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Elecciones provinciales de Corrientes de 2017



Las elecciones generales de la provincia de Corrientes de 2017 tuvieron lugar el domingo 8 de octubre del mencionado año con el objetivo de renovar los cargos de Gobernador y Vicegobernador por medio del sistema de segunda vuelta electoral, así como 15 de los 30 escaños de la Cámara de Diputados, y 5 de los 15 Senado Provincial, componiendo los poderes ejecutivo y legislativo de la provincia para el período 2017-2021. Fueron elegidos simultáneamente las intendencias y consejos deliberantes de varios municipios. Fueron los vigésimo sextos comicios provinciales correntinos desde la instauración del sufragio secreto, y los novenos desde la recuperación de la democracia. Se realizaron al mismo tiempo que las elecciones legislativas y las elecciones provinciales de Santiago del Estero, siendo las dos únicas provincias que no renovaban autoridades gubernativas al mismo tiempo que la presidencia de la Nación.[1]

Hubo tres fórmulas que se disputaron la gobernación, aunque las mismas se presentaron como candidatos de alianzas electorales representadas por varias boletas, por lo que hubo cuarenta y un fuerzas políticas presentando alguna de las tres candidaturas. La coalición oficialista Encuentro por Corrientes (ECO), en confluencia electoral con la alianza Cambiemos, gobernante a nivel nacional, presentó a Gustavo Valdés, de la Unión Cívica Radical (UCR), como candidato para la gobernación. La oposición, alineada en torno al Partido Justicialista (PJ), configuró la alianza Corrientes Podemos Más, que agrupaba a sectores del kirchnerismo, el peronismo y el antiguo conservadurismo local, siendo su candidato Carlos Mauricio Espínola. Sebastián Ríos Brisco, un antiguo dirigente del partido Propuesta Republicana (PRO), que era parte de Cambiemos, se presentó como disidente por el partido "Proyecto Popular", siendo esta su única boleta.

Valdés se impuso con amplitud con el 54.05% de los votos contra el 45.20% de Espínola, triunfando de este modo en primera vuelta y evitando así la necesidad de un desempate contra él. La UCR y el PJ fueron los partidos más votados de sus respectivas alianzas, aunque solo contribuyeron con aproximadamente un tercio de los votos obtenidos por sus candidatos, estando la elección sumamente fragmentada entre los pequeños partidos. Apoyado por una sola boleta, Ríos Brisco obtuvo el 0.75% restante de los sufragios válidos. Con respecto al plano legislativo, al alianza ECO + Cambiemos retuvo la mayoría absoluta en ambas cámaras, mientras que Corrientes Podemos Más fue la única fuerza opositora representada en el legislativo. Proyecto Popular no obtuvo los suficientes votos para consagrar un legislador provincial. La participación fue del 79.15% del electorado registrado.

Desde 1993, las elecciones para gobernador de la provincia de Corrientes se realizan en desfase con el resto de las provincias argentinas (exceptuando, a partir de 2005, a Santiago del Estero). El origen de esta anomalía se encuentra en la intervención federal realizada en febrero de 1992 por el presidente Carlos Menem luego de que la elección de 1991 no fuera concluyente. Desde entonces, la elección provincial correntina se realiza al mismo tiempo que las elecciones legislativas de medio término, o al menos en el mismo año. El desfase se mantuvo incluso tras una nueva intervención, realizada por el gobierno de Fernando de la Rúa, hasta la normalización de la provincia en 2001.

En lo que respecta a las elecciones provinciales, el electorado correntino se caracteriza por una tendencia marcadamente esquiva al peronismo o justicialismo, e incluso variantes; habiendo ganado el Partido Justicialista (PJ) la gobernación correntina solo en tres ocasiones. En 1946, Corrientes fue la única provincia donde no ganó el peronismo; aunque sí lo hizo en 1948, 1951, y 1973. Si bien el peronismo ha sido, tradicionalmente, la segunda fuerza provincial, el gobierno ha sido hegemonizado primero por una alianza entre dos partidos conservadores provinciales (el Partido Liberal y el Partido Autonomista) y, tras la intervención de 1999, por la Unión Cívica Radical (UCR), que se ha mantenido en el poder desde entonces bajo los gobiernos de Ricardo Colombi (2001-2005, y 2009-2017), y Arturo Colombi (2005-2009). A pesar de pertenecer mayoritariamente al arco opositor durante el período del Frente para la Victoria (2003-2015), tanto Ricardo como Arturo Colombi alternaron entre el apoyo y el rechazo al gobierno kirchnerista, siendo considerados parte de los "Radicales K".[2]

Al igual que la mayoría de las provincias del norte argentino, Corrientes es una de las provincias más pobres de Argentina, con un alto índice de desocupación e indigencia.[3]​ Los gobiernos de la familia Colombi también han sido cuestionados por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, con diversos medios describiendo a Corrientes como un virtual "narcoestado" dentro de la Argentina.[4]​ Aunque las acusaciones son algo más esporádicas que en otras provincias del norte argentino, ha habido también escándalos por supuesto fraude electoral, siendo muy común la falta de boletas de fuerzas opositoras o terceros minoritarios.[5]

