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El pueblo de los malditos (película de 1995)



El pueblo de los malditos (título original: John Carpenter's Village of the Damned) es una película de horror y ciencia ficción de 1995 dirigida por John Carpenter.[1][2]​ Se trata de una adaptación de la película homónima (1960), inspirada en la novela fantástica The Midwich Cuckoos (1957) de John Wyndham, pero la ambientación original se desplaza del Reino Unido a los Estados Unidos y el producto general se distingue por la introducción de una violencia gráfica formada de escenas visiblemente fuertes.[3]

Entre los protagonistas están Christopher Reeve (su última actuación antes de la parálisis permanente causada por un accidente en caballo), Kirstie Alley, Linda Kozlowski, Michael Paré, Meredith Salenger y Mark Hamill. La película se estrenó en las salas cinematográficas estadounidenses el 28 de abril de 1995.

En Midwich, un pueblo costero de California, después de un misterioso desmayo colectivo que afecta a la población en otoño, diez mujeres, algunas casadas y otras no, quedan embarazadas. Nueve meses después nacen, simultáneamente, nueve niños con ojos extraños y cabellos blancos plateados, que posteriormente se revelan dotados de fortísimos y malvados poderes telepáticos. Solo uno de ellos, una mujer, no sobrevive al parto.

Los niños, mientras crecen, forman parejas fijas, todos salvo David, que perdió a su compañera, quien murió en el parto. Contrariamente a los demás que parecen no tener sentimientos humanos (o no los muestran), David demuestra que siente emociones y que siente compasión hacia las personas, hecho que empuja a los demás compañeros a no aceptarlo en su pequeño círculo. Entre el grupo, quien llama más la atención es la figura de Mara (Lindsey Haun) ("hija" del médico local, el doctor Alan Chaffe, y de Bárbara, quien se ha suicidado), la más despiadada del grupo y quien rechaza por primera a David en cuanto puede expresar emociones humanas.

La causa que parece empujar a David a sentirse más cercano a los humanos es la pérdida de su compañera, que le creó un sentimiento de vacío y dolor. La madre del niño es Kill McGowan, rectora de la escuela del pueblo, que inmediatamente entiende la naturaleza distinta del "hijo" hablando con él de varios argumentos, entre los que están la muerte de la neonata con quien se habría de unir. Cuando los niños sienten dolor, o en alguna forma perciben comportamientos negativos hacia ellos por parte de las personas, usan sus habilidades mentales para hacer mal a quien los fastidió, en la mayoría de las veces matándolos. Ellos justifican estas acciones diciendo que deben sobrevivir a toda costa, y que creen que convivir con los humanos es contrario a ese objetivo, ya que eventualmente llevaría a que estos tratasen de eliminarlos.

Esto que parece ser un caso único y raro, es realidad se manifestó en otras ciudades de la nación, pero las colonias de infantes malvados fueron eliminadas apenas presentaron problemas. Intuyendo que en Midwich la situación es distinta y está fuera de control, el equipo científico liderado por la doctora Susan Verner opta por la fuga, pero la mujer es asesinada por los niños después de ser obligada a mostrarle a David el cadáver de la neonata. Susan se había quedado con el cuerpo para estudiarlo en secreto y así poder entender mejor la naturaleza de aquellos seres de forma infantil pero extremadamente dotados y malvados.

La gente está exasperada, y una multitud se reúne en la plaza para discutir con los niños en un intento por calmar la ola de asesinatos y la violencia que azota a la ciudad. Cuando el líder de la marcha muere bajo la influencia psíquica de los niños, la gente comienza a correr asustada. Mientras tanto, el gobierno envía a varios policías al lugar también ayudados por una unidad de la Guardia Nacional encargada de matar a todos los niños. Pero las cosas no salen según lo planeado, y los niños manipulan las mentes de la policía, creando un tiroteo espectacular y sangriento que termina con la muerte de todas las fuerzas del orden.

Alan comienza a diseñar un plan riesgoso y extremo, que parece ser la última cosa que se puede hacer para sobrevivir a los niños. Las paredes de ladrillo son una barrera para el poder mental de los niños, y por lo tanto pone en el interior de la clase donde están los niños una valija cargada de explosivos para hacer estallar el edificio. Mientras él habla con Jill, ella le pide que salve a David de la explosión inminente, porque es diferente de los demás, y después de algunas dudas lo convence. Alan le pide a David que abandone el salón de clases por un momento para ir a buscar los libros que están en su auto. Mara intuye algo y toma mentalmente a Jill, pero David reacciona y empuja a Mara, marchándose con Jill. Los niños entonces intentan leerle la mente a Alan, quien al pensar en un muro de ladrillos bloquea sus pensamientos. Cuando finalmente ellos pueden leer en la mente que hay un explosivo en la valija, éste explota matando a los niños y a Alan.

Jill y David sobreviven a la explosión, y Jill le asegura a David que se refugiarán en un lugar donde nadie podrá reconocerlos. Poniéndose a viajar en auto, David pone la vista sobre el horizonte.

Lloyd Paseman del diario Eugene Register-Guard afirmó que la grabación en "widescreen color" y el reparto de notables actores como Christopher Reeve, Mark Hamill y Kirstie Alley hicieron de la película "todo menos barata".[3]​ Adicionalmente, algunas escenas de violencia gráfica fueron incluidas en la película, algo que en la producción de 1960 no estuvo presente.[3]

John Carpenter trasladó la historia desde Inglaterra hasta California del Norte y la ubicó en una época contemporánea, dándole mayor protagonismo a los roles femeninos. Hizo fuerte énfasis en el cambio de color de las pupilas de los niños, alternando entre el tono verde, rojo y blancos brillante cuando aplican fuertes poderes psíquicos.[3]​ Charlotte Gravenor, la estilista, tiñó el cabello de los actores que interpretaban a los niños y luego les aplicó una laca blanca en el pelo, haciéndolos parecer extraterrestres. Bruce Nicholson y Greg Nicotero aplicaron un efecto especial en el que los colores de los ojos cambiaban cuando los niños tomaban el control de los adultos.

Además de ser un fracaso de taquilla, la película recibió una respuesta crítica mediocre. Basado en 34 revisiones recogidas por Rotten Tomatoes, El pueblo de los malditos cuenta con una calificación del 29% de los críticos, con un puntaje promedio de 3.9 sobre 10. En 1996, la película fue nominada en varias categorías de los premios Golden Raspberry.[4]

Lloyd Paseman, del diario Eugene Register-Guard, afirmó que aunque la nueva versión no intentaba hacer de El pueblo de los malditos "algo" que su antecesor no era, la cinta contó con un guion "mediocre" y un flojo desarrollo de la trama. Le dio dos estrellas de cuatro posibles. Paseman rescató las actuaciones de Reeve, Kozlowski y Dekker, pero afirmó que el personaje de Hamill estuvo "mal interpretado", al igual que el resto del reparto.[3]

Janet Maslin, del New York Times, se mostró más entusiasta al considerarla "la mejor película de terror de John Carpenter en mucho tiempo". El remake fue "más astuto que atemorizante ... rememorando la historia original con nuevo entusiasmo y una buena cantidad de nuevos trucos".[5]​ En una entrevista de 2011, Carpenter describió la película como un "deber contractual" que "realmente no le apasionaba".[6]



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