Fauxbourdon (también llamado Fauxbordon o Faux bourdon, que es una expresión francesa que significa "falso bajo") es una técnica musical de armonización utilizada en la música de finales de la Edad Media y principios del Renacimiento, en particular por los compositores de la escuela borgoñona. Guillaume Dufay era un destacado profesional de esta forma y puede haber sido su inventor. La monotonía de los acordes paralelos favorece el entendimiento del texto, en su mayoría litúrgico.
Se llama fabordón a un tipo de canto llano a dos, tres o más voces en cuya combinación se ve aplicada la armonía en su forma más elemental. La materia más común de los fabordones fueron los salmos y cánticos de rezo eclesiástico que en los siglos XIV y XV estuvieron más en boga en las iglesias.
En su forma más simple el fauxbourdon consiste en un cantus firmus y otras dos partes construidas una sexta y una cuarta por debajo. Para evitar la monotonía, o crear una cadencia, la voz más baja a veces salta hacia abajo a la octava y cualquiera de las voces de acompañamiento puede tener adornos de menor importancia. Por lo general la técnica de fauxbourdon sólo se utiliza en una pequeña parte de una composición.
En un himno el término se utiliza a veces cuando la congregación de fieles canta en octavas paralelas, con algunos cantantes interpretando un discanto en la voz de tiple sobre la melodía, pero el término fue utilizado históricamente para indicar una disposición de la melodía en cuatro partes con la melodía en el tenor, igual que las compuestas en los siglos XVI y XVII por autores ingleses como John Dowland, Giles Farnaby y Thomas Ravenscroft.
El primer ejemplo de fauxbourdon puede estar en el manuscrito I-BC Q15 de Bolonia (Bologna, Civico museo bibliográfico musicale, Q15), recopilado hacia 1440. Contiene varios ejemplos, entre ellos uno de Guillaume Dufay, datado alrededor de 1430. Dado que muchas de las primeras composiciones del siglo XV son anónimas, y fechar es a menudo problemático, es difícil determinar con exactitud la autoría de los primeros fauxbourdones. En la contribución de Dufay a esta colección se usa por primera vez el uso del término, en la parte final de su Misa Sancti Jacobi. Es posible que su uso de la palabra "bordón" fuera concebido como un juego de palabras con algún aspecto relacionado con el apóstol Santiago (a quien Dufay o el copista dibujó en miniatura encima de la música).
Definitivamente el ejemplo más antiguo fechado de fauxbourdon está en un motete de Dufay, «Supremo est mortalibus», que fue escrito para el tratado que concilió las diferencias existentes entre el Papa Eugenio IV y Segismundo de Luxemburgo, después de que Segismundo fuese coronado como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, hecho que tuvo lugar el 31 de mayo de 1433. En este motete, escrito para cuatro voces, cuando el tenor (la voz más baja) desaparece, la parte superior a tres voces se desarrolla en forma de fauxbourdon.
Aunque su primer uso parece haber sido en Italia, el fauxbourdon acabaría convirtiéndose en un rasgo definitorio del estilo borgoñón que floreció en los Países Bajos a lo largo de mediados del siglo XV. Compositores como Gilles Binchois, Antoine Busnois y Johannes Brassart utilizaron esta técnica con frecuencia, siempre adaptándolo a sus respectivos estilos personales.
Un desarrollo relacionado pero independiente llamado faburden tuvo lugar en Inglaterra en el siglo XV. Aparentemente es similar, especialmente en los encadenamientos de acordes 6-3 con consonancias de octava - quinta en los finales de frase. El faburden era un método esquemático de armonización de un canto preexistente; en el caso de faburden el canto se sitúa en la voz intermedia.
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