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Esquema Ponzi



Un esquema Ponzi [1]​ es una forma de estafa que atrae a los inversores y paga utilidades a los inversores anteriores con fondos de inversores más recientes.[2]​ El esquema lleva a las víctimas a creer que las ganancias provienen de actividades comerciales legítimas (por ejemplo, ventas de productos y/o inversiones exitosas), y desconocen que otros inversores son la fuente de los fondos. Un esquema Ponzi puede mantener la ilusión de un negocio sustentable siempre que los nuevos inversores contribuyan con nuevos fondos, y siempre que la mayoría de los inversores no exijan el reembolso total y sigan creyendo en los activos inexistentes que supuestamente poseen.

Algunos de los primeros incidentes registrados que cumplieron con la definición moderna de esquema Ponzi fueron llevados a cabo entre 1869 y 1872 por Adele Spitzeder en Alemania, por Sarah Howe en los Estados Unidos en la década de 1880 a través del "Ladies 'Deposit" y por Baldomera Larra Wetoret en 1875 en España con la "Caja de Imposiciones". Howe ofreció a una clientela exclusivamente femenina una tasa de interés mensual del 8% y luego robó el dinero que las mujeres habían invertido. Finalmente fue descubierta y cumplió tres años de prisión.[3]​ El esquema Ponzi también se describió previamente en novelas; las novelas de Charles Dickens Martin Chuzzlewit (1884), y Little Dorrit (1857), presentan ese esquema.[4]

En la década de 1920, Carlo Ponzi llevó a cabo este plan y se hizo conocido en todo Estados Unidos debido a la enorme cantidad de dinero que recibió.[5]​ Su esquema original se basaba en el arbitraje legítimo de cupones de respuesta internacionales para sellos postales, pero pronto comenzó a desviar el dinero de nuevos inversores para realizar pagos a inversores anteriores y a sí mismo [6]​. A diferencia de esquemas similares anteriores, el de Ponzi obtuvo una considerable cobertura de prensa tanto dentro de los Estados Unidos como internacionalmente, tanto mientras se perpetraba como después de su colapso; esta notoriedad finalmente llevó al tipo de esquema que lleva su nombre.[7]

Por lo general, los esquemas Ponzi requieren una inversión inicial y prometen rendimientos superiores al promedio.[8]​ Usan disfraces verbales vagos como "Contratos de futuros", "programas de inversión de alto rendimiento" "criptomonedas" o "inversión offshore" para describir su estrategia de ingresos. Es común que el operador se aproveche de la falta de conocimiento o competencia de los inversores, o en ocasiones afirme que utiliza una estrategia de inversión secreta y patentada para evitar dar información sobre el esquema.

La premisa básica de un esquema Ponzi es "robar a Pedro para pagarle a Pablo". Inicialmente, el operador paga altos rendimientos para atraer inversores y atraer a los inversores actuales a invertir más dinero. Cuando otros inversores comienzan a participar, comienza un efecto de cascada. El intrigante paga un "retorno" a los inversores iniciales de las inversiones de los nuevos participantes, en lugar de las ganancias genuinas.

A menudo, los altos rendimientos animan a los inversores a dejar su dinero en el esquema, de modo que el operador no tenga que pagar mucho a los inversores. El operador simplemente envía declaraciones mostrando cuánto ha ganado, lo que mantiene el engaño de que el esquema es una inversión con altos rendimientos. Los inversores dentro de un esquema Ponzi pueden incluso enfrentar dificultades al intentar sacar su dinero de la inversión.

Los operadores también intentan minimizar los retiros ofreciendo nuevos planes a los inversores en los que no se puede retirar dinero durante un cierto período de tiempo a cambio de mayores rendimientos. El operador ve nuevos flujos de efectivo ya que los inversores no pueden transferir dinero. Si algunos inversores desean retirar su dinero de acuerdo con los términos permitidos, sus solicitudes generalmente se procesan rápidamente, lo que da la ilusión a todos los demás inversores de que el fondo es solvente y financieramente sólido.

