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Los eumeninos (Eumeninae), o avispas alfareras, son una subfamilia de avispas (Vespidae); anteriormente, era tratada como una familia separada, Eumenidae. Su nombre común alude al hecho de que algunas especies construyen nidos de barro con forma de olla, cazuela o botija.
Es un grupo amplio y cosmopolita que contiene casi 200 géneros, y en él se incluyen la inmensa mayoría de las especies en la familia Vespidae. Casi todas las especies conocidas de Eumeninae son predadoras solitarias (algunas especies son primitivamente sociales).
La mayoría son negras o marrones, y marcadas comúnmente con patrones llamativos que ponen en contraste amarillo, blanco, anaranjado o rojo (o combinaciones de los mismos). Como la mayoría de los véspidos, sus alas se doblan longitudinalmente en la posición de descanso. Se reconocen particularmente por la siguiente combinación de características: 1) una proyección posterolateral conocida como paratégula a ambos lados del mesoescutelo; 2) uñas tarsales bífidas; 3) coxa posterior con una carina dorsal longitudinal o pliegue, con frecuencia desarrollado en un lóbulo o pliegue; y 4) alas delanteras con tres celdas submarginales.
Se las conoce por el nombre de avispas alfareras porque algunas construyen nidos de barro con forma de olla o cazuela. Sin embargo la mayoría utiliza cavidades en el suelo o en la madera o incluso los nidos abandonados de otras avispas o abejas. Otras usan tallos huecos o agallas de las plantas. Algunas presentan gran plasticidad de hábitos. Generalmente las celdas para hembras son más grandes y contienen más alimento que las de machos. Al igual que en otras véspidas el huevo es suspendido del techo por un tallo fino y es depositado antes de almacenar el nido. A diferencia de las familias, Crabronidae y Sphecidae, las avispas alfareras construyen el nido con barro seco y agua que acarrean en el buche.
Generalmente las presas con que alimentan a sus crías son orugas de distintas especies de Lepidoptera; unas pocas especies cazan larvas de escarabajos crisomélidos, gorgojos o bupréstidos. Muchas especies son cleptoparásitos de otros insectos, especialmente de otras eumeninas, pero también de otras familias de avispas y aun de moscas sarcofágidas.
Visitan flores de numerosas especies para beber el néctar que proporciona energía para el vuelo. En muchos, la lengua llega a 4 mm. Contribuyen a la polinización de ciertas plantas.
Al igual que la mayoría de los himenópteros el sexo se determina por un sistema de haplodiploidía, es decir que las hembras son diploides (dos juegos de cromosomas) y los machos haploides (un solo juego). Los machos son más pequeños y su período de desarrollo es más corto que el de las hembras.
Un detalle curioso de la biología de avispas alfareras es su relación con ciertos ácaros. Ciertas especies están asociadas con un género específico de ácaro. Tienen una cavidad especial en la base del abdomen llamada “acarinario” que sirve para alojarlos. Los machos transfieren ácaros a las hembras durante el apareamiento y éstas los transfieren a los nidos donde se alimentan de las larvas sin causarles aparente daño. Se desconoce el significado de esta relación y si beneficia a las avispas.
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