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Fernando Riera



¿Qué día cumple años Fernando Riera?

Fernando Riera cumple los años el 19 de febrero.


¿Qué día nació Fernando Riera?

Fernando Riera nació el día 19 de febrero de 3.


¿Cuántos años tiene Fernando Riera?

La edad actual es 2021 años. Fernando Riera cumplió 2021 años el 19 de febrero de este año.


¿De qué signo es Fernando Riera?

Fernando Riera es del signo de Piscis.


2 Primera División de Portugal (1962-63, 1966-67)
3 Copa Chile (1977, 1979, 1984)

Fernando José Riera Bauzá (Santiago, 27 de junio de 1920-Ibídem, 23 de septiembre de 2010) fue un futbolista y entrenador chileno.[1]

Jugó como delantero en clubes de Chile y Francia, así como por la selección chilena, con la cual participó en la Copa Mundial de 1950. Ganó con la Universidad Católica la Primera División de Chile en 1949. Según la mayoría de los especialistas internacionales, ha sido el «mejor técnico chileno de fútbol en la historia», ya que obtuvo el tercer lugar en la Copa Mundial de 1962 —el «principal logro del fútbol chileno»—, la Primeira Liga de Portugal con el Benfica en 1963 y 1967, y fue finalista de la Copa de Europa en 1963; así como el «mejor técnico en la historia de la selección chilena» porque realizó su mayor reforma (Plan Riera) y subió al podio mundial.[2][3]​ Dirigió la primera selección resto del mundo en la historia, por la celebración del centenario del fútbol en 1963.[4]

Fue hijo de Melchor Riera y de Juana Bauzá. Fue el menor de dos hermanos, Melchor y Jaime. Estuvo casado con Eugenia Oportot Vergara.[5]

Realizó sus estudios en el Colegio San Ignacio y en el Liceo Manuel Barros Borgoño en la ciudad de Santiago. Fue representante de la Compañía Maderera Fénix y socio de la firma Livingstone, Riera y Echenique, que giró en el ramo de transportes.[5]

Se inició como jugador en Unión Española en 1933. A los 15 años fue ascendido a la División de Honor. Luego, en 1939 pasó a Universidad Católica, donde fue capitán del equipo[5]​ y en el que alcanzó el título de Primera División del año 1949, además del reducido de consuelo del Apertura, y tuvo una triunfal participación en el Torneo Internacional de Pascua en 1950, habiendo sido dirigido por Alberto Buccicardi en ambas temporadas. Fue contratado por el Stade de Reims de Francia, en el que actuó en noviembre de 1950 a julio de 1951, para después pasar al FC Rouen hasta agosto de 1952, en que volvió a Chile. En 1953 fue contratado por Deportivo Vasco de Venezuela,[5]​ para luego regresar al FC Rouen, en el que permaneció hasta 1954, año de su retiro como futbolista profesional.

En la selección de Chile, Riera participó en tres Campeonatos Sudamericanos: Montevideo 1942, donde Chile obtuvo el sexto lugar; Guayaquil 1947, aportando con 2 dianas para el cuarto lugar de Chile; Belo Horizonte 1949, ocupando el quinto lugar y consiguiendo una anotación. Fue capitán del conjunto nacional en los dos últimos certámenes. Estuvo presente en el Mundial de Brasil de 1950,[5]​ oportunidad en la cual Chile llegó a primera ronda tras ocupar el tercer lugar en la fase de grupos, gracias al único triunfo obtenido: un 5-2 sobre Estados Unidos, con un gol del Tata que a la postre sería su único gol en la cita mundialista.

En una entrevista hecha por Luis Urrutia, cuando le pregunta sobre sus características como jugador, él mismo declara:

En 1954 obtuvo el título de entrenador en Francia y se estrenó en Portugal, donde dirigió al club Os Belenenses. En 1957 asumió en la selección chilena y pidió la construcción del Complejo Deportivo Juan Pinto Durán, inaugurado en 1961 como su centro de entrenamiento.

En 1962 la dirigió en la Copa Mundial disputada en Chile y su ayudante fue Luis Álamos. En el torneo el equipo obtuvo el tercer lugar, su mejor participación absoluta y con un 66,7 % de rendimiento. Luego del Mundial fue contratado por el club Benfica de Portugal en el cual disputó la Copa Intercontinental después de haber sido campeón de la Copa de Europa 1962 en donde pierde contra el Santos de Pelé. En 1963 el equipo ganó el torneo local y fue subcampeón de la Copa de Europa, ante el club Milan, que contaba con jugadores como Cesare Maldini, Giovanni Trapattoni y Gianni Rivera.

El 24 de octubre de 1963 dirigió la primera selección resto del mundo de la historia, por la celebración de los 100 años del fútbol. El partido fue jugado en el Estadio de Wembley ante la selección inglesa, próxima campeona del mundo, la cual ganó por 2-1. Por la internacional jugaron Alfredo Di Stéfano, Djalma Santos, Eusébio da Silva, Karl-Heinz Schnellinger, Lev Yashin, Luis Eyzaguirre, Paco Gento, Raymond Kopa, entre otros.[4]

Continuó en los clubes Boca Juniors de Argentina, Nacional de Uruguay, Monterrey de México, Universidad Católica, Universidad de Chile, Club Deportivo Palestino, Everton, Deportivo La Coruña de España, entre otros.

Jamás dejó la línea de cuatro y nunca usó un solo delantero. Jugaba sin trampa ni patadas. Concentraba tres días al plantel y cortaba a los juergueros. Prohibía dirigentes en el camarín y en la cancha. "El gran legado de Fernando Riera es cómo enfocaba la formación y la actividad con sentido profesional, de responsabilidad y dignidad. Los procedimientos para lograr objetivos. Jugar sin trampa, a ganar con buenas armas, respetar al rival, el sentido colectivo, el equipo. La defensa a brazo partido de los jugadores y entrenadores, de la actividad y del fútbol".

