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Festival de la Solidaridad Latinoamericana



El Festival de la Solidaridad Americana (luego recordado como Festival de la Solidaridad Latinoamericana), fue un festival de rock realizado en Buenos Aires el 16 de mayo de 1982, durante la guerra de las Malvinas, que reunió al menos unos 70 000 personas, con el fin de reclamar paz, fortalecer la solidaridad hispanoamericana y reunir vituallas para los soldados en el frente.

Fue realizado en la cancha de rugby y hockey sobre césped del Club Atlético Obras Sanitarias de la Nación Club Obras Santitarias, bajo el lema «mucho rock por algo de paz» y reunió a las principales figuras del llamado rock nacional argentino, como León Gieco, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Raúl Porchetto, Juan Carlos Baglietto, etc, entre otros.

El festival tuvo un gran impacto histórico y cultural, abriendo un período de masificación del rock argentino, luego de ser perseguido y sospechado durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional. El acontecimiento ha dado lugar a un fuerte debate sobre la significación de la participación de los músicos y el público en el Festival de la Solidaridad.

En Argentina, la presencia británica en las Islas Malvinas desde 1833 ha sido considerada un acto de agresión colonialista, por los más diversos sectores políticos y sociales de la sociedad, siendo una de las causas que, históricamente, más apoyo popular han generado.

Desde mediados de la década de 1960, se había desarrollado en la Argentina una corriente musical original denominada "rock nacional". Esta corriente había sido reprimida y sospechada, sobre todo a partir del golpe de estado que dio inicio a la dictadura cívico-militar establecida en 1976.

El 24 de marzo de 1976, había tomado el poder una dictadura cívico-militar que impuso un régimen basado en el terrorismo de Estado, que causó decenas de miles de desaparecidos y torturados, además del robo de cientos de niños a los que se les suprimió la identidad. La dictadura argentina, contaba con el apoyo activo de Estados Unidos (gobernado en ese momento por Ronald Reagan), tanto en las políticas económicas inspiradas en la Escuela de Chicago, como en la violación de derechos humanos, fomentada desde la Escuela de las Américas y coordinada mediante el Plan Cóndor.

En 1982, la dictadura venía sufriendo el acoso de una militancia política, sindical y social cada vez más masiva. En ese contexto, el 2 de abril, el gobierno cívico-militar, tomó la decisión de ocupar las Islas Malvinas. El hecho tuvo un enorme y complejo impacto en Argentina, de aristas contradictorias. Por un lado llevó a la Guerra de Malvinas (que se extendió hasta el 14 de junio), con su secuela de jóvenes muertos y mutilados, improvisación y derrota. Por otro lado desarticuló las alianzas y la ubicación cultural de Argentina en el mapa mundial, alejándola de Estados Unidos y Europa, y acercándola a Iberoamérica y los países del sur, a la vez de llevar al colapso de la dictadura y abrir el camino a la recuperación de la democracia.

En ese contexto, el "rock nacional" argentino, reprimido y sospechado, tendría una explosión de popularidad y difusión masiva por los medios de comunicación, en la que el Festival de la Solidaridad sería uno de los principales acontecimientos.

Una de las primeras medidas luego de la ocupación de las Malvinas, fue la prohibición dictatorial a los medios de difundir música en inglés. Eso tuvo consecuencias imprevistas porque -debido al dominio anglosajón del mercado musical-, las radios, se encontraron casi sin material para transmitir. Eso los llevó a difundir música en español, inhabitual antes de 1982, descubriendo que el rock nacional (y el llamado "folklore") tenía una gran capacidad y una enorme producción marginada de los circuitos comerciales y de los medios con mayor difusión.

La difusión masiva de música en español por los medios de comunicación, aumentó en pocos días la adhesión popular al rock nacional, sobre todo entre los jóvenes, y las discográficas y los artistas se vieron desbordados.[1]

El festival fue organizado por los principales productores del rock argentino: Daniel Grinbank, Pity Irrunigarro, Oscar López y Alberto Ohanian, entre otros. Se organizó para ser realizado en el Estadio Obras Sanitarias, que ya se perfilaba como "templo del rock", con una capacidad para 4.700 personas. Pero la demanda de entradas desbordó los cálculos iniciales, que dos días antes los organizadores decidieron realizar el recital en el campo de rugby y hockey sobre césped del Club Obras Sanitarias, anexo al estadio, que había sido ofrecido gratis por el club.

