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El siniestro Doctor Mortis



El siniestro Doctor Mortis es el personaje del radioteatro, la televisión, el cómic y la novela chilena creado por el escritor y actor Juan Marino Cabello desde la década de 1940. El Doctor Mortis es el personaje central de un universo literario y gráfico creado por Marino y que se enmarca en los géneros del terror, el suspenso, el misterio, el policial y la ciencia ficción.

Originalmente el personaje fue creado para su difusión en el medio radial chileno en la década de 1940, en la forma de un radioteatro que duró hasta principios de los años 80. Este radioteatro, transmitido en sucesivas emisoras a lo largo del tiempo, en la que destacó Radio Portales de Santiago, fue el compañero nocturno habitual de generaciones de chilenos que no han olvidado su tan característica introducción: se iniciaba con la ominosa apertura de "Una noche en el Monte Calvo" de Mussorgsky, seguida por la presentación del anfitrión de la noche, el propio doctor Mortis —a cargo de su autor—, quien emitía una sonora carcajada que erizaba el cabello; a continuación, venía la narración de una historia —hecha por el mismo doctor— dramatizada por un notable elenco de actores y un efectivo despliegue de sonidos. En estas dramatizaciones el doctor solía narrar en tercera persona, aunque a veces participaba como protagonista.

Durante la década de 1960 el personaje fue editado a través del cómic siendo publicado hasta mediados de los años 70 por diferentes editoriales; se alcanzaron a publicar unos 170 números y nuevamente confluyeron en su publicación una pléyade de excelentes historietistas; hay que destacar los notables guiones de Eva Martinic, esposa de Juan Marino. En esta década hasta llegó a incursionar brevemente en la televisión. El personaje y su universo sobrevivieron a su creador y al cese del radioteatro y el cómic originales, volviendo a ser reeditado en 2011 bajo la forma de novela gráfica y cómics recopilatorios;[1]​ así mismo, es un referente obligado en Internet, donde sus viejos radioteatros y sus cómics han sido repuestos por sus fanes.

La verdadera esencia del personaje nunca fue declarada explícitamente por Marino, aunque la interpretación más probable es que corresponde a una encarnación de Satanás u otro demonio, de acuerdo al guion del propio autor expuesto en el número 41 de las historietas de la época 1966-1967, editado por Zig-Zag, y titulado "Maqueronte y el Monstruo del doctor Mortis", y en la que el doctor-bajo la apariencia de un médico griego- tienta a Jesús en el desierto y es rechazado por éste; pero también, de acuerdo más que nada a la especulación de sus antagonistas, podría ser la encarnación de la muerte o del Mal en estado puro, un ente de otra dimensión o de fuera de este universo, un antiguo vampiro humano, el resultado de un experimento alquímico fallido, un científico loco, etc. El mismo se definió como la muerte misma.

El doctor Mortis fue encarnado en el radioteatro por el mismo Juan Marino bajo la forma de un sujeto de voz grave, pausada y una carcajada satánica y característica, y en el cómic con la forma de un apuesto sujeto de mediana edad, de bigotes finos y barbilla puntiaguda al estilo francés del siglo XIX y dos mechones de pelo en las sienes que simulaban cuernos; se presentaba con la profesión de "doctor" y con diferentes alias como: Tiss Morgan, Mirsot, Morganelo de Ortiz, Stroim, Morgenthys, T.S. Mori, Ry Thomas, Sitmor, Ross-Mithor, Trosmi, Mohr Silentis, entre muchos, y era perseguido como un malhechor internacional por todas las policías del mundo. Tenía la propiedad de cambiar de aspecto físico, y su esencia indefinida, descrita a veces como una sustancia gaseosa de color verdoso, era capaz de ocupar o poseer diversos cuerpos humanos —"encarnaciones"— que le servían de vehículo, lo que hacía más difícil su identificación. Habitualmente, se manifestaba como un vampiro ubicuo e indestructible.

El objetivo del personaje era claro: sojuzgar a la raza humana usando la ciencia y su dominio sobre los muertos, a los cuales controlaba como zombis —a los que llamaba "hijos míos"—, y la instauración de una especie de reino de los muertos sobre los cuales él sería el amo supremo y la humanidad su esclava. Presidía una cofradía de seguidores que solían llamarlo "maestro". Sus macabros experimentos científicos estaban orientados a dominar la mente y los cuerpos de sus víctimas, así como crear engendros monstruosos que lo sirvieran; otras veces sus trabajos estaban destinados a probar sus retorcidas teorías megalomaníacas; para estos experimentos se valía en ocasiones de científicos desquiciados, fuera de la ley o expulsados de sus órdenes gremiales; por lo general, disponía de modernos laboratorios con instrumental adelantado a su época. Objetos y lugares que le pertenecían o le pertenecieron (libros, cuadros, relojes, mansiones, etc.) conservaban su influencia maligna y seguían ligados a él, causando desgracia entre sus incautos poseedores. Invulnerable a las armas humanas, inmortal, con fuerza sobrehumana, con poder sobre los elementos y criaturas monstruosas, el Siniestro Doctor Mortis transitaba por las diferentes épocas y países esparciendo su influencia maléfica por el mundo. No obstante, estas características, Mortis no era omnipotente, pues sobre él tenían poder los símbolos cristianos(cruces, agua bendita, etc.). En ocasiones, según el cómic, llegó a ser neutralizado por sus enemigos-sacerdotes, científicos, profesores, policías y hasta gobiernos, aunque no destruido: en "Requiem para el doctor Mortis" (n° 101, editorial Quimantú), debido a sus graves desmanes —un apocalipsis zombi global— el personaje fue capturado por su principal enemigo, el padre Hans Libby; y se llegó al extremo, aunados los gobiernos de las superpotencias, de exiliarlo al espacio profundo, pero sin un resultado concluyente, pues quedó al descubierto otra característica esencial de Mortis: ser el amo de la muerte, una especie —en palabras de Libby— de "mal necesario" para la humanidad. Se lo debe retornar a la Tierra, para evitar el trastorno que significó su ausencia. Finalmente, a pesar de que terminó confinado en una pequeña isla en medio del océano, en el interior de un ataúd de marfil, dentro de una cámara de seguridad celosamente custodiada, su influencia no pudo ser erradicada.

En una nueva evolución del mito, con una estética gráfica y argumental renovada, Mortis logra escapar en 2011 ("Mortis, el Eterno Retorno", novela gráfica de Miguel Ferrada e Italo Ahumada, editada por Arcano Cuarto Producciones en 2011) de su cárcel oceánica en dirección a las costas chilenas, mediante la ejecución de un elaborado plan diseñado por su "Cofradía", habiendo previamente fracasado la cruzada del padre Libby por impedirlo, fracaso descrito prolijamente en el web cómic llamado "In absentia Mortis", publicado en capítulos cortos entre 2007 y 2010, y a cargo de diversos guionistas y dibujantes.

Este personaje es uno de los mayores exponentes de las artes gráficas y teatrales chilenas y constituye una poderosa y seductora metáfora acerca de la existencia del mal y sus efectos en el mundo; es un personaje oscuro en la misma línea de Drácula, Frankenstein, Randall Flagg, Batman y otras creaciones literarias, cinematográficas y plásticas.

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