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Elena de Constantinopla



Flavia Julia Helena, también conocida como santa Elena de la Cruz y Elena de Constantinopla (Drépano, hacia 250 - Roma, hacia 330), fue una emperatriz romana y, posteriormente, proclamada como santa de las Iglesias católica, luterana y ortodoxa.

Probablemente nació en Drépano[2]​(actual Hersek), en Bitinia,[3]​ al noroccidente de Anatolia, Turquía, y que fue renombrada Helenópolis por su hijo Constantino I. Aunque supuestamente era hija de un sirviente, ello no impidió que fuese la primera esposa del tetrarca Constancio Cloro.

Constancio Cloro la tomó como esposa y más tarde se divorció de ella en 292 para casarse con la hijastra de Maximiano, Flavia Maximiana Teodora. El hijo de Helena, Constantino, se convirtió en emperador del Imperio romano y, después de su coronación, ella tuvo una destacada presencia en la corte imperial. Ya durante el reinado de Constantino se convirtió al cristianismo, siendo él quien, contrariamente a lo que se suele pensar, sirvió de influencia para la conversión de su madre.[4]

Es considerada por los ortodoxos y católicos como santa, famosa por su piedad. Eusebio tomó detalles de su peregrinaje a Tierra Santa y otras provincias de Oriente Próximo. Aunque Eusebio no se lo reconoce, es tradicionalmente conocida por buscar las reliquias de la Vera Cruz (la auténtica cruz de Cristo), buscar los restos de los Reyes Magos que actualmente se conservan en la Catedral de Colonia así como los del apóstol Matías, depositados en la abadía de San Matías de Tréveris. En su búsqueda de la cruz donde Jesucristo murió, demolió el templo erigido a Venus en el monte Calvario e hizo cavar hasta que le dieron noticias, en los primeros días de mayo, de haber encontrado la Cruz. Helena mandó construir un templo allí y otro en el monte de los Olivos. En todas estas actividades le acompañó el obispo Macario I de Jerusalén.

Su día festivo se celebra en los cristianos orientales de rito bizantino con el de su hijo Constantino, el 21 de mayo.[cita requerida] La Iglesia romana la conmemora el 18 de agosto. Además, está muy vinculada a la fiesta de la Invención de la Santa Cruz, que conmemora cada 3 de mayo el supuesto hallazgo de las reliquias de la cruz de Cristo por la emperatriz, un hecho que realmente no se añadió a su leyenda hasta finales del siglo IV. En el santoral católico, esta santa es considerada patrona de la arqueología, de la conversión y de los matrimonios difíciles.[5]

Su iconografía habitual la muestra como emperatriz romana, vestida con ricos ropajes, y portando casi siempre la Vera Cruz, y a veces con su hijo Constantino. Es muy habitual la representación del momento del hallazgo de las reliquias (Exaltación de la Cruz) en el monte Calvario y los milagros subsiguientes. Artistas como Piero della Francesca o Pedro Berruguete ilustraron estos episodios.

En Inglaterra, en una leyenda posterior medieval, mencionada por Geoffrey de Monmouth, se decía que fue hija del rey bretón Coel Hen, que se alió con Constancio para evitar la guerra entre los bretones y Roma.

Relicario de la cabeza de santa Helena en la cripta de la catedral de Tréveris.

Jan van Eyck: Hallazgo de la Vera Cruz, de Las muy bellas horas de Nuestra Señora.

Santa Helena y la Cruz, por Cima da Conegliano.



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