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Elegua



Eleguá o Elegguá, «Èṣù-Ẹlẹ́gbára» en yoruba, es una de las deidades de la religión yoruba. En la santería sincretiza con el Santo Niño de Atocha, San Martín de Porres o con san Antonio de Padua.[1][2]

Eleguá, también nombrado como Liguá, Liwaa, Leguá y otros, es el dueño de los caminos y el destino, es el que abre o cierra el camino de la vida, prosperidad, felicidad suerte o desgracia e incluso puede determinar sobre las influencias de otros egguns; es muy travieso y su nombre significa «el mensajero príncipe».[cita requerida]

Es la protección primera, ya que es él quien abre los caminos para continuar en la religión. Los no iniciados o aleyos deben recibirlo o consagrarlo como primero. Es la vista que sigue un camino, se convierte en un guerrero temible y feroz cuando se une a Oggún y Oshosi, nada lo detiene. Eleguá es uno de los primeros Oshas u Orishas que se recibe. Es el primero del grupo de los cuatro guerreros (Elegguá, Oggún, Ochosi y Osun), y ganó con Olofin, Obbatalá y Orula suficientes privilegios para ser el primero.[3]​ En la naturaleza está simbolizado por las rocas. Eleguá vino al plano terrenal acompañando al Osha Obbatalá. Es considerado el mensajero fundamental de Olofi.[cita requerida]

En uno de sus caminos fue hijo de Okuboro y Añagui, reyes de la región de Egbá y en otro, de Obatalá y Yembo, hermano de Dada, Ogun, Ochosi y Osun, y hermano ejemplar de Shangó y Orunmila (ilde orula).[cita requerida]

A Elegua se le ofrece pescado y jutía ahumada, maíz tostado, coco, manteca de corojo, aguardiente, tabaco, dulces y caramelos de todo tipo. Sus elekes son de cuentas rojas y negras alternadas. Se le inmolan chivos , gallos, pollos, jutías[cita requerida] —en las ocasiones que lo ameriten— y otros animales que conllevan ceremoniales más complejos.[cita requerida]

Furibundo con sus descendientes al saber que Ogún había querido tener relaciones sexuales con su propia madre, Obatalá ordenó ejecutar a todos los varones. Cuando nació Changó, su hermano Elegua se lo llevó escondido a su hermana mayor, Dadá, para que lo criara. Al poco tiempo nació Orula, el otro hermano, Elegua, también temeroso de la ira de Obatalá, lo enterró al pie de la ceiba y le llevaba comida todos los días. El tiempo transcurrió y un buen día Obatalá cayó enfermo. Elegua buscó rápido a Changó para que lo curara. Luego de que el gran médico Changó curó a su padre, Elegua aprovechó la ocasión para implorar de Obatalá el perdón de Orula. Obatalá accedió y concedió el perdón. Changó lleno de gozo cortó la ceiba y de ella labró un hermoso tablero y junto con él le dio a su hermano Orunmila el don de la adivinación. Desde entonces Orunmila dice: «Maferefun (bendición) Elegua, maferefun Changó, Elegbara».[cita requerida]

Eleggua es un ser que forma parte de «los primeros», es uno de los seres que más poder autoritario posee sobre otros egguns u orichas. Casi todos los orichas por obligación deben de respetar a Eleggua, ya que su poder sobre el control de los caminos y en cierta manera de los destinos abarca hasta los poderes de ellos mismos.[cita requerida]

Su símbolo, el círculo y las flechas, está presente en su totalidad en todas las casas de ifá y su jerarquía alcanza niveles superiores a Changó, ya que él es perteneciente a la hermandad de Ochosi, Oddúa y Oggún.[cita requerida]

Eleguá se asienta en una otá —piedra—, otá conchífera, de arrecife, otá con carga, caracol cobo con carga, un coco seco o de masa con carga. Se coloca en una vasija plana. Sus atributos son:

Sus elekes, collares, son de cuentas rojas y negras alternadas[4]​.

