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Elecciones generales españolas de 1979




  168   UCD   121   PSOE   23   PCE   10   CD   8   CiU   7   PNV   5   PSA-PA   3   HB   1   UN   1   ERC   1   EE   1   UPC   1   PAR

El jueves 1 de marzo de 1979 se celebraron elecciones generales en España. En estos comicios, Adolfo Suárez con su grupo UCD conseguía una amplia victoria, aunque sin alcanzar la mayoría absoluta, con 47 escaños de diferencia respecto a la segunda fuerza política, el PSOE de Felipe González. Fueron convocadas a tenor de la disposición transitoria octava de la recién promulgada Constitución española, a través del Real Decreto 3073/1978, de 29 de diciembre. La disposición transitoria octava obligaba al Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, a enfrentarse a una sesión de investidura en el Congreso de los Diputados para ratificar su cargo, o bien a convocar nuevas elecciones.

El PSOE gana respecto a las elecciones de 1977 las provincias de Madrid, Murcia, Tarragona y Gerona; UCD gana Lérida aunque por el contrario pierde Madrid, Murcia y Tarragona; y CiU pierde Gerona y Lérida.

Los resultados fueron prácticamente los mismos que en las anteriores elecciones, dos años antes. Suben todos los partidos nacionales, menos Alianza Popular, que se presenta como Coalición Democrática.

La extrema derecha consiguió representación parlamentaria con la coalición Unión Nacional, que obtuvo un solo escaño, el de su líder Blas Piñar.

La medida que los diputados de las Cortes recién elegidas consideraron más urgente fue la de promulgar una ley de amnistía total que pusiera en libertad a los presos que todavía quedaban en las cárceles por delitos «de motivación política», incluidos los «de sangre». La izquierda aceptó que la ley también amparara a las personas que hubieran cometido delitos durante la represión franquista lo que constituyó una especie de «pacto del olvido» porque como dijo el comunista Marcelino Camacho, encarcelado durante la dictadura, «¿cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando los unos a los otros, si no borráramos ese pasado de una vez para siempre?».[2]

No obstante, la tarea esencial de las Cortes y del gobierno fue la elaboración de una Constitución. Para ello se creó una Comisión de Asuntos Constitucionales en el Congreso de Diputados que a su vez nombró una ponencia de siete miembros para que presentara un anteproyecto. La formaban tres diputados de UCD, uno del PSOE, uno del PCE-PSUC, uno de Alianza Popular y uno por las minorías vasca y catalana.[3]​ Los ponentes se propusieron lograr un texto de consenso que fuera aceptable para las grandes fuerzas políticas para que cuando éstas se alternaran en el gobierno no tuvieran que cambiar la Constitución.[4][5]​ Mientras UCD cedió ante las demandas de la izquierda de un texto amplio en el que se reconocieran todos los derechos y libertades fundamentales, el PSOE y el PCE renunciaron a la forma republicana de Estado en favor de la monarquía sin que mediara la convocatoria de un plebiscito específico sobre el tema, aunque consiguieron que los poderes de la Corona fueran prácticamente nulos.[6]​ También se aceptaron algunas de las propuestas de los sector nacionalista vasco-catalán, y también se lograría alcanzar un acuerdo en torno a la cuestión religiosa.[7]

La ponencia acabó sus trabajos en abril de 1978 y la Comisión de Asuntos Constitucionales comenzó a debatir el anteproyecto el 5 de mayo. Finalmente el 31 de octubre fue votado en el Congreso y en el Senado el proyecto de Constitución. En el Congreso votaron a favor 325 diputados,[8]​ mientras que en el Senado la apoyaron 226 senadores. De este modo, la Constitución obtuvo un gran respaldo parlamentario.[4]​ El 6 de diciembre la Constitución fue sometida a referéndum, siendo aprobada por el 88 % de los votantes, y rechazada por el 8 %, con una participación del 67,11 % del censo.[9]

Aprobada la Constitución, Adolfo Suárez disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones para el 1 de marzo de 1979.[10][11]

La jornada electoral transcurrió sin hechos reseñables aunque la participación fue de un 68%, menor que en los anteriores comicios.

