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Emilia Llanos Medina



¿Qué día cumple años Emilia Llanos Medina?

Emilia Llanos Medina cumple los años el 13 de enero.


¿Qué día nació Emilia Llanos Medina?

Emilia Llanos Medina nació el día 13 de enero de 1885.


¿Cuántos años tiene Emilia Llanos Medina?

La edad actual es 139 años. Emilia Llanos Medina cumplió 139 años el 13 de enero de este año.


¿De qué signo es Emilia Llanos Medina?

Emilia Llanos Medina es del signo de Capricornio.


¿Dónde nació Emilia Llanos Medina?

Emilia Llanos Medina nació en Villanueva del Arzobispo.


Emilia Llanos Medina (Villanueva del Arzobispo, 13 de enero de 1885[1]​-Granada, 29 de agosto de 1967) fue amiga de Federico García Lorca y de otros artistas que vivieron en Granada entre 1920 y 1936, como el pintor Ismael González de la Serna o el músico Manuel de Falla. Fue una mujer intelectualmente inquieta, aficionada a la lectura y las antigüedades. Estuvo ligada a la tertulia del Rinconcillo del Café Alameda en Granada.

Su padre, Arturo Llanos Baeza, natural de Granada, era capitán de la Guardia Civil en esa plaza; su madre, Angeles Medina Huete, también natural y vecina de Granada, fue a visitar a su marido a Villanueva y aquí le sorprendió el parto de su hija. La estancia de la familia en la ciudad jiennense duró poco, pues el capitán Arturo Llanos fue expedientado, “por su reincidencia en el vicio de contraer deudas injustificadas ".[2]

La familia volvió a Granada; el hermano mayor, Manuel Llanos Medina, ingresó en la Academia Militar en 1888 y en 1895 fue enviado a luchar a Cuba. El padre de Emilia, Arturo Llanos, murió el 19 de septiembre de 1899 en el Hospital Militar de Castilla la Nueva. De esta manera a principios del siglo XX la madre, viuda, y las dos hijas, Emilia y Concha, tuvieron que establecerse, junto con la hermana de la madre, Concepción Medina Huete, en casas alquiladas dentro del recinto de la Alhambra, primero junto a la Puerta del Vino y después en la calle Real de la Alhambra 22.

Poco se sabe de la juventud de Emilia Llanos Medina. Una salud delicada la llevó a la lectura, y su residencia entre la Alhambra y el Generalife la acercó al ambiente artístico que rodeaba a los monumentos nazarís. Antes de 1936 estableció relaciones profundas y duraderas con varios artistas destacados: con el pintor Ismael González de la Serna, con el poeta Federico García Lorca, con el compositor Manuel de Falla y con el fotógrafo barcelonés Adolf Mas. También conoció a Ángel Barrios, Óscar Esplá, Andrés Segovia y a Juan Ramón Jiménez, entre otros intelectuales. El pintor Manuel Ángeles Ortiz la consideraba una de las musas de la tertulia granadina del Rinconcillo, junto a Emilia Aragón y Emilia Dávila.[3]​ Fue una figura imprescindible del rico ambiente artístico granadino en la Edad de Plata.

Hacia 1915 entabló amistad con el pintor Ismael González de la Serna, asiduo visitante del Generalife. La correspondencia entre Emilia Llanos e Ismael G. de la Serna se inicia en 1917, año en que Ismael marcha a Madrid, y continúa a partir de 1921 desde París, donde triunfaría como pintor vanguardista, prolongándose hasta 1933, fecha de la vuelta del pintor a Granada para exponer en el Centro Artístico. Fue Ismael G. de la Serna quien presentó a Emilia Llanos en el año 1918 al entonces joven poeta Federico García Lorca, quien acababa de publicar su primer libro, Impresiones y paisajes, con portada de Ismael. A través de las numerosas cartas conservadas, todas del pintor a Emilia Llanos, se entrevé una amistad profunda y duradera; Ismael le confía sus preocupaciones, tanto artísticas como sentimentales, y anima continuamente a Emilia Llanos a dejar Granada y reunirse con él en Madrid o París.

