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Fentanilo



El fentanilo es un agonista narcótico sintético opioide utilizado en medicina por sus acciones de analgesia y anestesia. Tiene una potencia superior a la morfina por lo que se emplea a dosis más bajas que esta, siendo el efecto final a dosis equivalentes similar al de la morfina. Se emplea por vía transdérmica en forma de parches, por vía sublingual, en forma de spray nasal, comprimidos para chupar, vía intravenosa y vía epidural. Por vía intravenosa tiene un comienzo de acción menor a 30 segundos y un efecto máximo de 5 a 15 minutos, con una duración de la acción de 30 a 60 minutos. Por vía epidural o intradural, el comienzo de la acción tiene lugar entre 4 y 10 minutos después de la administración, el efecto máximo se alcanza en unos 30 minutos y la duración de acción es de 1 a 2 horas. Se elimina fundamentalmente por metabolismo hepático.[1]

Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas o vómitos, estreñimiento, sedación, confusión y lesiones relacionadas con la mala coordinación.[2][3]​ Los efectos secundarios graves pueden incluir disminución de la frecuencia respiratoria (depresión respiratoria), síndrome serotoninérgico, presión arterial baja o desarrollo de un trastorno por consumo de opioides.[2][3]​ El fentanilo actúa principalmente activando los receptores opioides μ.[2]​ Es alrededor de 100 veces más fuerte que la morfina y unas 50 veces más fuerte que la heroína. Algunos análogos de fentanilo como carfentanilo son hasta ~10,000 veces más fuertes que la morfina.[4]

El fentanilo fue fabricado por primera vez por Paul Janssen en 1960 y aprobado para uso médico en los Estados Unidos en 1968.[2][5]​ En 2015, se utilizaron 1.600 kilogramos (3.500 libras) en la atención médica a nivel mundial.[6]​ En 2017, el fentanilo era el opioide sintético más utilizado en medicina;[7]​ y fue el medicamento número 250 más comúnmente recetado en los Estados Unidos, con más de 1,7 millones de recetas.[8][9]​ Está en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud.

En los últimos años, el fentanilo ha irrumpido en el mercado norteamericano de drogas ilegales, aprovechando la demanda preexistente de opiáceos como la heroína y los medicamentos recetados. En 2016, el fentanilo y los análogos de fentanilo fueron la causa más común de muertes por sobredosis en los Estados Unidos con más de 20,000, aproximadamente la mitad de todas las muertes relacionadas con opioides.[10][11][12]​ La mayoría de estas muertes por sobredosis se debieron al fentanilo fabricado ilegalmente.[13]​ Existe la preocupación de que la creciente demanda pueda resultar muy atractiva para el crimen organizado y los aspirantes a delincuentes, especialmente aquellos que operan en áreas alrededor del Triángulo Dorado en el sudeste asiático y el Estado Shan en Myanmar (antigua Birmania), donde la producción de drogas sintéticas se ha expandido drásticamente durante la última década. Comparada con la heroína, es más potente, tiene mayores márgenes de ganancia y, debido a que es compacta, tiene una logística más simple. Puede reducir, o incluso reemplazar por completo, el suministro de heroína y otros opiáceos.[14][15]

Los analgésicos opioides son fármacos agonistas de los receptores opioides. Un ejemplo claro es el fentanilo, el cual está catalogado como un derivado sintético del opio. Como muchos de sus parientes está relacionado con la fenilpiperidina y posee restos de piperidina con funcionalidad en la posición 4. El modelo de sustitución de la piperidina es similar al de la familia de las butirofenonas neurolépticas.[17]

Su fórmula química es C22H28N2O, y su nombre químico puede ser mencionado como citrato de N-(1-fentanilo-4-piperidil) propionanilida (1:1).

La síntesis de fentanilo se realiza en 4 etapas, partiendo como base de una molécula de clorhidrato de 4-piperidiona. Esta reacciona en un primer momento con bromuro de fenetilo, dando lugar a N-fenilo-4-pepiridinona, también conocido como PNP. A continuación, los intermedios del PNP son tratados con anilina. El siguiente paso consiste en reducir el PNP con borhidruro de sodio, pasando a ser 4 anilina-”N”-fenil-piperidina (ANPP). Por último, se hace reaccionar ANPP con anhídrico propiónico.[18]

El fentanilo, como todos los analgésicos opioides sintéticos, produce analgesia principalmente a través de la activación de tres receptores esteroespecíficos presinápticos y postsinápticos (μ), (K), (δ) que se encuentran en el sistema nervioso y en otros tejidos. La respuesta farmacodinámica de un opioide depende del receptor al que se une, su afinidad por el receptor y de si el opioide es un agonista o antagonista. En el caso del fentanilo, este presenta una alta afinidad de unión con el receptor (μ)-opioide y una afinidad más baja, pero presente, por el (K)-opioide.