Los esquemas Ponzi a veces comienzan como vehículos de inversión legítimos, como los fondos de cobertura que pueden degenerar fácilmente en un esquema tipo Ponzi si pierden dinero inesperadamente o no obtienen legítimamente los retornos esperados. Los operadores fabrican declaraciones falsas o producen informes de auditoría fraudulentos en lugar de admitir que no cumplen con las expectativas, y la operación se considera un esquema Ponzi.

Una amplia variedad de vehículos y estrategias de inversión, generalmente legítimos, se han convertido en la base de los esquemas Ponzi. Por ejemplo, Allen Stanford utilizó certificados de depósito bancarios para defraudar a decenas de miles de personas. Los certificados de depósito suelen ser instrumentos asegurados y de bajo riesgo, pero los certificados de depósito de Stanford eran fraudulentos.[9]

Aunque varios sistemas similares ya existieron anteriormente, el nombre de este plan procede del estafador italiano Carlo Ponzi y de la estafa que realizó en los años 1920, que alcanzó mayor repercusión que otras estafas parecidas del pasado.

Carlo Ponzi era un emigrante italiano que llegó a Estados Unidos alrededor de la década de 1920. De muy bajos recursos como la mayor parte de inmigrantes que llegaban a dicho país, al poco tiempo "descubrió", gracias a un correo que recibió de Italia, que los cupones de respuesta internacional de correos se podían vender en Estados Unidos más caros que en el extranjero, por lo que el tipo de cambio terminaría por producir ganancias. Así que se esparció el rumor, muchos decidieron no quedarse fuera del negocio y apoyaron a Ponzi con capital.[10][11]

Pero aunque Ponzi estuviera recogiendo abrumadoras sumas de dinero y la gente hiciera colas para confiarle sus ahorros, en realidad Carlo Ponzi no estaba comprando los cupones; estaba pagando beneficios de hasta el 100 % en tres meses utilizando el capital de los sucesivos nuevos inversionistas.

Ponzi convenció a amigos y a sus asociados de que apoyaran su sistema en un principio, ofreciendo un retorno del 50% en una inversión en 45 días. Algunas personas invirtieron y luego obtuvieron lo prometido en el lapso que se había acordado. La noticia se empezó a esparcir, y el promedio de inversiones comenzó a crecer. Ponzi contrató agentes y pagó generosas comisiones por cada dólar que pudieran traer. En febrero de 1920, Ponzi obtuvo unos USD$ 5.000, equivalentes a USD$ 65.000 actuales (2020).[10]

En marzo ya tenía unos USD $30.000. La histeria masiva se estaba construyendo y Ponzi comenzó a expandirse a Nueva Inglaterra y Nueva Jersey. En su tiempo los que invertían obtenían grandes beneficios, y estos inversores pasaban la palabra y motivaban a otros a invertir.

Ya para mayo de 1920 había logrado recaudar unos $ 420.000. Ponzi comenzó a depositar su dinero en el Hanover Trust Bank of Boston (un pequeño banco italo-estadounidense en la calle de Hanover y al norte de la calle Italiana), en espera de que a lo largo del tiempo se pudiera convertir en el presidente del banco o pudiera imponer sus decisiones sobre este; en realidad logró controlar el banco al comprar sus acciones.[10]

En julio de 1920 ya tenía millones. Muchas personas vendían o hipotecaban sus casas con la esperanza de lograr altos intereses. El día 26 de julio gran parte del plan comenzó a hundirse después de que el Boston Post cuestionara las prácticas de la empresa de Ponzi. Finalmente la empresa fue intervenida por el Estado, que detuvo todas las nuevas captaciones de dinero. Muchos de los inversores reclamaron enfurecidos su dinero, momento en el cual Ponzi les devolvió su capital a aquellos que lo solicitaron, lo que causó un aumento considerable en el apoyo popular hacia él: muchos le proponían que se adentrara a la política. El emporio y los sueños de Ponzi crecieron aún más porque hasta planeaba manejar un nuevo tipo de banco, en el cual las ganancias se repartieran por igual entre los accionistas y aquellos que ingresaran dinero en el banco. Hasta planeó reabrir su empresa bajo un nuevo nombre "Charles Ponzi Company", cuyo principal objetivo era invertir en empresas alrededor del mundo.[12]

