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Enclosure



El término cercamiento (enclosure o inclosure en inglés) se refiere al proceso de división o consolidación de campos comunales, praderas, pastos y otras tierras de cultivo en Inglaterra y se expandió al resto de Europa occidental, convirtiéndose en parcelas agrícolas cuidadosamente delineadas y de propiedad y administración individual; desde el siglo XIII hasta tiempos modernos. Antes del cercamiento, gran parte de las tierras de cultivo existían en forma de numerosas franjas dispersas bajo el control de cultivadores individuales sólo durante la temporada de crecimiento y hasta que se terminaba la cosecha de un año determinado.[1]​ Una vez encerradas, el uso de la tierra se restringió y sólo estaba disponible para el propietario, dejó de ser tierra común para uso comunal, y fue el proceso que puso fin al sistema de cultivo en campos abiertos (open field system) en Inglaterra y Gales; este consistía en tres elementos: explotaciones campesinas individuales en forma de franjas dispersas entre diferentes campos, rotación de cultivos y pastoreo común.[2]

El cercamiento favoreció el paso del feudalismo al capitalismo, y más reciente, las privatizaciones. Este establece una lógica de construcción de lo social y de lo colectivo enmarcados en los principios de mercado, que finalmente favorecen los procesos de acumulación y crecimiento económico.[3]

El proceso de cercamiento creó una clase trabajadora sin tierras que proporcionaba la mano de obra necesaria para las nuevas industrias que se desarrollaban en el norte de Inglaterra. E. P. Thompson argumenta que dicho proceso supuso un caso claro de robo de clase".[4]​ Al aumentar el rendimiento de los cultivos, así como la productividad de la mano de obra se generó un excedente de mano de obra, lo cual se relaciona a la Revolución Industrial.[5]

Por otro lado, algunos también afirman que este proceso contribuyó a mitigar la perpetua pobreza de la agricultura de subsistencia. Armstrong señala que el encierro tuvo diversos impactos en los niveles de alivio de la pobreza en los condados occidentales y orientales, y que otros acontecimientos de este periodo como la disminución de los salarios agrícolas y emigración a las zonas urbanas, tuvieron más relación con el crecimiento general de la población rural en su lugar.[6]

En Inglaterra, el movimiento en favor del cercado comenzó con el fin de aumentar la cantidad de pastos a tiempo completo disponibles para los señores en el siglo XII, y se desarrolló entre 1450 y 1640.

En Inglaterra, las luchas contra el cercamiento de los campos comenzaron a finales del siglo XV y continuaron durante los siglos XVI y XVII, cuando el derribo de los setos que formaban los cercos se convirtió «en la forma más importante de protesta social» y en el símbolo del conflicto de clases (Manning, 1988: 311). Los motines contra los cercos se transformaban frecuentemente en levantamientos masivos. El más notorio fue la rebelión de Kett, llamada así por su líder, Robert Kett, que tuvo lugar en Norfolk en 1549. No se trató de una pequeña escaramuza. En su apogeo, los rebeldes eran 16.000, contaban con artillería, derrotaron a un ejército del gobierno de 12.000 hombres e incluso tomaron Norwich, que en ese momento era la segunda ciudad más grande de Inglaterra.[7]

Años posteriores (en el período de 1750 a 1860) se produjeron más cercamientos, por conseguir la eficiencia agrícola. A finales del siglo XIX, prácticamente se concluyó el proceso de cercado de las tierras comunes en Inglaterra. Mientras que en el resto de Europa el cercamiento, fue hasta el siglo XIX.

En la segunda mitad del siglo XVIII que el gobierno de Alemania comenzó a emitir decretos para fomentar el cercado, y se avanzó lentamente hasta después de 1850. En Francia y Dinamarca se fomentó la misma política por decreto, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII; en Rusia, se dio después de la emancipación de los siervos (1861) y en Checoslovaquia y Polonia después de la Primera Guerra Mundial.[8]

En sus inicios, los cercamientos de tierra se realizaban mediante acuerdos informales. En el siglo XVII, se desarrolló la práctica de obtener la autorización por una ley del Parlamento. Los propietarios de tierras llevaban a cabo estas prácticas con la esperanza de maximizar el alquiler de sus propiedades. A partir de la década de 1750, el encierro por ley parlamentaria se convirtió en la norma. Entre 1604 y 1914, el Parlamento promulgó más de 5.200 proyectos de ley de cercado relativos a poco más de una quinta parte de la superficie total de Inglaterra, que ascendía a unos 6,8 millones de acres.[9]

Esta ley causó que todos los granjeros tuvieran que pagar para hacerse dueños y también pagar para poderlas usar. Prácticamente todos las perdieron, pero en cambio se les dio un trabajo provisional aunque dejándolos prácticamente sin hogar.

