su contenido guardándola para sí. Fermín le revela a Don Aníbal (primo suyo) la gran fortuna de la que Inocencio es propietario y no se ha enterado y planean cometer un fraude para reclamar su herencia. Para ello Aníbal consigue una copia de su fe de bautismo en la iglesia del pueblo y Fermín hace que Inocencio le firme un papel en blanco haciéndole creer que admira que ya sabe escribir y quiere ver como hace su firma para luego convertir esa hoja en un documento legalizado, sellado y firmado donde él mismo les da autorización de cobrar su fortuna.
Para hacer aún mejor el plan y poder reclamar sin problemas la herencia, Aníbal y Fermín conspiran para hacer creer que Blanca (quien ha sido ofendida por Aníbal varias veces) ha robado las joyas de la Señora Refugio González, la esposa de su patrón Don Rómulo para luego dárselas a Inocencio. Cuando la Señora Refugio Gonzalez se entera del robo, Aníbal les dice que fueron Inocencio y Blanca, puesto que fueron los únicos que vio en el momento del robo. En el día del concurso, cuando Blanca es coronada reina de la feria del pueblo y al regresar, ambos son arrestados por ser los principales sospechosos.
Mientras ellos están presos y son enjuiciados, Fermín al ver que Aníbal no se presentó al juicio (puesto que había prometido que iría como testigo a declarar en contra de Inocencio) descubre que lo ha traicionado y se ha ido solo a reclamar la herencia. Durante el juicio cuando Inocencio y Blanca son interrogados, éste le entrega al juez un paquete que él tenía y cuando lo abre resulta que tenía las joyas robadas ante el asombro de todos los presentes, sin embargo en ese momento aparece Fermín y explica al juez que él que robó las joyas fue Aníbal y revela que él está de camino a reclamar la herencia de Inocencio.
Ambos son declarados inocentes y liberados e Inocencio y sus amigos se apresuran a la Ciudad de México para frustrar el intento de Aníbal y denunciarlo. Todos llegan a tiempo y Aníbal es arrestado en la oficina del abogado después de que llega a reclamar los fondos.
Al final, Inocencio firma el documento que lo hace acreedor a la herencia de su difunto tío Prisciliano y en ese momento hace saber a todos que planea usar su fortuna para comprar una lavadora para su madrina Epifanita y construir escuelas para analfabetos como lo fue él y le propone matrimonio a Blanca. La película concluye con Inocencio y Blanca en su boda.
En su libro Concise Encyclopedia of Mexico, Michael S. Werner consideró la película como la que marcó el inicio del declive creativo de Cantinflas, diciendo: «Si uno se viera obligado a determinar la película exacta que marcó el comienzo del declive creativo de Cantinflas, uno podría elegir El analfabeto». Además, elaboró: «Allí, su personaje se encarna como un analfabeto que trabaja como guardia bancario y eventualmente aprende a leer y escribir, gracias a la educación pública mexicana. Sin embargo, Cantinflas no es el peladito astuto, aunque ignorante, de antaño; más bien, es un tonto cuasi retrasado como un niño que se engaña fácilmente. Atrás quedaron las ofensas hacia los poderosos que caracterizaron sus películas anteriores: el dueño del banco es bueno mientras que sus empleados son malos, y la iglesia católica es fundamental para la 'salvación' del analfabeto».Pepe «como la nueva identidad de Cantinflas», y que en la película «el capitalista representaba a un guardián benevolente mientras que el antagonista era un compañero celoso que intentaba sabotear su éxito». Sin embargo, Pilcher también declaró que «la película contó con el reparto más fuerte de Moreno en décadas», destacando a Ángel Garasa, Carlos Martínez Baena y Sara García.
En Cantinflas and the Chaos of Mexican Modernity, Jeffrey M. Pilcher llegó a conclusiones similares, diciendo: «La falta de artificio y sofisticación siempre había sido parte de su sabio y tonto personaje [el de Cantinflas], pero en El analfabeto, ya no parecía sabio, simplemente un tonto», teorizando que Cantinflas «adoptó al inocente tonto» de su película anteriorLa película está disponible en DVD por Sony Pictures Entertainment, con audio en español y subtítulos en español e Inglés. Esta edición de la película está en formato Letterbox y en pantalla ancha.
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