x
1

El Viejo Topo



El Viejo Topo es una revista cultural y política española, editada entre 1976 y 1982 y desde diciembre de 1993 a la fecha. En su primera etapa fue un intento de gentes jóvenes que intentaron aprovechar el vacío que se produjo en vigilias de la muerte de Franco y que duró hasta la instauración de la democracia parlamentaria.[2]El Viejo Topo también es una editorial.[3]​ Sus fundadores fueron Claudi Montañá, Josep Sarret y Miguel Riera, actualmente está dirigida por Miguel Riera.[4]

En los años sesenta y principios de los setenta la única manera posible de formular planteamientos de ruptura con lo que era el franquismo en España (y también con lo que representaban las sociedades capitalistas occidentales) fuer escribir desde el extranjero, en la clandestinidad o en el encubrimiento. Basta con pensar en revistas con una clara línea política, como lo habían sido Realidad, Nuestra Bandera o Cuadernos del Ruedo Ibérico, editadas en el exterior y distribuidas clandestinamente en el interior.[2]

Según el recuerdo personal de Francisco Fernández Buey, cuando en 1976 apareció en Barcelona el primer número de El Viejo Topo sus colaboradores y sus lectores, identificados con la izquierda antifranquista que había protagonizado la mayoría de las movilizaciones socio-políticas de la década, tenían el alma dividida. Por una parte, deseaban y propiciaban una ruptura radical con todo aquello que había representado el régimen de Franco, tanto en el plano político como en el cultural. Por otra parte, temían la reacción inmediata de lo que entonces se llamó el búnker, o sea, de los sectores de ultraderecha directamente vinculados a lo que habían protagonizado numerosos actos de violencia contra librerías, publicaciones, personas y organizaciones de la izquierda política y sindical. De manera que el deseo de una ruptura radical se veía obstaculizado por la presencia activa de una reacción que aducía, una y otra vez, el espectro de la guerra civil.[6]

Primera Época: de 1976 a 1982: Llegó a los 69 números más ediciones monográficas con numeración independiente. Es su etapa más importante, ya que se convirtió en un éxito de ventas y en referencia del pensamiento de izquierda en la España de la época. En el panorama de las publicaciones teórico-políticas con las que se vinculaba El Viejo Topo, había otras que también participaban de otro ámbito en auge: el representado por cabeceras como Star, Ajoblanco u Ozono.[2]​ Pese a las significativas diferencias existentes entre ellas, todas se sitúan en lo que podríamos denominar la crítica de la cultura y de la vida cotidiana. A su sombra surgió otra revista de no menor influencia, aunque mucha menos tirada (Transición), más orientada al análisis socioeconómico.

En el periodo inicial de la Transición desde el franquismo, El Viejo Topo compartía con las revistas Triunfo y Cuadernos para el Diálogo algunas de las características contradictorias que definen a las instituciones heterogéneas dentro del campo cultural, facilitando la comunicación entre universos diferenciados. Pero también se distinguía de estas últimas: mientras las revistas clásicas estaban fuertemente identificadas con la oposición anti-franquista parecían, en cierto modo, incómodas en la España de la transición, El Viejo Topo presentaba unas señas de identidad que se adaptaban perfectamente a los nuevos aires traídos por la defunción del franquismo. En el fragmentado espacio del subcampo libertario, por tanto, El Viejo Topo se convirtió en atalaya privilegiada desde donde se expresaron las filosofías libertarias y los nuevos movimientos sociales, incluyendo el pacifismo, el feminismo y los defensores del medio ambiente.[4]

En diciembre de 1993 El Viejo Topo inició una segunda etapa que, como la primera, pretende renovar desde una perspectiva crítica un panorama que comprende lo económico, lo social, la cultura, la ciencia, el poder y su negación, la política y el pensamiento.

La mayoría de colaboradores son de la órbita marxista, y en ella pueden encontrarse colaboraciones de autores como Jordi Dauder (aparte de ser uno de sus fundadores), Samir Amin, Jorge Verstrynge, Salvador López Arnal, Jordi Mesalles y Antonio Fernández Ortiz. La revista no retribuye las colaboraciones. Forma parte de la Asociación de Revistas Culturales de España.

El Viejo Topo también es una editorial de ensayos.[3]

El coordinador de la sección sobre América Latina es el político Víctor Ríos, de Izquierda Unida.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre El Viejo Topo (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!