x
1

Eloy Tizón



¿Dónde nació Eloy Tizón?

Eloy Tizón nació en Madrid.


Eloy Tizón (Madrid, 1964) es un escritor español. Ha publicado tres novelas: Labia, La voz cantante y Seda salvaje; tres libros de relatos: Técnicas de iluminación, Parpadeos y Velocidad de los jardines; y el ensayo literario Herido leve. Treinta años de memoria lectora.

Eloy Tizón está considerado uno de los mayores exponentes de la narrativa breve en lengua española de finales del siglo XX y las primeras décadas del XXI.[1]

Colabora regularmente en prensa e imparte talleres literarios.

Sus relatos forman parte de numerosas antologías como Páginas Amarillas (Lengua de Trapo, Madrid, 1997), Cien años de cuentos (Alfaguara, 1998), Los cuentos que cuentan (Anagrama, 1998), Pequeñas resistencias (Páginas de Espuma, 2002), Relato español actual (Fondo de Cultura Económica, México, 2003), Qué me cuentas (Páginas de Espuma, 2006) y Cuento español actual 1992-2012 (Cátedra, 2014), entre otras.

En inglés, ha sido incluido en las antologías Madrid Tales, editada por Helen Constantine y Margaret Jull Costa (Oxford University Press, 2012) y en Best European Fiction 2013 (Dalkey Archive Press, 2013), con relatos seleccionados por Aleksandar Hemon y prólogo de John Banville.

Publica habitualmente artículos, columnas, cuentos y aforismos en la prensa: ha colaborado en medios como El País, El Mundo, Público, Telva, Revista de Occidente, Turia o El Cultural de El Mundo[2][3]​ y ha ejercido la crítica literaria en Revista de Libros.

También ha impartido talleres de narrativa en diversos centros culturales como La Casa Encendida, Festival Eñe y la Escuela Superior de Artes y Espectáculos TAI. En la actualidad imparte clases de narrativa en los centros educativos Hotel Kafka y en Relee, donde también desempeña tareas de editor.

Parte de su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán, finés y árabe.

En 2016 presidió el jurado del Premio Setenil.[4]

Alberto Olmos considera que «Eloy Tizón es el mejor cuentista español de todos los tiempos». Andrés Neuman ha declarado: «Ser su contemporáneo es una suerte». El crítico Rafael Conte le ha calificado como «el más original, personal y sorprendente de los narradores hispanos» de los últimos quince años. Ana María Navales escribió acerca de su literatura en Heraldo de Aragón: «Los libros de Eloy Tizón nos conducen a un mundo propio, al intento de descubrir armas secretas, armarios reveladores de inusuales experiencias, y allí, como forma de reconocer el puzzle de su misterio, la multiplicación de las voces, la sorpresa como materia, la malicia como espíritu, la sensibilidad como pensamiento, esa alquimia de la palabra capaz de convertir en oro todo lo que toca».

Por su parte, el profesor Ángel García Galiano define al autor en su ensayo El fin de la sospecha: «Escritor de asombros y temblores, que defiende para su escritura la misma lentitud germinativa de los jardines. Narrador de la memoria, de la palabra precisa, de la literatura como don de amor, como salvación, como hábito moral con que vestir la absurda (de otro modo) realidad; de ahí su explícito empeño en escribir bien, por asumir en propia carne y sangre que la sintaxis no es sino un movimiento del alma».

Velocidad de los jardines (Anagrama, 1992) fue elegido por los críticos de El País como uno de los 100 libros españoles más interesantes de los últimos 25 años y por la revista Quimera como «uno de los mejores libros de cuentos de la literatura española del siglo XX». En 2003, Tizón fue considerado por el suplemento El Cultural del diario El Mundo, bajo el epígrafe de «Clásicos futuros», uno de los 10 mejores escritores españoles menores de 40 años. Fue finalista del XIII Premio Herralde de novela por Seda salvaje (Anagrama, 1995).