A finales del mes de agosto de 1918 Ismael G. de la Serna llegó a casa de Emilia Llanos con un joven escritor que quería conocer a una mujer que leía a Maeterlinck; era Federico García Lorca, quien volvería solo a casa de ella al día siguiente para regalarle, dedicado, un ejemplar de su primera obra, Impresiones y paisajes.[4]​ Emilia quedaría impresionada, según afirmaciones posteriores,[5]​ por el poeta granadino, por quien sintió un gran afecto y con el que mantuvo una estrecha amistad hasta 1936. Se conservan numerosas cartas entre Emilia Llanos y Federico García Lorca;[6]​ una de ellas, la enviada por el poeta desde Madrid el 28 de noviembre de 1920, fue interpretada por Emilia como una declaración amorosa a la que ella no contestó debidamente. Después, y hasta 1936, Federico y Emilia se siguieron encontrando en el piso de ella en Plaza Nueva 1 o en las numerosas tertulias a las que ambos acudían o en la Huerta de San Vicente, pues Emilia Llanos era buena amiga de toda la familia García Lorca.[7]​ Federico le dedicó libros y dibujos, le presentó a sus amigos, entre ellos a Juan Ramón Jiménez. Cuando los sucesos de agosto de 1936 hicieron necesario ocultar a Federico, se pensó en la casa de Emilia Llanos, aunque finalmente se elegiría la de Luis Rosales. Tras la detención del poeta, la familia pidió a Emilia Llanos que subiera al Carmen de Manuel de Falla para que este intercediera por él, pero no lo hizo porque algunos amigos falangistas le aseguraron que Federico ya estaba muerto. No poder ayudarlo provocó en Emilia Llanos un sentimiento de culpabilidad que la acompañaría hasta el final de sus días. Cuando en 1955 llegó a Granada el norteamericano Agustín Penón para investigar la muerte de Federico García Lorca, Emilia Llanos le ayudó a conocer mejor al escritor y lo acompañó a Víznar y Alfacar en busca del lugar donde fusilaron a García Lorca.[8]​ Emilia Llanos murió el 29 de agosto de 1967 tras unos años de enajenación en los que llamaba continuamente a Federico.[9]

Emilia Llanos conoció a Manuel de Falla y a su hermana María del Carmen gracias a Federico García Lorca, quien la introdujo en la tertulia del Carmen de la Antequeruela.[10]​ Emilia participó activamente en los actos previos al Concurso de Cante Jondo (1922), como en las tertulias de la taberna de don Antonio Barrios, el Polinario,[11]​ o en los conciertos de Andrés Segovia en el hotel Alhambra Palace. Durante el Concurso lució las galas recomendadas a las mujeres y con ellas aparece en numerosas fotografías. La amistad con el compositor y con su hermana se consolida en años posteriores, de los que data la correspondencia entre Emilia Llanos y Manuel y Carmen de Falla.[12]​ Cuando Manuel de Falla y su familia deciden marchar a Argentina en septiembre de 1939, Emilia Llanos acude a despedirlos en el jardín del Carmen; no volvería a escribirse con el músico, pero sí con su hermana María del Carmen, con quien tendría un emotivo reencuentro en septiembre de 1966, cuando por última vez, ambas próximas a la muerte, se reunieron para merendar en torno al busto de Manuel de Falla que preside el jardín del Carmen de la Antequeruela.[13]

Emilia Llanos Medina viajó a Barcelona en 1923 acompañada de su amiga Emilia Aragón Pineda. Entre otros intelectuales catalanes conoció al reputado fotógrafo Adolf Mas Ginestà, creador del Arxiu Mas de Barcelona.[14]​ La amistad entre Adolf Mas y Emilia Llanos se inició en 1923 y continuó hasta la muerte del primero en 1936; se plasmó en cartas y en las visitas que el hijo de Adolf Mas, Pelai Mas Castañeda (1891-1954) hizo a Granada en 1924 y en 1926. Durante la primera, Pelai Mas realizó un reportaje fotográfico en la Alhambra a Emilia Llanos ataviada con el traje que lució en el Concurso de Cante Jondo; algunas fotos de este reportaje fueron regaladas por Emilia Llanos a Federico García Lorca y a Manuel de Falla, entre otros, y una de ellas sirvió de modelo a un anuncio de Aspirina de finales de los años 20.

El norteamericano Agustín Penón llegó a Granada en 1955 con la intención de investigar la muerte de Federico García Lorca y escribir un libro sobre él; para ello debía contar con la ayuda de la mejor amiga de Federico, Emilia Llanos, en cuya casa se presentó el 21 de junio de 1955. Ella le enseña los libros, fotografías y cartas dedicados por el poeta; es el inicio de una intensa amistad que tiene como punto de unión a Federico. Emilia le confiesa a Agustín Penón que estaba enamorada del autor de Impresiones y paisajes desde que lo conoció en 1918 y que la llegada del norteamericano ha sido una llama que ha revivido su amor. Los escritos y cartas de Agustín Penón, recogidos finalmente por Marta Osorio (2009 y 2015) son una fuente imprescindible para conocer los pensamientos y sentimientos de Emilia Llanos en relación con Federico y su mundo. Cuando Penón regresó a EE. UU. (1956) siguió en contacto con Emilia Llanos, quien le confesó en una carta que "el que estaba allí no está. Hace mucho tiempo se supone está en Madrid con la familia", en referencia al cuerpo de Federico, cuya búsqueda en Víznar era inútil porque ella sabía "de buena fuente" que fue desenterrado por la familia antes de su exilio. Las últimas investigaciones (2017) sobre el terreno muestran que Emilia tenía razón, que el cadáver de Federico García Lorca fue pronto exhumado.



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