Habiendo cumplido ya dos mandatos consecutivos en el cargo, Ricardo Colombi ya no era elegible para la reelección. Durante la primera mitad del año 2017 se barajaron diversos nombres dentro de las filas del radicalismo para escoger a su sucesor, como el ex intendente de Paso de los Libres Eduardo Vischi, el presidente de la Cámara de Diputados provinciales Pedro Cassani y el diputado nacional y Ministro de Gobierno provincial Gustavo Valdés.[6]​ Por su parte, el vicegobernador incumbente desde 2013, Gustavo Canteros, del partido Proyecto Corrientes, declaró en marzo que aspiraría a la candidatura e incluso durante una entrevista lanzó cuales serían las tres propuestas principales en las cuales centraría su posible campaña.[7]​ Sin embargo, al mismo tiempo se manifestó en contra de una "elección a dedo" y opinó que la mejor manera de dirimir la fórmula de ECO sería mediante una primaria interna entre las distintas fuerzas que componían el frente.[7]​ Luego de que su propuesta fuese rechazada, Canteros anunció el 27 de mayo que Proyecto Corrientes abandonaría ECO y ratificó que se presentaría como candidato a gobernador, instando a otras fuerzas políticas afines a abandonar ECO y apoyarlo.[8]​ Esto sucedió a muy pocos días de las elecciones municipales en la Capital provincial, el 4 de junio.[9]​ Si bien Eduardo Tassano, el candidato oficialista, logró imponerse por estrecho margen y recuperar el control de la ciudad de manos del justicialismo, obtuvo solo el 50.29% de los votos, evidenciando el debilitamiento que aparejaba la salida de Proyecto Corrientes y sus aliados.[10]

La fecha de las elecciones para gobernador y legisladores provinciales, el domingo 8 de octubre, dos semanas antes de las elecciones legislativas nacionales, fue confirmada el 27 de junio de 2017, cuando el oficialismo todavía no terminaba de dirimir su candidatura.[11]​ Finalmente, Colombi respaldó a Gustavo Valdés, que obtuvo el 14 de julio el apoyo de las demás fuerzas políticas del frente, siendo anunciada ese mismo día su candidatura. Aunque en un comienzo Canteros recibió ofertas del justicialismo para apoyar a la oposición en las elecciones,[11]​ finalmente declinó su candidatura y logró reconciliarse con el gobierno de Colombi, accediendo a ser compañero de fórmula de Valdés y candidato a la reelección.[12]​ La fórmula Valdés-Canteros sería la primera que presentaría el Encuentro por Corrientes desde la formación de la alianza Cambiemos, compuesta mayoritariamente entre la UCR, la Coalición Cívica ARI, y el partido Propuesta Republicana (PRO), de Mauricio Macri. Por tanto, el nombre de la alianza de cara a las elecciones fue "ECO + Cambiemos". La nueva denominación aclaraba la adhesión de varias fuerzas políticas que se habían unido a Cambiemos a nivel nacional, pero que previamente no formaban parte de ECO. Veintitrés fuerzas políticas respaldarían la fórmula gubernativa oficialista y sus candidaturas al Senado Provincial, mientras que en la Cámara de Diputados provinciales solo quince de estas fuerzas apoyaron una lista conjunta.[13]

Con respecto a la oposición, en gran medida esta estaba dominada por el Partido Justicialista (PJ), apoyado a su vez por varios partidos provinciales. La crisis interna que sufría el peronismo y su división de cara a las elecciones legislativas no afectó demasiado a la contienda correntina, y la mayoría de los partidos que habían formado parte del Frente para la Victoria (FpV) aceptaron apoyar una candidatura única peronista contra el radicalismo gobernante. Lo mismo ocurrió con otros partidos de corte conservador y liberal, como la Unión del Centro Democrático (UCeDé) y los antiguos partidos conservadores tradicionales de Corrientes, el Partido Autonomista y el Partido Liberal. La coalición encabezada por el PJ de cara a los comicios se denominó "Corrientes Podemos Más". Inicialmente, se esperaba un interna justicialista entre el antiguo candidato a gobernador en 2013 y Senador Nacional, Carlos Mauricio Espínola, y el intendente de Corrientes capital, Fabián Ríos. Sin embargo, este último decidió finalmente buscar la reelección, lo que llevó a que Espínola fuese proclamado candidato sin necesidad de interna.[14]​ Luego del intento fallido de lograr un acercamiento con el vicegobernador saliente, Canteros, el compañero de fórmula de Espínola fue el exsenador radical Eugenio "Nito" Artaza, opositor a Colombi, que también había sido candidato a gobernador en 2013.[15]