«También hay un inequívoco centro de gravedad lírico en la narrativa de Eloy Tizón, desde el que se explica su economía estilística, su sutileza verbal, el ritmo de una prosa cargada de notas sensoriales, e incluso la morosidad –y hasta la suspensión– del tiempo, así como la inmersión en la subjetividad no pocas veces fantástica de sus personajes. Sus relatos en Velocidad de los jardines ya atestiguaban la filiación poética de la creatividad del autor, aunque también mostraban la escuela de grandes cuentistas como Chéjov, Cortázar o Carver. Y advertía sobre un modo de entender la escritura literaria que implicaba ritmos vegetales de crecimiento, lentitud y artesanía frente al vértigo tecnológico. Su siguiente libro de cuentos, Parpadeos, revalidaba esa poética basada en la aprehensión de lo imperceptible y en el mimo de su verbalización. Es la misma que inspira sus novelas Seda salvaje y la metaficcional Labia, apoyadas en convincentes narradores dominados por una pasión, la curiosidad por las vidas ajenas o el impulso de crearlas en la ficción literaria. También es en la voz narrativa donde se sostiene La voz cantante, que es la de un viejo profesor puesto a contar sus encuentros con el mismísimo Diablo».

Jordi Gracia y Domingo Ródenas, Historia de la literatura española, vol. 7. Derrota y restitución de la modernidad (1939-2010). Barcelona, Crítica, 2011, p. 821

«Narrar para Tizón es una especie de conjuro contra el paso del tiempo. La melancolía es su motor; las palabras, un espacio de disputa. […] Las palabras, para Tizón, tienen en primera instancia una cara amable, pero en verdad son insuficientes para volver a experimentar, con todo lo que ello implica, el pasado, un tiempo que en estos cuentos aparece como pleno y “memorable”. En el final de “Velocidad de los jardines” el narrador, viendo la vulgaridad del presente de aquellos que vivieron con él la etapa escolar, se pregunta: “¿Por qué la vida es tan chapucera?”. Tomémoslo como una proclama y una renuncia. Tizón, puesto a recordar, hace gala de una melancolía militante, sin embargo sabe que su oficio, el de narrador, se detiene allí, en ese abismo entre sensaciones del pasado y palabras del presente que ni los mejores contadores de historias, y él se encuentra entre ellos, pueden cubrir».

Armando V. Minguzzi, «Velocidad de los jardines de Eloy Tizón: tiempo, definiciones y apuestas narrativas». Buenos Aires, Ed. Biblos, 2011, pp. 173-198.

«Velocidad de los jardines es poco menos que la piedra angular sobre la que se puede entender la última generación de relato breve en España. A esta afirmación, claro, se le pueden poner infinitas salvedades y encontrar infinitas excepciones, pero no hay ningún libro en España en los últimos veinte años, ni en narrativa, ni en ensayo y creo que tampoco en poesía que esté tan cerca de algo así. Sólo por esto, por los servicios prestados, cada libro de Eloy Tizón se espera con una expectación excepcional, con una expectación que es ya muy rara en la literatura y que produce en el observador un calor peculiar».

Miguel Carreira, Factor Crítico, 2014, Enlace: https://web.archive.org/web/20140315130939/http://www.factorcritico.es/2014/03/tecnicas-de-iluminacion-eloy-tizon/

«La intensidad y delicadeza de Eloy Tizón aflora igual que un hecho grave y secreto. Hay un magma poético que se pega a las manos, y ese tacto fresco equivale a lavarse la cara en pleno desierto. De pronto, ves mejor. Ni siquiera hace tanto calor. Las frases flotan, y las cosas no acaban de suceder, pero están pronosticadas».

Juan Tallón. Libros peligrosos. Mallorca, Larousse, 2014, p. 262.

En una entrevista publicada en la revista digital El coloquio de los perros señaló que entre su literatura preferida se encuentran los cuentos de Antón Chéjov, John Cheever, Julio Cortázar, y las novelas de Marcel Proust, Vladimir Nabokov, Samuel Beckett, Franz Kafka, William Faulkner, Clarice Lispector (La hora de la estrella), Djuna Barnes (El bosque de la noche), Juan Carlos Onetti (El astillero).

En Televisión:

En prensa escrita:

—ALONSO, Santos. La novela española en el fin de siglo, 1975-2001. Madrid, Marenostrum, 2003, pp. 240-241.

—AYALA DIP, J. Ernesto. «Labia, de Eloy Tizón». Dos décadas de narrativa en castellano. Madrid, Huerga & Fierro, 2017, pp. 442-445.