Gracias a este esquema, Ponzi comenzó a vivir una vida llena de lujos: compró una mansión con aire acondicionado y un calentador para su piscina, y además trajo a su madre de Italia en primera clase. Muy pronto este inmigrante de bajos recursos obtuvo no solo una gran cantidad de dinero sino que se colmó de los lujos más extravagantes para su esposa y para sí mismo.[11]

En agosto de 1920 los bancos y medios de comunicación declararon a Ponzi en bancarrota. Él mismo confesó más tarde que en 1908 había sido partícipe de una estafa muy similar en Canadá, que ofrecía a los inversores grandes beneficios.

El gobierno federal de los Estados Unidos intervino finalmente a Ponzi y, descubierta su estafa, fue enviado a la cárcel pero tuvo que ser liberado ya que pagó su fianza en dos prisiones distintas y decidió continuar con su sistema, convencido de que lo podía sostener. Muy pronto el sistema cayó y los ahorristas perdieron su dinero. La mayor parte de las personas no obtuvieron los beneficios, muchos de los cuales invirtieron su dinero en la estafa. Ponzi, aunque fue enviado de vuelta a Italia y a pesar de que se descubrió su estafa, fue aclamado por muchos como un benefactor.[11]

Según la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, muchos esquemas Ponzi comparten características similares que deberían ser "señales de alerta" para los inversores.[13]​ Las señales de alerta incluyen: [13]

Un esquema piramidal es una forma de fraude similar en cierta forma a una trama Ponzi, basada como este en la desconfianza en la realidad financiera, e incluyendo una tasa de retorno extremadamente alta. Sin embargo, varias características distinguen las tramas piramidales de las tramas Ponzi:

Una burbuja se basa en la credulidad y el deseo de grandes beneficios, pero no es lo mismo que una trama Ponzi. Una burbuja involucra precios siempre crecientes (e insostenibles) en un mercado abierto (pueden ser acciones, precios de vivienda, el precio de los bulbos de tulipán, o cualquier otra cosa). En la medida en que los compradores estén dispuestos a pagar los precios siempre en alza, los vendedores pueden salir beneficiados. Y no se necesita un maquinador tras una burbuja. (De hecho, una burbuja puede surgir sin fraude alguno; por ejemplo, los precios de vivienda en el mercado local pueden subir repentinamente pero caer del mismo modo por la excesiva construcción.) Usualmente se dice que las burbujas se basan en la teoría del “gran tonto”;

Robar a Pedro para pagar a Pablo. Cuando las deudas han vencido y no hay dinero con que pagarlas, ya sea por causa de la mala suerte o robo deliberado, los deudores usualmente hacen sus pagos pidiendo prestado o robando de otros fondos. Esto no se considera un esquema Ponzi, por el hecho básico de que no hay indicios de que al prestamista le fueran prometidas altas tasas de retorno bajo la afirmación de inversiones financieras inusuales. Tampoco hay indicios de que quien solicita el préstamo incremente la cantidad del préstamo para cubrir pagos a los inversionistas iniciales

El esquema epónimo fue orquestado por Carlo Ponzi, quien en 1920 pasó del anonimato a ser un notable millonario de Boston en seis meses valiéndose de esta trama. Se suponía que los ingresos provenían del intercambio de Cupones de respuesta internacional. Él prometía el 50% de interés (retorno) en inversiones de 45 días o “duplica tu dinero” en 90 días. Alrededor de 40.000 personas invirtieron cerca de 15 millones de dólares en total; al final, sólo un tercio de ese dinero les fue regresado. Además de la trama Ponzi ha habido otras tramas históricas similares:



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