Coro integrado por 7 solistas
El palacio imaginado es una ópera de cámara en tres actos con un libreto de Adriana Díaz Enciso basado en un cuento de Isabel Allende y poemas de Briceida Cuevas Cob, Juan Gregorio Regino, Natalia Toledo y fragmentos del Ritual de los Bacabe puesto en metro músico por Hilda Paredes.
La acción de la ópera se desarrolla en alguna nación de Latinoamérica. El Benefactor, dictador de una nación latinoamericana, inaugura su Palacio de Verano con un discurso en el que hace mención de diversas políticas autoritarias de Latinoamérica como lo es la represión de los indígenas, el conflicto por la identidad de la nación y su dependencia de las fuerzas armadas. Al término de las festividades de inauguración, el Palacio de Verano es nuevamente habitado por sombras que se comunican en un lenguaje ininteligible, las cuales son un símbolo de los indígenas. Estas sombras no son vistas pero sospechadas. El embajador Lieberman y su esposa, provenientes del primer mundo, son recibidos por El Benefactor. Lieberman se queja ininterrumpidamente, aún con sus perros, del calor tropical, los mosquitos, y el no haber sido mandado a un país civilizado. El Benefactor depende de los acuerdos petroleros que ofrece Lieberman, al tiempo que planea el secuestro de Marcia, la esposa de Lieberman. Después de raptarla con brutalidad, El Benefactor la lleva al Palacio de Verano. Los ensayos de rescate resultan infructuosos y Lieberman regresa a su país. Marcia sufre los abusos de El Benefactor en situaciones de brutalidad y degradación al tiempo que se percata de la presencia de las sombras en el Palacio de Verano. Cuando El Benefactor intenta nuevamente someterla a sus deseos ella también se convierte en una sombra. Después de la muerte de El Benefactor, se restaura la Democracia. En el marco de los festejos por el aniversario de la instauración de la Democracia, el Ministro de Cultura decide inaugurar un Centro Cultural en el Palacio de Verano. Para ello se inicia una búsqueda infructuosa del edificio en la jungla, sin que se pueda localizar el monumento que aparece y desaparece sobre los árboles.
El libreto, escrito por Adriana Díaz Enciso, se basa en un cuento de Isabel Allende y utiliza poemas en maya de Briceida Cuevas Cob, en mazateco de Juan Gregorio Regino, en zapoteco de Natalia Toledo y fragmentos del Ritual de los Bacabe, los cuales también están en maya.
Se utiliza material electrónico.
La segunda ópera de Hilda Paredes fue escrita como consecuencia de una comisión del International Festival of Arts & Ideas New Haven, la English National Opera London y Musik der Jahrhunderte Stuttgart. El material electrónico fue producido en el Experimental Studio Heinrich Strobel Stiftung des Südwestfunks de Friburgo con la asistencia de Stefan Tiedje. La obra ha sido tocada desde su estreno en 2003 en diversas ciudades en el continente americano y Europa con gran éxito de crítica. La obra retoma el motivo del Dictador latinoamericano y del uso arbitrario del poder. Tal tema ha sido utilizado en varias óperas del movimiento de nueva ópera latinoamericana como lo son las óperas Leoncio y Lena y Orestes parte de Federico Ibarra, Salsipuedes de Daniel Catán, Los murmullos del páramo de Julio Estrada, De cachetito raspado de Juan Trigos, Viento blanco de Sebastián Errázuriz y Los murmullos de Mathias Hinke
La ópera de Hilda Paredes ha sido tocada, desde su estreno, en varias ciudades del continente Americano y en Europa. En todas partes ha recibido grandes elogios de la crítica especializada. Así, por ejemplo, al momento del estreno absoluto se escribió:
Escribe un comentario o lo que quieras sobre El palacio imaginado (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)