El resultado no satisfizo a ninguno de los dos grandes partidos ya que las cosas quedaron como estaban en 1977. La UCD volvió a ganar pero sin alcanzar la mayoría absoluta como pretendía, ya que bajó ligeramente en número de votos y sólo obtuvo algunos diputados más, insuficientes para alcanzar la mayoría. El PSOE tampoco mejoró sensiblemente sus resultados a pesar de que había absorbido al Partido Socialista Popular (PSP) de Tierno Galván y a la Federación de Partidos Socialistas. Con 5.469.813 de votos (30,40%) el PSOE siguió estando en la oposición. Lo mismo sucedió con Alianza Popular (AP) y el Partido Comunista, que tampoco ganaron posiciones.[12][13][14]​ Alianza Popular, que en estas elecciones se presentó bajo el nombre de Coalición Democrática (CD) junto a otros partidos, no solo no logró mejorar sus resultados de los anteriores comicios, sino que los empeoró y sacó la mitad de diputados que AP dos años antes.

La coalición PCE-PSUC aumentó en cuatro diputados su representación parlamentaria, lo que representó un escaso avance con respecto a 1977. Los resultados, de hecho, escondieron la crisis interna que existía en el seno del PCE entre los distintos sectores que pugnaban por la dirección del partido. No obstante, la figura de Santiago Carrillo seguía siendo el principal activo del PCE.[15]

En contraste con los anteriores comicios, para 1979 la extrema derecha se organizó en torno a un bloque electoral liderado por el presidente de Fuerza Nueva, Blas Piñar. La llamada Unión Nacional consigue 378.964 votos (2,11%).

Los antiguos partidos republicanos, Izquierda Republicana (IR) y Acción Republicana Democrática Española (ARDE), esta vez sí pudieron concurrir a los comicios pero los resultados demostraron su escasísima presencia en la sociedad española: mientras que IR sacó 55.384 votos (0,31%), ARDE obtuvo 4.826 votos (0,03%).

Una situación parecida ocurrió con el Partido Carlista, que obtuvo 50.552 votos (0,28%), lo que dejó al carlismo político prácticamente extinto en España.

No conseguir la victoria en las elecciones generales supuso una profunda decepción en el seno del PSOE y abrió el debate interno.[16]​ En el XXVIII Congreso del PSOE que se celebró en mayo de 1979, la mayoría de los delegados se opuso a la propuesta de la dirección de que para ganar las elecciones era necesario eliminar el marxismo de la definición del partido. Entonces el secretario general Felipe González y el resto del comité ejecutivo presentaron la dimisión,[17][16]​ aunque en el Congreso Extraordinario celebrado en septiembre Felipe González fue aclamado por los delegados y la definición marxista del partido se suprimió.[18]​ Esto reforzó definitivamente el liderazgo de Felipe González y se culminó el proceso de «refundación» del PSOE iniciado cinco años antes en el Congreso de Suresnes.[19]

aIncluye Centristes de Catalunya-UCD.
bIncluye al Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC-PSOE).
c Los 17 diputados del PSC-PSOE formaron grupo parlamentario propio.
dIncluye al Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), con 8 diputados sobre los 23 totales.
eDe ellos, 5 de AP, 2 de ACL, 1 del PDPr y 1 de UFV.
fRespecto a Alianza Popular (AP) en 1977.
gDe ellos, 7 de CDC y 1 de UDC.
hRespecto a la suma de PDPC y UDC-IDCC en 1977.
iRespecto a la Esquerra de Catalunya en 1977.
jRespecto a la Candidatura Aragonesa Independiente de Centro en 1977.

La columna «cambios de partido» da un resultado de «-5» porque incluye dos senadores que fallecieron y tres que dimitieron y no fueron sustituidos.

El viernes 30 de marzo de 1979[20]Adolfo Suárez fue investido Presidente del Gobierno con mayoría absoluta en la primera votación.

Artículo 100.



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