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Fe y Alegría



El Movimiento Internacional de Educación Popular Integral y Promoción Social Fe y Alegría es una federación de organizaciones locales que ofrece oportunidades de estudio a los sectores más pobres de la sociedad,[2]​ además de coordinar procesos de formación a profesores y gestionar un sistema de radio educativa en 21 países. Fundada en Venezuela, desde su oficina principal en Bogotá, Colombia, Fe y Alegría avanza en continuar con la tradición de la educación de corte jesuita bajo una junta directiva internacional.[3]

Fe y Alegría brinda apoyo a las escuelas desde el nivel primario hasta el post-secundario, incluyendo la formación profesional en poblaciones pobres y marginadas.[4]​ Además de esto, ofrecen formación a los profesores y oportunidades para que los adultos completen su educación a través del aprendizaje a distancia. También promueven la integración de los niños con discapacidad en el sistema educativo y organizan campañas para aumentar el apoyo a la educación pública.[5][6]​ Además del énfasis en la formación, sus programas suelen incluir comidas de bajo costo, educación sexual para evitar embarazos tempranos en la adolescencia y programas de recreación.Sus programas pueden incluir comidas económicas, educación sexual para evitar temprano-embarazos de adolescente, y educación de verano y programas de recreación.[7][8]

Funciona en forma de red, en la que participan radios comunitarias, escuelas locales, voluntarios y la organización del movimiento.

Infraestructura a 2005:

Las unidades de servicio trabajan agrupadas en 1.510 puntos de atención, donde cooperan 38.318 personas, el 97% laicos y la diferencia, miembros de congregaciones religiosas, más un número indeterminado de colaboradores voluntarios.[9]

Ha impactado en la vida de 920.475 alumnos registrados y participantes. Muchos han tomado varios cursos, lo que eleva la matrícula a 1'259.541 personas beneficiarias.[9]

José María Vélaz es el fundador de Fe y Alegría, nació en Chile, donde vivió sus primeros diez años. Ese tiempo marcó fuertemente su vida con la profunda sensibilidad de latinoamericano.

Desde su formación estuvo en colegios de la Compañía de Jesús, en donde continuó su preparación hasta hacerse miembro jesuita. En 1946 fue enviado a Venezuela, un país marcado para aquel entonces por las desigualdades y el analfabetismo; el padre Vélaz soñó con una red de escuelas en los lugares más olvidados en ese país, su motivación le llevó a buscar aliados en algunos jóvenes universitarios e inició su trabajo con las comunidades en 1960, los colaboradores iban con Fe y regresaban con Alegría, y de esta manera le dieron nombre a esta obra educativa Fe y Alegría.[10]

El 5 de marzo de 1955 se abrió en Caracas la primera escuela Fe y Alegría, en un barrio popular del oeste, gracias al aporte de Abraham Reyes.[9]

En 1985 se abrió una oficina en España como una plataforma de apoyo a los países latinoamericanos y difusión del Movimiento en Europa.[9]

En 1999 se redefine su misión para asumir tareas de cooperación al desarrollo. Se conforma la Fundación Entreculturas-Fe y Alegría.[9]

Alrededor de un millón de estudiantes están inscritos en más de mil campus, en total se estima que la plantilla de trabajadores supera los 38.000 (además de los voluntarios) a la par refuerzan su labor a través de los contenidos transmitidos en las cincuenta estaciones de radio que posee la federación. Las organizaciones nacionales y sus años de fundación son:[11]

Fe y Alegría nace en Venezuela en 1955, al paso de nueve años, en 1964, ya había 10 mil alumnos en Venezuela y la acogida de la experiencia permitió replicar el modelo en otros países con semejante respuesta. En un lapso de dos años Ecuador, Panamá, Perú, Bolivia, Centro América y Colombia se sumarían a la aventura. De allí en adelante, la experiencia continuaría creciendo y multiplicando las esperanzas en los rincones más secretos y profundos de América. De allí se acuñaría una de las frases más célebres del movimiento educativo: “Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto, donde no gotea el agua potable, donde la ciudad pierde su nombre”. Su nombre se debe ya que el padre José María Vélaz cuando subía al teleférico subía con fe y bajaba con alegría.

La experiencia de Fe y Alegría se extendió no sólo en América Latina, sino que fue acogido por tierra Europea, específicamente en España con Entre Culturas y en Italia, aunque la forma de trabajar y aportar a la misión es particular.

Fe y Alegría nace en África en el año 2007 en el Chad con una red rural de escuelas en la región del Guéra cuya población es mayoritariamente musulmana; nace con el apoyo de las autoridades educativas del Estado chadiano. Este espíritu fundacional se extendió más tarde a Madagascar en el 2013, y al año siguiente a la República Democrática del Congo.

El primer Congreso Internacional de Fe y Alegría África, celebrado en enero de 2016 en N’djamena, fue una oportunidad para dar a conocer la misión y visión del Movimiento a la gran familia jesuita del continente africano, y entusiasmar a otros países como ha sido el caso de Guinea-Conakry, Zimbabue, Mozambique y Kenia.



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