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Elecciones presidenciales de Argentina de 1916



Las elecciones presidenciales de Argentina de 1916 tuvieron lugar el domingo 2 de abril del mencionado año con el objetivo de elegir al presidente de la Nación Argentina para el período 1916-1922, siendo también renovada la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación hasta 1920. Estos comicios tuvieron la particularidad de ser las primeras elecciones presidenciales de la historia argentina en las que se empleó la Ley Sáenz Peña que garantizaba el sufragio universal masculino, secreto y obligatorio, eliminando el hasta entonces vigente sistema de voto público o cantado. Por tal motivo se considera que bajo este sistema las elecciones serían mucho más libres que bajo el sistema anterior, que había garantizado la hegemonía del conservador Partido Autonomista Nacional (PAN).

Se empleó el padrón del servicio militar obligatorio como padrón electoral, lo que dejaba fuera a las mujeres. Asimismo, el sistema electoral era el de sufragio indirecto, con un Colegio Electoral en el que estaban representadas las provincias y la Capital Federal, lo que también excluía a la totalidad de los habitantes de los territorios nacionales. Tales estratos de la sociedad no contarían con derechos políticos hasta la década de 1940. Sin embargo, bajo el nuevo régimen electoral el padrón por sí solo se incrementó exponencialmente, de 199.000 votantes en 1910, a 1.189.254 para estas elecciones.

Hipólito Yrigoyen, candidato de la Unión Cívica Radical (UCR), principal partido de oposición al gobierno conservador, obtuvo una victoria holgada con el 47.25% del voto popular, y la mayoría simple en el Colegio Electoral con 141 de los 300 electores, faltandole diez para acceder a la presidencia. Su competidor más cercano, el gobernador sanjuanino Ángel Dolores Rojas, que era apoyado por las facciones conservadoras que previamente constituían el PAN (este había colapsado al aprobarse la ley electoral), obtuvo el 25.88% y 69 electores. Lisandro de la Torre, del Partido Demócrata Progresista (PDP), obtuvo el 13.71% y 57 electores. En último lugar, Juan B. Justo, candidato del Partido Socialista (PS), logró el 9.21% y 14 electores. Los restantes votos fueron a parar a partidos sin fórmula, y la Unión Cívica Radical Disidente (UCR-D), un sector del radicalismo contrario a Yrigoyen, obtuvo 19 electores en la provincia de Santa Fe. La participación fue del 62.85% del electorado registrado.

Aunque las negociaciones en el Colegio Electoral fueron arduas y se consideraba factible que los demócratas progresistas, los conservadores y los radicales disidentes formaran un bloque unificado de 153 electores, finalmente once de los diecinueve radicales disidentes votaron por Yrigoyen, logrando una mayoría de 152 sobre 300 y siendo este ratificado como el primer presidente argentino electo en comicios competitivos. Yrigoyen asumió el 12 de octubre de 1916.

En las anteriores elecciones, de 1910, triunfó Roque Sáenz Peña, líder de ala reformista del Partido Autonomista Nacional, (PAN) que había establecido un régimen autoritario y fraudulento en 1880. Sáenz Peña inició rápidamente el proceso para instaurar un régimen democrático en el país, buscando aprobar una ley que permitiera el voto secreto para varones.[1]​ Entre 1910 y 1911 se encargó de ordenar la elaboración de un padrón electoral.[1]​ Sin embargo, Sáenz Peña tuvo que enfrentarse por un tiempo a la oposición de un Congreso aún conservador, consiguiendo el 10 de febrero de 1912 que se aprobara la Ley 8.871 (conocida posteriormente como Ley Sáenz Peña), la cual garantizaba el sufragio universal masculino, directo y secreto.

