La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) es una organización que aglutina a centenares de colectivos ciudadanos de la Comunidad de Madrid. Surgida al calor de las movilizaciones vecinales que atravesaron España en el final de la dictadura de Francisco Franco y durante la transición democrática, aparece como espacio de unión de más de 230 asociaciones que trabajan en los diferentes barrios de Madrid.
Legalizada en 1979, la FRAVM centra gran parte de su actividad en la lucha por una vivienda digna, el fomento de la participación ciudadana, el bienestar social, el respeto por el medio ambiente, la defensa del transporte público y el acceso a la cultura.
Podemos situar el origen de la Federación en la gestación y desarrollo del movimiento vecinal de Madrid, que se produce al calor de las primeras reivindicaciones populares surgidas de la inmigración de miles de españoles procedentes del ámbito rural en los años cincuenta. Muchas de estas personas se instalaron en la gran urbe como pudieron, levantado pequeñas casas y chabolas, dando lugar a cinturones de miseria donde la carencia era norma. De lo inhóspito de aquellas chabolas, de la espontánea ayuda mutua, de la creciente concienciación y de las tertulias vecinales surgieron grupos de ciudadanos que se echaron a las calles para luchar por bienes básicos: el alumbrado público, los colegios, el suministro de agua o algo de cemento para las calles polvorientas y enfangadas. Organizarse no era fácil, pues la maquinaria represiva del régimen franquista acechaba y perseguía el mínimo movimiento. Pero poco a poco, las asambleas vecinales empezaron a estructurarse, al abrigo del movimiento obrero, los partidos ilegales -principalmente el Partido Comunista de España- y la Iglesia de base hasta que, aprovechando el raquítico margen de libertad que propiciaba la Ley de Asociaciones de 1964, que reconocía por vez primera el derecho de asociación, se crearon las primeras asociaciones de vecinos. La que rompió el fuego se creó en el barrio de Palomeras Bajas en 1968.
Entre ese año y 1970 se pusieron en marcha otras veinte asociaciones en barrios populares como Moratalaz, Orcasitas, San Blas, y Puente de Vallecas y en municipios como Alcalá de Henares, San Sebastián de los Reyes, Leganés y Getafe. El asociacionismo vecinal se extendía como un reguero de pólvora que se las veía y se las deseaba para mantener su actuación dentro de los estrechísimos márgenes de la dictadura franquista. Fue así como los vecinos consiguieron escuelas, alumbrado público y agua, como conquistaron años después el derecho a una vivienda y declararon la "guerra del pan" contra la carestía de la vida.
La FRAVM se constituye el 23 de febrero de 1975, cuando Franco se hallaba a un paso de la muerte, siguiendo el ejemplo de la Federación de Vecinos de Barcelona, formada tres años antes. Pero hasta el 2 de noviembre de 1977, la federación madrileña no es legalizada, un hecho que se produce tras meses de movilizaciones.
El 22 de julio del año anterior, 50.000 personas tomaban la calle Preciados de Madrid para exigir la legalización de las asociaciones de vecinos y en enero de 1977 se celebró en la ciudad el primer encuentro de AA. VV. de España para abordar, entre otras cuestiones, el reconocimiento constitucional del movimiento ciudadano. En la década de los ochenta se celebró el primer congreso del movimiento vecinal madrileño y se negociaron las primeras Normas de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid. Desde entonces, la FRAVM no ha dejado de crecer cualitativa y cuantitativamente. En 2007 contaba con más de 120.000 vecinos asociados.
En 2008 se celebró el 40 aniversario del nacimiento del movimiento ciudadano en Madrid.
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