Enheduanna o Enkheduannapoetisa y escritora acadia, considerada la poeta más antigua conocida y una de las primeras mujeres en la historia cuyo nombre se conserva. Ostentó el importante cargo, político-religioso, de «Suma Sacerdotisa» en el templo del dios Nannar (la Luna). Se trataba de una princesa, hija del Rey Sargón I de Acad, que vivió en la ciudad-estado de Ur, en el sur de la región sumeria.
(2285–2250 a. C.) fue unaSu nombre - que en realidad no era «un nombre», sino un título —se ha transliterado como Enheduanna, En-hedu-ana o En Hedu Anna—, puede tener diversas interpretaciones.
Existen otras interpretaciones. No se conoce su nombre de nacimiento.
Es la primera mujer de la historia que se conoce que detentó el título de "Sacerdotisa En", un papel de gran importancia política que a menudo llevaron las hijas de la familia real que dominaba en Mesopotamia; como Enmenanna, hija de Naram-Sin de Acad, hasta la hija de Nabonides, rey de Babilonia en el siglo VII a. C.
Enheduanna era tía del rey acadio Naram-Sin y fue una de las primeras mujeres de la historia cuyo nombre se conoce. Fue nombrada por su padre, el rey Sargón de Acad como suma sacerdotisa de Nanna o Nannar, el dios-Luna sumerio, una de las divinidades principales del panteón mesopotámico, en Ur, durante el III milenio a. C. Su madre fue la reina Tashlultum.
Su nombramiento se considera un atrevido movimiento político por parte de Sargón para ayudar a cimentar el poder en el sur de Sumeria donde se encontraba la ciudad de Ur.
Continuó en el cargo durante el reinado de Rimush, su hermano. Fue durante el reinado de Rimush cuando se implicó en alguna forma de agitación política, lo que desembocó en que fuese expulsada, y posterior y eventualmente restituida como suma sacerdotisa. Su composición Exaltación de Inanna o ‘nin me sar2-ra’ detalla su expulsión de Ur y su eventual restitución (Franke 1995: 835). Esto se relaciona con "La maldición de Acad" en la que Naram-Sin, bajo quien es posible también que Enheduanna sirviera, es maldecido y desterrado por Enlil. Tras su muerte, Enheduanna siguió siendo recordada como una figura importante, quizá incluso obteniendo un estatus semidivino.
Su existencia como personaje histórico se encuentra bien establecida. Está el disco de alabastro con su nombre y su imagen, obtenido en la excavación de Gipar en Ur, que era la residencia principal de la Sacerdotisa En. Se encontró en los niveles Isin-Larsa (h. 2000–1800 a. C.) del Giparu junto con una estatua de la Sacerdotisa En Enannatumma. Y documentos históricos escritos indican que era hija del rey Sargón de Acad, el primer gobernante que unió el norte y el sur de Mesopotamia.
Se hallaron dos sellos con su nombre, pertenecientes a sus sirvientes y que datan del periodo sargónida, al excavar el Cementerio real en Ur.
Se hicieron muchas copias de la obra de Enheduanna, muchas de ellas cientos de años posteriores a su muerte, y se mantuvieron en Nippur, Ur y posiblemente Lagash junto con inscripciones reales que indican que eran de alto valor, quizá igual a las inscripciones de reyes (Westenholz 1989:540).
Los eruditos en historia y literatura la consideran como posiblemente la autora y poeta más antigua cuyo nombre se conoce, debido a que en sus poemas y demás trabajos escritos en cuneiforme sobre tablillas de arcilla, Enheduanna colocaba su nombre. Escribió los primeros textos que se pueden atribuir a la historia de la literatura de autor. Es también la única mujer entre los grandes autores de la literatura mesopotámica. Sus temas son religiosos: himnos al dios Nannar y a su templo de Ur, y también a la diosa Inanna, protectora de la dinastía de Acad.
Enheduanna compuso 42 himnos dirigidos a templos de todo Sumer y Acad incluyendo Eridu, Sippar y Esnunna.teología sistemática.
Los textos se han reconstruido a partir de 37 tablillas de Ur y Nippur, la mayor parte de las cuales datan de los periodos Ur III y antigua Babilonia (Sjöberg y Bergman 1969:6–7). Esta colección se conoce generalmente como Los himnos de los templos sumerios. Los himnos de templos fueron la primera colección de su clase; en ellos Enheduanna afirma: “Rey mío, algo se ha creado que nadie ha creado antes.” La copia de los himnos indica que estos himnos de templos se usaron durante mucho tiempo después de la muerte de Enheduanna y se tenían en alta estima. Los Himnos del templo sumerio están considerados como uno de los primeros intentos de unaSu otra obra famosa es la Exaltación de Inanna
o 'Nin-Me-Sar-Ra' que es una devoción personal a la diosa Inanna y también incluye detalles de la expulsión de Enheduanna de Ur.Además, eruditos como Hallo y Van Dijk, sugieren que ciertos textos no atribuidos a la misma podrían ser también obra suya.
La autoridad de Enheduanna suscita el tema de la educación femenina en la antigua Mesopotamia. Se conoce que esposas de los reyes encargaron poesía o, quizá, la compusieron ellas mismas
y a la diosa Nindaba se atribuye actuar como escriba. Como Leick señala "hasta cierto punto los epítetos descriptivos de diosas mesopotámicas revelan la percepción cultural de las mujeres y su papel en la sociedad antigua". La mayor parte de la obra de Enheduanna está disponible en traducción en el Electronic Text Corpus of Sumerian Literature ("Cuerpo de texto electrónico de literatura sumeria") [1]. También ha sido traducido y compilado en una narración unificada por el erudito en sumerio Samuel Noah Kramer y la poetisa Diane Wolkstein. Su versión, publicada bajo el título Inanna, Queen of Heaven and Earth: Her Stories and Hymns from Sumer, fue publicada por Harper Perennial en 1983.
Westenholz editó otro himno fragmentario dedicado a En-hedu-ana, aparentemente por un compositor anónimo, indicando su apoteosis, convirtiéndose en una deidad tras su muerte.[cita requerida]
La autora de Minesota Cass Dalglish ha publicado una adaptación poética contemporánea de Nin-me-sar-ra. La analista jungiana Betty De Shong Meador ha traducido obras de Enheduanna y escrito dos libros sobre el tema, Inanna: Lady of Largest Heart and Princess, priestess, poet: the Sumerian temple hymns of Enheduanna. La poetisa Diane Wolkstein, con el erudito en sumerio Samuel Noah Kramer, compiló los poemas de Enheduanna en un poema épico unificado, Inanna: Queen of Heaven and Earth,. La versión de Wolkstein a su vez inspiró otras varias obras poéticas: Queen of Swords de Judy Grahn, The Descent of Alette de Alice Notley, y Among the Goddesses de Annie Finch.
En el libro Los hijos de los días de Eduardo Galeano, se hace referencia a Enheduanna:
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