Las primeras elecciones bajo dicha ley fueron las legislativas de 1912, en las que el Partido Conservador (una división del PAN) obtuvo una estrecha victoria. Sin embargo, la Unión Cívica Radical, (UCR) liderada por Hipólito Yrigoyen, abandonó el abstencionismo y obtuvo un buen resultado, ganando la gobernación de Santa Fe. En las siguientes elecciones legislativas, de 1914, la UCR obtuvo un amplio triunfo y fue el único partido con la coherencia para imponerse a nivel nacional. Sáenz Peña no viviría para ver culminada la transición democrática, pues falleció antes de terminar su mandato, el 9 de agosto de 1914, siendo sucedido por su vicepresidente, Victorino de la Plaza.[2]​ De la Plaza mantuvo las políticas de su predecesor, continuando la transición y mostrando una postura neutral con respecto a los conservadores, que querían su apoyo de cara a las inminentes elecciones.[1]

A comienzos de marzo de 1916 se reunió el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical a fin de convocar una Convención, que tuvo lugar el 20 de marzo en la Casa Suiza con una asistencia de 138 delegados.[3]​ Terminó la sesión con la designación de una comisión integrada por los delegados Vicente Gallo, José Camilo Crotto, Pelagio Luna, José Saravia e Isaías Amado. Paralelamente se nombró otra comisión, integrada por Eudoro Vargas Gómez, Crotto, Luna y Marcelo T. de Alvear, para que entrevistaran al presidente Victorino de La Plaza con el objetivo de exigirle un acto electoral limpio y libre. Al día siguiente, mientras la primera comisión estaba debatiendo sobre poner en vigencia la Constitución tras años de desquicio institucional, la comisión que fue a entrevistar a De la Plaza no volvió con noticias alentadoras.[4]​ Este hecho terminó dividiendo las opiniones dentro del cuerpo de delegados, por lo que se levantó la sesión para continuarla el 22 de marzo en el Teatro Onrubia, donde además debían elegirse los candidatos a presidente y vicepresidente.[5]

Desde las ocho de la mañana el teatro estaba colmado de gente y reinaba el nerviosismo porque, pese a que se sabía que Yrigoyen ganaría por apoyo unánime, los delegados sabían que este renunciaría a la candidatura. Al respecto de la vicepresidencia, hubo exigencias por parte del grupo «azul» para integrar parte del binomio, y finalmente se designó al riojano Pelagio Luna candidato a la vicepresidencia. A las 10.30 de la mañana comenzó la votación; Yrigoyen obtuvo ciento cincuenta votos, dos Leopoldo Melo, y Alvear, Crotto y Gallo uno cada uno. Crotto rechazó el voto que le habían dado, ratificando que sólo Yrigoyen podía ser el candidato indicado.[5]​ Luego se procedió a la elección del candidato a la vicepresidencia, y fue elegido Luna con 81 votos contra 59 de Gallo, mientras que Joaquín Castellanos y Melo obtuvieron uno cada uno. Se pasó a un cuarto intermedio para esperar la aceptación de las candidaturas y, entre tanto, una manifestación se congregó en la casa de Yrigoyen, pero no había signos de que hubiera nadie dentro. Yrigoyen había ido a recibir a la Mesa Directiva de la Convención en el estudio jurídico del doctor Crotto en Avenida de Mayo, y allí manifestó su propósito de renunciar a su candidatura. Crotto propuso entonces formar una comisión que entrevistara a Yrigoyen a fin de convencerlo para que aceptara la candidatura.[6]​ Los delegados designados Guido y Oyhanarte se dirigieron, pues, a la residencia de Brasil 1039 y le comunicaron a Yrigoyen que, de renunciar a tal candidatura, se daría por terminada la lucha.[7]

Fortalecida tanto por el atractivo popular como por la frialdad de su oposición, la UCR experimentó la deserción masiva de un sector de la provincia de Santa Fe que no respaldaba a Yrigoyen. Este sector, dirigido por Rodolfo Lehmann, fundó un partido radical disidente, que ganó por estrecho margen la gobernación de dicha provincia el 2 de febrero de 1916. Debido a que solo estaba formado en una provincia, el radicalismo opositor no presentó un candidato presidencial, pero sí presentó una lista a electores por Santa Fe.