El párrafo es de Arturo Salah -uno de los discípulos más adelantados del "Tata"- y su corolario es simple: "Él protegía esta profesión. Era el respeto por el fútbol y la actividad. Su gran guerra fue contra las estructuras, por las mejores condiciones de trabajo".

Jorge Sullivan, ex dirigido por Riera en la UC, da cuenta de otros detalles. "Fue un innovador. En el equipo algunos eran taxistas o bancarios y él lo prohibió. Llegó de Benfica y exigió que nos dedicáramos sólo al fútbol. Incluso fijó las rentas. Así esto empezó a ser profesional. Antes era todo medio amateur", señala.

Sullivan e Ignacio Prieto -otros de sus exjugadores- coinciden en otro aspecto clave: su mano dura. "No aceptaba la indisciplina. Las concentraciones eran de tres días, porque algunos se portaban pésimo. A la primera indisciplina, para fuera. A varios los largó rapidito", apunta el hoy dirigente de la UC. Y agrega que "me tocó concentrar en Pascua y en Año Nuevo. A lo más, las 12 con la familia y a los 15 minutos había que partir", añade Prieto. "Y no le gustaba que los jugadores se casaran en meses de competencia. Había que avisarle cuando uno se iba a casar".

El estilo era otra cosa. Prieto gráfica. "Usaba el 4-2-4, que se transformaba en 4-3-3. Siempre con línea de cuatro atrás, nunca línea de tres, por los espacios. Jamás un solo delantero y menos un lateral-volante", dice.

Sullivan complementa. "Su estilo no estaba cerca de los roces, de los golpes. Con él nació el toque de la UC. Antes de que tomara el equipo era más de marca. A él le gustaba el fútbol bonito", aclara.

"A la pelota hay que hacerle cariño, no hay que maltratarla, decía", recuerda Prieto. "Una vez jugábamos contra Pelé y nos dijo: hay que marcarlo, pero no hay que patearlo. Las patadas no existían, sólo existía el buen fútbol", redondea Prieto.

Riera abordaba todo. "No había PF y él hacía los ejercicios", anota Sullivan. "Era un pedagogo, siempre dejaba enseñanza", apunta Salah. "Todos los miércoles nos obligaba a ir a la Escuela de Fútbol a traspasar conocimientos a los chicos", ejemplifica el DT de la UC campeona de 1984 y 1987.

¿Y los dirigentes? "No toleraba a un dirigente en la cancha ni en un camarín. Exigía cancha. La de Independencia era una mesa de billar. Se enojaba con los atletas que usaban la cancha para lanzar la bala, el disco o la jabalina", agrega Prieto.

Otro dato, tenía pocos jugadores extranjeros.

Sus discípulos más destacados son Arturo Salah y Manuel Pellegrini.[11]​ Con énfasis en la práctica de juego en la cancha en desmedro de la pizarra, su capital es la planificación de su equipo, sin la obsesión de otros técnicos por el rival. En determinados momentos ambos cayeron en el estilo que más críticas le costaron a Riera: la exacerbada posesión de la pelota (“si la tenemos nosotros, no la tienen ellos”), cuya razón de existir era no arriesgarla; de ese modo se abusaba del traslado, el toque lateral y hacia atrás. El fútbol de Riera, denominado “fulbito” o “baby fútbol”, con exceso de pases cortos y jugadores hábiles de pequeña estatura que evitaban el juego aéreo, le costó el despido de Universidad Católica, que contrató a un entrenador de las antípodas, el argentino José "Gallego" Pérez, campeón con Santiago Wanderers en 1958 y 1968, con un estilo explosivo, con pelotazos, con futbolistas de gran físico que fueron denominados “Panzers” porque arrasaban en la búsqueda del cabezazo.

A su doctrina futbolística Salah y Pellegrini unían su calidad de profesionales universitarios y primaba en ellos el raciocinio por sobre el temperamento. Salvo, naturalmente, las excepciones. En un clásico Colo Colo-Universidad de Chile de 1993, el árbitro Iván Guerrero hizo sonar débilmente el pitazo que ponía término al partido y puso más atención en ir a saludar al guardalíneas que corría frente a la tribuna Andes del Estadio Nacional, que de percatarse de que el azul Mariano Puyol proseguía con el balón y armaba una jugada de verdadero peligro. En ese instante Salah protagonizó una espectacular carrera de velocista y llegó hasta Guerrero para recriminarlo, justo cuando Colo-Colo se salvaba por poco de una caída de su valla. Otro antecedente del ardor de Salah está en sus difíciles comienzos en los albos y existe una fotografía donde es sacado del campo mientras forcejea con carabineros.

A su vez Manuel Pellegrini, cuya procesión va por dentro, desnudó su pasión cuando se le invitó para que fuera a la televisión después de un partido importante. “Si ganamos, voy; si empatamos, no sé; si perdemos, no voy”.

Otros Directores técnicos que seguidores de la escuela de Riera en el fútbol Chileno fueron Ignacio Prieto, Fernando Díaz, Fernando Carvallo, Jorge Pellicer, Luis Marcoleta, Nelson Cossio.[12]

El 2 de julio de 2016, en la esquina de las avenidas Campo de Deportes y Grecia, frente al Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, fue inaugurado un busto en su homenaje. La escultura en mármol travertino, fue tallada por el artista Óscar Plandiura y en su base se lee la frase «En la hora del triunfo disfruta con equilibrio sin olvidar que no siempre ganarás».[16]




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