A principios de 2017, uno de los cofundadores del partido Propuesta Republicana (PRO) en Corrientes, Sebastián Ríos Brisco, anunció su pase a la oposición por diferencias con la conducción partidaria de Humberto Schiavoni, presidente del partido a nivel nacional, y declaró estar descontento con los continuos escándalos de corrupción interna del partido.[16]​ Ríos Brisco denunció que el PRO correntino estaba perdiendo autonomía ante la UCR y se mostró descontento con la situación de la provincia, por lo que fundó su propio partido, Proyecto Popular, de carácter provincial, y se presentó como candidato a gobernador, con Lorena Macri como candidata a vicegobernadora, la única mujer en la contienda gubernativa. A pesar de haber proclamado sus diferencias con la dirigencia del PRO, durante su campaña Ríos Brisco trataría de apelar al voto oficialista tratando de perfilarse como "la verdadera representación de Cambiemos". Algunos analistas predijeron que la candidatura de Ríos Brisco esencialmente costaría varios votos a la alianza ECO + Cambiemos, y que carecía de competitividad real.[12]

La campaña fue intensamente polarizada entre Valdés y Espínola. Valdés centró su campaña en destacar la estabilidad política que había alcanzado Corrientes durante las cuatro administraciones radicales de la provincia, luego de haber vivido intensos períodos de intervención federal durante los gobiernos provinciales conservadores, asegurando que su candidatura era "la única que podía hablar de futuro". Valdés también señaló que, bajo el gobierno de la UCR, el gobierno provincial mantendría buenas relaciones con la presidencia de Mauricio Macri, afirmando que, durante los gobiernos kirchneristas, Corrientes había sido prácticamente abandonada.[17]​ Colombi, que encabezaba la lista oficialista para senadores provinciales, recalcó que de ganar Valdés, la provincia mantendría su gobernabilidad, y llamó a los Correntinos a asegurar que no hubiera nunca más una intervención federal sobre Corrientes.[17]​ La campaña del oficialismo también recurrió al método del "timbreo", muy utilizado por el gobierno nacional durante sus campañas electorales.[18]​ Valdés acusó a Espínola de ser kirchnerista y declaró que el antiguo oficialismo nacional "se escondía en la provincia bajo otro nombre" y culpó al ex intendente de haber "convalidado" el aparente abandono de la provincia durante la gestión kirchnerista.[19]​ Siendo uno de los principales bastiones del radicalismo, el gobierno nacional dio importancia a la campaña y varios funcionarios gubernamentales, incluyendo el propio Macri y el Ministro del Interior Rogelio Frigerio, visitaron la provincia durante la campaña.[19]

Por su parte, Espínola basó su estrategia en resaltar la pobreza y la falta de oportunidades de progreso que vivía buena parte de la provincia, y cuestionó el hecho de que el oficialismo utilizara el sello de "Cambiemos" luego de haber gobernado la provincia dieciséis años, afirmando que para Corrientes "el cambio" era el peronismo. Espínola manifestó que, incluso estando en oposición, podía mantener una buena relación institucional con el gobierno de Macri, y trató de desmarcar la elección correntina de la compleja situación interna de su partido y la posición del kirchnerismo sobre su candidatura.[20]​ Con respecto a estos puntos, Espínola resaltó que la coalición que encabezaba había logrado la unidad de todos los sectores peronistas, incluyendo al massismo (que en varias elecciones provinciales previas se había aliado con Cambiemos) e incluso la adhesión de los conservadores, estableciendo una diferencia entre el peronismo a nivel nacional y la oposición provincial.[20]

A mediados de la campaña, se organizó un debate en vivo y con público presente entre las tres fórmulas para gobernador, que tuvo lugar el 5 de septiembre.[21][22]​ El mismo se denominó "Encuentro para el Diálogo" y fue impulsado por las comisiones católicas Justicia y Paz, Pastoral Social y Cáritas. Estuvieron presentes Valdés, Canteros, Espínola, Artaza y Ríos Brisco. La compañera de Ríos Brisco, Lorena Macri, no asistió al debate y envió una nota explicando su ausencia. Se concedieron quince minutos para que cada fórmula expusiera sus ideas y propuestas. Sin embargo, el debate resultó fallido debido a las continuas agresiones entre el público de ambos frentes mayoritarios durante la primera parte del mismo. Los intentos tanto de Espínola como de Valdés para que la multitud dejara de gritar e insultarse fracasaron. Si bien se permitió a los tres candidatos a gobernador exponer brevemente, el debate fue finalizado antes de tiempo y la segunda parte, que se centraría en la corrupción, no llegó a darse debido a un acuerdo entre las tres fórmulas para ponerle fin ante la imposibilidad práctica de que cesaran las interrupciones.[21][22]​ Durante su breve exposición, antes de cerrar, Ríos Brisco culpó a sus dos contrincantes por lo sucedido y se declaró a sí mismo como el "verdadero representante de Cambiemos", afirmando que ni el PJ ni la UCR podían representar una alternativa cuando ambos representaban el pasado.[22]​ Al día siguiente, Valdés declaró que la culpa de la finalización prematura del debate fue de "la intolerancia".[21]



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