Con la sanción de la Ley Sáenz Peña, la estructura del Partido Autonomista Nacional (PAN) colapsó en todo el país y se dividió en pequeñas facciones provinciales. Aunque muchas de ellas pudieron continuar ganando elecciones para gobernador o legisladores, se las consideraba estériles a nivel nacional y ninguna podría imponer un candidato coherente. La más poderosa de estas facciones era el Partido Conservador de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país. Inicialmente, la figura de Lisandro de la Torre, líder de la Liga del Sur, cobró impulso en la idea de una posible renovación conservadora, buscando fundar un gran partido nacional que aglutinara a las fuerzas conservadoras y liberales del país para competir electoralmente contra el radicalismo. Sin embargo, varios sectores conservadores rechazaron a De la Torre por tener un perfil socialmente liberal y progresista, lo que llevó a que este se retirara para fundar su propio partido, mientras que apuradamente las fuerzas provinciales oficialistas establecieron una "Concentración Conservadora", encabezada por el líder del conservadurismo bonaerense, el gobernador Marcelino Ugarte. Con la intención de captar el voto del interior, Ugarte declinó como candidato presidencial en favor de Ángel Dolores Rojas, que era hasta entonces gobernador de la provincia de San Juan.

Con la sanción del voto secreto, Lisandro de la Torre, diputado por Santa Fe por la opositora Liga del Sur, había iniciado negociaciones para establecer un partido liberal coherente que pudiera disputar el voto opositor al radicalismo, ante la garantía creciente de que el régimen conservador terminaría pronto. Sin embargo, De la Torre no contaba con el apoyo clave de Marcelino Ugarte, líder del ala más conservadora del PAN y del Partido Conservador bonaerense. Si bien fracasó en atraer a toda la dirigencia conservadora por su perfil reformista y su insistencia en ser el candidato presidencial, De la Torre logró que varios partidos provinciales confluyeran en el Partido Demócrata Progresista (PDP) el 14 de diciembre de 1914. De la Torre fue elegido presidente del partido, acompañado por Joaquín V. González, Indalecio Gómez, Carlos Ibarguren, José María Rosa, Alejandro Carbó, Carlos Rodríguez Larreta, Mariano Demaría, entre otros.[8]

En un principio, De la Torre quería llamar a la formación Partido Progresista, pero otros miembros no estuvieron de acuerdo y acordaron que la Junta Provisional debería resolver el tema. El 16 de diciembre se optó por el nombre "Demócrata Progresista", tras un debate entre los dirigentes partidarios. Para Rodolfo Rivarola,[9]​ el doble nombre respondía a la composición del partido. Por un lado estaban los que creían en la democracia y querían profundizarla y por otro los que pensaban que lo importante era llegar al poder por cualquier camino. Los primeros eran los demócratas y los segundos los progresistas.[10]​ Para las elecciones de 1916, el PDP se había perfilado en todo el país como una fuerza capaz de arrebatar el segundo lugar a los conservadores detrás de la UCR. Su fórmula presidencial fue efectivamente encabezada por De la Torre, mientras que el candidato a vicepresidente sería Alejandro Carbó, expresidente de la Cámara de Diputados.[8]

El Partido Socialista enfrentaba una fuerte crisis luego de que uno de sus principales referentes, Alfredo Palacios (el primer diputado socialista de América Latina), y potencial candidato presidencial fuese expulsado del mismo en 1915 por batirse a duelo, algo prohibido por los estatutos del partido. Para 1916, el PS se había convertido en la principal fuerza política de la Capital Federal y tenía una estructura débil pero organizada en la mayoría de las provincias. Tras la expulsión de Palacios, la fórmula socialista fue finalmente encabezada por Juan Bautista Justo, y secundada por Nicolás Repetto. Médico y periodista, Justo había sido miembro de la Unión Cívica y participante de la Revolución del Parque, en los orígenes de la UCR. Sin embargo, en 1896 había participado en la fundación del PS. Repetto, por su parte, también había participado en la intentona revolucionaria de 1890, y junto a Justo habían fundado la cooperativa "El Hogar Obrero", en 1905.[11]

Los colegios electorales se reunieron el 12 de junio de 1916, en cada una de las capitales provinciales y en la Ciudad de Buenos Aires, proclamando ganadores a Hipólito Yrigoyen y Pelagio Luna. En Santa Fe, el colegio electoral de la provincia rechazó los 9 electores radicales y en su lugar aprobó 9 electores demócratas progresistas.[15]

Urna electoral de 1916 expuesta en el Museo del Bicentenario.

Mesa de votación ubicada en el atrio de una iglesia.

Escrutinio en la provincia de Santa Fe.

Traslado de urnas.

Traslado de urnas.

Junta electoral de Rosario.

Cartel indicando que por la violacion a la ley electoral no se comprarían votos para las elecciones.



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