—BERASÁTEGUI, Blanca. «Contra las dictaduras del cuento». En El Cultural, 27 de noviembre de 2015. Enlace: http://www.elcultural.com/revista/letras/Contra-las-dictaduras-del-cuento/37291

—ENCINAR, Ángeles. «Escritores del siglo XXI en torno al cuento». Incluido en Siguiendo el hilo. Escritos sobre el cuento español actual. Bruxelles, Éditions Orbis Tertius, 2015, pp. 267-292.

—FERNÁNDEZ PORTA, Eloy. Afterpop. La literatura de la implosión mediática. Córdoba, Berenice, 2007, pp. 251-253.

—GARCÍA GALIANO, Ángel. El fin de la sospecha. Calas significativas en la narrativa española, 1993-2003. Universidad de Málaga, 2004, pp. 210-212.

—GARCÍA SÁNCHEZ, Franklin. «Labia, de Eloy Tizón, como paradigma de narrativa neosimbolista». https://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/17/aih_17_5_043.pdf

—GONZÁLEZ, José Ramón. «Voz, mirada y creación de mundo: una nota al margen sobre la creación cuentística de Eloy Tizón y sus secretas afinidades». Versants, Revista Suiza de Literaturas Románicas. N.º 62, Éditions Slatkine, Ginebra, 2015, pp. 137-148.

—GRACIA, Jordi, y RÓDENAS, Domingo, Historia de la literatura española, vol. 7. Derrota y restitución de la modernidad (1939-2010). Barcelona, Crítica, 2011, p. 821.

—KULIN, Katalin. «Por nuevos rumbos. ‘Nautilus’ de Eloy Tizón». Ponencia presentada dentro del ciclo La tradición de las rupturas en las literaturas hispánicas, celebrado en la Universidad Eötvös Loránd de Budapest (Hungría), entre los días 25 y 27 de septiembre de 2014. Reproducida en el Centro Virtual del Instituto Cervantes. Enlace: http://cvc.cervantes.es/literatura/tradicion_rupturas/kulin.htm

—MINGUZZI, Armando V. «Velocidad de los jardines de Eloy Tizón: tiempo, definiciones y apuestas narrativas». Texto incluido en el volumen Dialectos de la memoria. Tiempo, escritura e historia en la literatura española contemporánea. Mª Carmen Porrúa (editora), Raúl Illescas (coordinador). Buenos Aires, Ed. Biblos, 2011, pp. 173-198.

—MONTETES-MAIRAL Y LABURTA, Noemí. «El aprendizaje de la luz», incluido en En el nombre de hoy. Una mirada sobre voces recientes de la literatura española. Sevilla, Renacimiento, 2015, pp. 154-158.

—MORA, Vicente Luis. «La “bisolución” en el relato “Los invasores” de Eloy Tizón», en Literatura egódica. El sujeto narrativo a través del espejo. Universidad de Valladolid, Libros del Meridiano, 2014, cap. III,1.2.

—MORALES, Javier: «Eloy Tizón sí muestra luz al final del túnel» (pp. 61-63); «Cuentos y cuentistas» (pp. 235-237); «Las buenas lecturas que nos resquebrajan certezas» (pp. 215-217); «Eloy Tizón, 25 años de magia y compasión en pequeño formato» (pp. 351-356). En Área de descanso. Badajoz, Editora Regional de Extremadura, 2017.

—OLMOS, Alberto: «Técnicas de iluminación», 24/octubre/2013. Enlace: https://lectormalherido.wordpress.com/2013/10/24/tecnicas-de-iluminacion-de-eloy-tizon/

—SÁEZ DE IBARRA, Javier: «“Ciudad dormitorio” de Eloy Tizón o la condición proletaria». El Cuaderno (Ediciones Trea, Gijón), n.º 71, agosto 2015, pp. 29-31. Enlace: http://issuu.com/elcuadernocultural/docs/el_cuaderno_71

—, «Eloy Tizón: estrategias ante la muerte y la vida». Barcelona, Quimera, n.º 421, enero de 2019, pp. 38-41.

—TALLÓN, Juan. Libros peligrosos. Mallorca, Larousse, 2014, pp. 261-263.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Eloy Tizón (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!