Elecciones estatales de Coahuila (1993)

Las elecciones estatales de Coahuila de 1993 se llevaron a cabo el domingo 26 de septiembre de 1993, y en ellas se renovaron los siguientes cargos de elección popular en el estado mexicano de Coahuila:

El entonces gobernador, el lagunero Eliseo Mendoza Berrueto había llegado al final de su sexenio con bajos índices de aprobación a su gestión debido a que se suscitaron escándalos de mala administración pública que involucraban a miembros de su gabinete estatal, esto de acuerdo a medios de comunicación de la época que incluso llamaron la atención de la prensa en la capital del país^[1]​; incluso Mendoza desaparecería de la escena local durante casi 2 décadas hasta ser revivido políticamente por el moreirismo como diputado plurinominal en el 2011.

Ante el panorama adverso con el que contaba el gobernador, sus operadores políticos los mendocistas perdieron toda injerencia en quien sería el candidato del PRI, el partido en el poder. Esto animó a la nomenklatura municipal de Saltillo -ya confrontada con el propio gobernador a raíz de la derrota en ese municipio ante los panistas en 1990- quienes promovieron la postulación del exalcalde Enrique Martínez y Martínez quien ya negociaba apoyos con otras nomenklaturas municipales priistas en el estado.

Sin embargo, el entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari ya operaba la nominación de su propio candidato priista Rogelio Montemayor de Sabinas, cuyo ascenso vertigonoso se explicaba por la proyección que le daba el salinismo. Montemayor lllegó al Congreso de la Unión en 1988 como diputado federal por mayoría relativa y en 1991 llegaba a la Cámara Alta como senador; para darle presencia en el estado, el gobierno federal lo nombraba responsable del programa nacional Solidaridad (Pronasol) entonces la estructura clientelar estrella del salinismo. Llegado el momento de la definición, los salinistas impusieron la nominación en el Partido Revolucionario Institucional y Montemayor sería el ungido a pesar de su poco arraigo en la escena local priista.

La co-habitación del Partido Acción Nacional con el Presidente Carlos Salinas de Gortari alcanzaba también al albiazul en la entidad, a pesar de que solo tenía 3 años como presidente municipal en Saltillo después de haber renunciado a la militancia priista meses antes, Rosendo Villarreal logró que la elite panista a nivel nacional lo nominara a la gubernatura desplazando al bloque lagunero que controlaba al partido a nivel estatal. Villarreal contaba con poco arraigo entre la militancia y no figuraba en el conocimiento del electorado más allá de la capital.

El Partido de la Revolución Democrática nominaba a Jesús González Schmall (Torreón) y quien había renunciado a la militancia panista apenas un par de años antes al arrancar la co-habitación de ese partido con el salinismo. Se unían a la postulación el Partido Demócrata Mexicano y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana. Los perredistas que debutaban en este tipo de elección contaban con una estructura precaria propia de un partido en formación por lo que la candidatura era meramente testimonial.

El Partido Popular Socialista nominaba a Héctor Morquecho, el Partido Verde Ecologista de México lanzaba también candidatura en los hechos simbólicas al ser partidos paraestatales, al igual que Francisco Navarro Montenegro del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional quien a diferencia del PPS, PVEM si contaba con alguna presencia electoral pero no presentaba amenaza alguna al PRI.

La contienda para la renovación de gubernatura y ayuntamientos sería la última bajo organización de la Comisión Estatal Electoral, entonces dependencia del gobierno estatal priista, debido a la reforma política electoral en años venideros.

Fuente: Instituto de Mercadotecnia y Opinión

El ex-secretario del Sindicato Único de Trabajadores de la UNAM (STUNAM) Evaristo Pérez Arreola quien era asesor del entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari logró registrar candidato por la Alianza Para Todos y contando con la ayuda de los montemayoristas lograron derrotar a la nomenklatura municipal del Partido Revolucionario Institucional.

Con el salinismo gozando todavía de popularidad a nivel nacional gracias a los programas clientelares conocidos como Solidaridad, Rogelio Montemayor ganaría sin problemas la elección a gobernador por amplio margen sobre el panista Rosendo Villarreal. El Partido Revolucionario Institucional se llevaría 35 alcaldías con excepción de Monclova donde ganaría el Partido Acción Nacional, Castaños que ganaría la coalición del PAN-PRD y Acuña donde el PRD se aliaría con el PFRCN, PARM, PDM y la Unidad Democrática de Coahuila del todavía alcalde Evaristo Pérez Arreola (PARM) que todavía no contaba con registro estatal.

En el Partido Revolucionario Institucional los mendocistas sufririan reveses en la vida interna de la organización por lo que ya no tendrían mucha injerencia en años venideros. Los montemayoristas debutaban en la escena estatal y los enriquistas se replegaban al haber disputado la contienda interna de gobernador aun y con Miguel Arizpe Jiménez en la alcaldía de la capital que recuperaban tras 3 años de administración panista, el mismo Enrique Martínez y Martínez iniciaba un autoexilio en cargos del PRI a nivel nacional.

Mientras tanto en el Partido Acción Nacional el bloque lagunero aglutinaba a liderazgos de la región centro del estado iniciando un acorazado para impedir que el partido cayera el manos de Rosendo Villarreal y sus operadores los neo-panistas quienes se refugiarían en la capital perdiendo injerencia en el resto del estado.

La elección de 32 Diputados al Congreso del Estado fue la última edición que se realizó en Coahuila sin estar empatada con elección a gubernatura o ayuntamientos. Los 20 integrantes electos en contienda por mayoría relativa así como los 12 por representación proporcional solo durarían en sus cargos 2 años por única ocasión debido a que una reforma electoral ahora programaba la elección de diputados junto a la de ayuntamientos y cada 6 años con la de gobernador.