El fentanilo se une principalmente a (μ)-opioide acoplado a proteínas G-receptoras, e imitando las endorfinas, inhibe la actividad de la adenilciclasa. De ese modo, se produce una hiperpolarización de la neurona resultante suprimiéndose las descargas espontáneas y las respuestas evocadas. Los opioides también pueden inferir en el transporte de los iones de calcio y actuar en la membrana presináptica interfiriendo con la liberación de neurotransmisores.

El fentanilo ofrece algunos de los efectos típicos de otros opioides a través de su agonismo de los receptores opioides. Su potencia es muy alta y gracias a ello puede penetrar más fácilmente al sistema nervioso central. La corta duración no es debida al rápido metabolismo ni a su excreción, sino al hecho de que el fentanilo se redirige desde el cerebro hasta las otras partes del cuerpo.

Los primeros efectos manifestados por el fentanilo son en el SNC y órganos que contienen músculo liso. El fentanilo produce analgesia, euforia, sedación, disminución de la capacidad de concentración, náuseas y vómitos, sensación de calor en el cuerpo y retención de orina. El fentanilo produce depresión ventilatoria principalmente por un efecto directo depresor sobre el centro de ventilación en el sistema nervioso central. Puede causar rigidez del músculo esquelético, especialmente en los músculos torácicos y abdominales, en grandes dosis por vía parenteral y administradas rápidamente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el fentanilo se incluye en el "tercer peldaño" de la escalera analgésica para el tratamiento del dolor, después de los antiinflamatorios no esteroideos. El fentanilo se utiliza como fármaco para aliviar el dolor intenso agudo y crónico, siempre bajo control médico, pues es un opioide, generalmente se emplea la vía transdermica en esta indicación aplicando la sustancia en forma de parches, absorbiéndose el principio activo a través de la piel y pasando a sangre.

También se utiliza en forma de comprimidos sublinguales, comprimidos para chupar o solución nasal en el tratamiento del dolor irruptivo oncológico: en episodios puntuales y repentinos de dolor que se producen a pesar de seguir un tratamiento continuado con dosis regulares por vía oral o transdérmica de analgésicos narcóticos u opioides.

Existen varias formas de administración de este principio activo. Se pueden clasificar según su galénica en parches transdérmicos, comprimidos sublinguales, comprimidos para chupar de absorción oral, y soluciones para pulverización nasal. El nombre comercial es variable dependiendo del laboratorio que comercialice el producto.[19]

Los efectos secundarios del fentanilo se pueden considerar en su mayor parte iguales a los de cualquier otro opiáceo y se clasifican en cinco grupos según la frecuencia con la que aparecen en la población. Es de destacar la dependencia o síndrome de abstinencia tras un consumo prolongado o en caso de retirar el tratamiento súbitamente. Esto daría lugar a síntomas relacionados con la abstinencia como diarrea, vómitos y escalofríos. Se pueden dividir los efectos secundarios en varios grupos, dependiendo de su frecuencia.

El uso de este fármaco durante el embarazo y la lactancia es peligroso ya que puede aumentar el riesgo de aborto o nacimiento prematuro así como el desprendimiento de la placenta, hemorragias posparto y la preeclampsia (alteración que se asocia a altos niveles de proteinuria en la orina y al aumento de la presión sanguínea). Además, en referencia a la salud del recién nacido significaría un riesgo alto de desarrollar un síndrome de abstinencia posparto o bien podría padecer el síndrome de muerte súbita durante los primeros meses de vida.

Es preciso tomar precauciones si se quiere combinar el fentanilo con otras sustancias, ya que se trata de un opioide potente que actúa sobre el sistema nervioso central. Esto significa que sería peligroso combinarlo con otros depresores, como el etanol, la heroína o la metadona porque produciría cualquiera de los síntomas descritos anteriormente, adicción al fármaco o la muerte.

Si se combinara con anfetaminas, fenotiacinas, o antidepresivos tricíclicos, habría riesgo de aumentar la depresión respiratoria.