Las actas de cercamiento (enclosure acts) obligaron a la privatización de las explotaciones, al estar cercadas se mecanizaron porque ahora era rentable su modernización pues como consecuencia del crecimiento demográfico la demanda de alimento había aumentado. Perjudicaron principalmente a los campesinos, que no podían ya usar los beneficios de los terrenos, en favor de los grandes propietarios o terratenientes . Las leyes inglesas de cerramiento se dictaron sobre todo entre 1760 y 1840. A finales del siglo XVIII, este sistema había llevado a la concentración de la propiedad de las tierras en manos de la aristocracia inglesa y, por otro lado, había creado una masa de trabajadores desocupados, la mano de obra de bajo coste que será entonces empleada en el nuevo ciclo industrial.

Tal sistema fue necesario por el continuo aumento de la demanda de bienes agrícolas a los cuales el viejo sistema agrícola no podía hacer frente. En cuanto los terrenos, eran cultivados por campesinos que se ocupaban del mismo campo solo por un año, y que por lo tanto no sentían motivación para mejorar las condiciones del terreno. Con el cercamiento, los grandes latifundistas pudieron introducir modificaciones cuantitativas y cualitativas en la agricultura inglesa, mejorándola. El cerramiento se acompañó generalmente de la utilización de nuevas técnicas, de nuevos cultivos, de nuevas rotaciones.

La realización de un cercamiento pasaba por etapas sucesivas:

A partir del cercamiento, el uso colectivo de la tierra fue sustituido por la propiedad individual y la ocupación aislada. En los siglos XV y XVI se utilizaron distintas formas para abolir el uso colectivo de la tierra. También se cercaron grandes extensiones de tierra para crear reservas de venados, mientras que aldeas enteras eran derribadas para cubrirlas de pasto. Aunque los cercamientos continuaron hasta el siglo XVIII (Nelson, 1993), incluso antes de la Reforma más de dos mil comunidades rurales fueron destruidas de esta manera. La extinción de los pueblos rurales fue tan severa que la Corona ordenó una investigación en 1518 y otra en 1548. Pero a pesar del nombramiento de comisiones reales, poco se hizo para detener esta tendencia. Las vías legales eran:

a) la compra por una persona de todas las parcelas bajo alquiler y sus derechos accesorios;

b) la emisión por parte del Rey de una licencia especial para cercar, o la aprobación de una ley de cercamiento por el Parlamento;

c) un acuerdo entre el terrateniente y los inquilinos, incorporado en un decreto de la Chancery [Corte especializada en asuntos civiles.

d) los cercamientos de baldíos por parte de los lores, bajo las disposiciones de los Estatutos de Merton (1235) y Westminster (1285).

Estos métodos legales escondían frecuentemente el uso de la fuerza, el fraude y la intimidación contra los inquilinos. Hubo un acoso prolongado a los inquilinos, combinado con amenazas de desalojo apenas se presenta una oportunidad legal» y la violencia física se usaron para causar desalojos en masa en particular durante los años de desorden entre 1450 y 1485, es decir, la Guerra de las Dos Rosas. En Utopía, Tomás Moro expresó la angustia y la desolación que producían estas expulsiones en masa cuando habló de ciertas ovejas, que eran tan glotonas y salvajes que «se comen y tragan a los propios hombres»: «ovejas que consumen y destruyen y devoran campos enteros, casas y ciudades».[7]

Estos surgen de procesos de mercantilización, pero también como reacción a las luchas contra esta misma y por la recuperación de los bienes comunes, mediante estrategias que se denominan, por ejemplo, de "privatización", o estrategias de clase que hacen retroceder los cercamientos mediante prácticas que producen bienes comunes y comunidades.[10]

Externalidades: Contaminación de tierras (i.e. Tierra de Ogoni en Nigeria y producción intensa de camarones). En contra de la reapropiación: (i.e. MST en Brasil)

Privatización del agua: (i.e. Bolivia)

Guerra neoliberal

Construcción de vías y caminos

Recortes en los derechos

Mercantilización de la educación

(*)Traducción propia de tabla en página 146 de: De Angelis, Massimo (2007)

Las dinámicas de cercamiento y mercantilización han llegado también al ámbito cultural y del conocimiento, especialmente en el medio digital, con la apropiación de recursos mediante estrategias como el copyright y los derechos de autor.[11]​ Estas dinámicas impiden a los usuarios acceder y usar ciertos recursos, y como tal suponen un obstáculo a la producción e innovación cultural; paradójicamente, estas mismas dinámicas que el mercado propicia son contraproducentes para el interés privado, ya que dificultan la creación de nuevo contenido. Algunos movimientos reivindican la defensa de los bienes comunes en estas áreas, con la introducción de licencias como copyleft, que permiten a los usuarios utilizar, modificar y distribuir los recursos establecidos. En estos ámbitos se ven pues reflejadas las dinámicas de cercamiento de bienes comunes y los contramovimientos que luchan por su defensa y creación.



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