Habla por todos los odú por este pertenecerle, pero fundamentalmente lo hace por Oddi, Okana Sode y Ojuani Shogbe.[cita requerida]

Como parte de la transculturación y del peligro que vieron los esclavos traídos a Cuba de perder sus raíces, cada santo adoptó el nombre de un santo católico. También está el hecho de que los esclavos venían de diferentes partes de África y en cada uno se le llamaba diferente.[5]

S. Martín de Porres

Sto Niño de Atocha

Ánima Sola

Lucero

Efisá

Lubamba

Makeno Ogguiri

Elú

Kenene

Elegguá ganó con Olofi y Orula suficientes privilegios para ser el primer Okana. Se le saluda dando tres toques en el suelo delante de él. Elegguá reside en la puerta, que marca la frontera entre dos mundos: el interno (tranquilidad del hogar) y el externo (peligro y perversidad).[cita requerida]

Al comenzar su ofrenda el lunes, antes de las doce, se lava a Elegguá y le tiene un rato expuesto al sol y así ya dispuesto a recibir su comida. Se derraman en el suelo ante él, tres chorritos de agua de ritual y se dice:

Omi tuto, Ana tuto, Tuto okan, Tuto laroye, Tuto elei.

Se le habla, se le pide Salud (Didara), Suerte (Oriré), Dinero (Owó) y Prosperidad y se le reza: Dueño de todas las 4 esquinas, mayor del camino, padre mío, llévate lo malo para que pueda caminar con salud, que no haya enfermos, que no haya pérdida, que no haya revolución, que no haya muerte, en el nombre de todos, le doy gracias padre mío Elegguá. (Elegguá laroye asu comaché ichá fofá guara omi tuto, ana tuto, tú tu babami cosi ikú, cosi aro, cosi ofó, arayé, cosi achelú, cosi éun afonfó molei delo omodei).[cita requerida]

Al presentarle a Elegguá las ofrendas se le deben enumerar en voz alta. Se soba con manteca de corojo (Epó), se le pone miel (Oñi), maíztostado (Aguadó), jutía (Ekun) y pescado ahumado (Ellá guí guí). Inmediatamente se toman 3 granitos de pimienta (Atare) y se le soplaaguardiente (Oti) y se lanzan unas cuantas bocanadas de humo de tabaco (Hasha) y se deja a su lado encendido. Se prende una vela (Atana).[cita requerida]

Saludo: Echú elewa oga gbogbo namirin ita alagbana baba mi nulo na buruku nitosi le choncho kuelú kuikuo oki kosi ofo, kosi eyo, kosi ku, kosi ano ni orukó mi gbogbo omonile fú kuikuo odueve, baba mi elewa.[cita requerida]

Saludo: Te refresco a ti para que abras el camino con el permiso de mis padres mayores, yo toco la maraca para que tú me abras la puerta para lograr la paz, prosperidad, evolución, actividad profesional, dinero, amor, estabilidad, salud, firmeza, felicidad, abundancia, armonía,sabiduría y buena suerte, para mí y para todos mis familiares y amigos. Contando también con mi ángel guardián, padrino y todos los representantes del panteón Yoruba[6]

Se dice que Elegguá tiene 21 caminos, aunque algunos sostienen que son 101 o más. En cada uno de ellos tiene una característica o responsabilidad diferente relacionada con el lugar de la casa o la naturaleza donde vive. A continuación se nombran algunos de ellos.

Se sabe que tuvo una relación muy íntima con Ochún aunque no fueron pareja, al contrario de Yemaya a la cual si entregó su amor cuando él se convirtió en hombre.[cita requerida]

Forma una trilogía con Oggún y Oshosi.[cita requerida]

Charles Spencer King (Traducido por Lobo Solis), IFA Y Los Orishas: La Religión Antigua De La Naturaleza. ISBN 1-46102-898-1.

santerialosdiosesyorubas.blogspot.com



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