Los efectos sobre el Sistema Nervioso Central, la analgesia y la depresión respiratoria aparecerían con más frecuencia si se combinara el fentanilo con sedantes, narcóticos, anestésicos volátiles o bien óxido nitroso.

A partir de la estructura del fentanilo se han sintetizado diversas moléculas (alfentanilo, remifentanilo, sufentanilo, carfentanilo). Todas ellas son potentes agonistas bastante selectivos de receptores μ.[24]

El alfentanilo es 4 veces menos potente, pero el inicio de la analgesia es muy rápido y la duración del efecto muy breve. Se utiliza por vía intravenosa en perfusión continua y está indicado en analgesia quirúrgica.

El remifentanilo es también un fármaco con elevada potencia analgésica, disponibles únicamente para administración intravenosa y uso hospitalario; la analgesia comienza pasados unos pocos minutos y su efecto cesa a los diez minutos de suspender la administración. Eso lo convierte también en un agente útil en la analgesia quirúrgica, aunque ningún derivado presenta ventajas importantes sobre el fentanilo.

El empleo del fentanilo para uso recreativo constituye un problema creciente en diferentes países, entre ellos Estados Unidos, debido a que existen canales de comercio ilegal de la sustancia cuyo consumo continuado provoca drogodependencia y síndrome de abstinencia si se retira bruscamente la dosis habitual.[cita requerida]

La sustancia y sus derivados, como el alfa-metil-fentanilo y el 3-metilfentanilo, pueden emplearse como droga de abuso por vía oral, inhalada o intravenosa.

Se han descrito numerosos casos de muerte en Estados Unidos asociados al empleo de fentanilo o sus derivados como droga de abuso, principalmente cuando la sustancia ha sido elaborada de forma ilegal en laboratorios clandestinos y distribuida fuera de las oficinas de farmacia y de los canales legales establecidos. Los casos registrados se han debido al uso de fentanilo o sus derivados empleados solos o combinados con drogas ilegales como la heroína.[26]​ El derivado 3-metilfentanilo, por ejemplo, ha demostrado alta peligrosidad, pues la dosis que se emplea para provocar euforia es muy próxima a la que es capaz de producir depresión del centro respiratorio, causa frecuente de muerte en los consumidores.[27]

La sobredosis de fentanilo en pequeño grado puede causar rigidez muscular de la pared torácica, efecto llamado tórax leñoso; abdominal; del cuello y de las extremidades; en caso de que la sobredosis se deba a una ingesta excesiva se imposibilitaría la respiración del enfermo y podría causar un coma.[cita requerida]

Una característica clínica de los pacientes con sobredosis de fentanilo y derivados de los opiáceos es la constricción de la pupila (miosis puntiforme). La sobredosis se puede tratar con naloxona, un antagonista de los receptores opioides que competiría por el receptor con el fentanilo.[28]

En Canadá se empezó a considerar en 2015 a las muertes por sobredosis de fentanilo como una crisis de salud pública y continúa siéndolo.[29]​ En 2016, la media de muertes por sobredosis de fentanilo en Columbia británica, Canadá, fue de dos personas al día.[30]​ En 2017 la tasa de muertes aumentó más del 100 % con 368 muertes relacionadas con sobredosis en Columbia británica entre enero y abril de 2017.[31]

Los forenses concluyeron que el músico Prince falleció el 22 de abril de 2016 a causa de una sobredosis accidental de fentanilo.[32]​ El fentanilo estaba entre muchas sustancias identificadas en pastillas falsificadas encontradas en su casa, en particular unas falsamente etiquetadas como Watson 385, una combinación de paracetamol e hidrocodona.[32][33]​ El rapero americano Lil Peep también falleció a causa de una sobredosis accidental de fentanilo el 15 de noviembre de 2017.[34][35]​ El forense del condado de Los Ángeles anunció el 19 de enero de 2018 que el cantante Tom Petty falleció como consecuencia de una sobredosis accidental resultado de mezclar medicaciones que incluían fentanilo, acetilo de fentanilo y despropionil fentanilo (entre otros). Al parecer estaba siendo tratado de varias enfermedades entre las que estaba una cadera rota.[36]​ El 24 de julio de 2018, la artista Demi Lovato sufrió una sobredosis de fentanilo, debiendo ser internada posteriormente.

En 2016 en los Estados Unidos de América la sobredosis de fentanilo y derivados causó 20 100 muertes, un incremento del 540 % respecto a los 3 años anteriores.[37]



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