El 16 de mayo de 1982, día de lluvia, asistieron más de 60.000 jóvenes. La entrada era una prenda de abrigo, cigarrillos o alimentos no perecederos, para ser enviados a los soldados en las Islas.

El recital fue transmitido completo y en directo por un canal de televisión, el Canal 9 y dos radios de máxima audiencia, las FM de Radio del Plata y Radio Rivadavia.[1]

El recital duró cuatro horas y comenzó a las 17. Los picos más altos del festival fueron «Sólo le pido a Dios», un tema censurado que León Gieco había compuesto cuatro años antes cuando las dictaduras argentina y chilena casi llevan a ambos países a la guerra, que quedó como canción emblema de ese momento histórico, «Rasguña las piedras» de Sui Generis, cantado por Charly García y «Algo de paz», tema de Raúl Porchetto, también censurado.[3]​ Parte de la lista de canciones y los músicos que las interpretaron fue la siguiente:

También actuaron los siguientes músicos: Alejandro Medina, Juan Carlos Baglietto, Rubén Basoalto, Miguel Mateos Zas, Javier Martínez, Pasavento, Rinaldo Rafanelli, Ricardo Mollo y Alfredo Toth.[1]

Algunos músicos como Virus y Los Violadores, se negaron a participar del recital, porque consideraban que significaba apoyar a la dictadura y la guerra.[1]

Raúl Porchetto, una de las figuras destacadas del festival, que cantó el anteúltimo "Algo de paz", cuenta lo siguiente

A mí, antes de subir, un coronel con una 45 me dice, "che Raúl, hoy no es para cantar «Algo de paz», no sé si entendés o quieres que te haga entender". Yo subí con un miedo bárbaro, pero al final la terminé cantando, y esa imagen dio la vuelta al mundo, 60 mil tipos jóvenes cantando aquella canción. Por eso cuando alguien me dice que el Festival de la Solidaridad fue una colaboración, yo pienso, «la ignorancia es atrevida».[1]

Cuando nos propusieron hacer ese show, la idea principal era cobrar entrada, pero nos opusimos porque no queríamos que, con ese dinero, se comprara ni una sola bala.

Así fue que la entrada constó solo de frazadas, chocolates y otros insumos para los soldados.

León Gieco, más de una década después declaró:

Me llamaron para cantar «Sólo le pido a Dios», un tema que los colimbas cantaban en las Malvinas y solamente por eso fui. Pero me sentí muy mal, es el único recuerdo que tengo. No me acuerdo de los detalles ni de los otros músicos, ni de la gente que fue. Solamente me acuerdo de una sensación horrible y de los pibes de 18 años.

Por lo demás, siempre me importó un carajo el tema del nacionalismo planteado en estos términos o la preocupación por dos islitas de mierda perdidas en el mar. Lo único en lo que pensaba mientras cantaba «Sólo le pido a Dios», era en los pibes que estaban pasando hambre y frío sin posibilidades de hacer nada.

Cuando terminó la guerra y supe que la comida no les llegaba, que los torturaron por robar un poco de comida o que los chocolates que la gente donaba en Buenos Aires, aparecían en kioscos de Rosario confirmé todo lo que sospeché en ese momento.

Charly García enfocó el hecho del siguiente modo:

Julio Moura de Virus dijo lo siguiente:

Nosotros queríamos que se terminara la guerra, que no tenía sentido más allá de que creyéramos que las islas son argentinas. Mandar a los chicos allá y subirte a un escenario para especular, era horroroso... Lamentablemente, el momento no dio para decir todo esto, porque si decías algo, te daban un palazo en la cabeza.

Era todo muy confuso: uno también pensaba que a lo mejor los chicos podían zafar y sacarlos a la mierda a los ingleses, y tampoco éramos tan consciente como ahora de lo que pasaba.

Daniel Grinbank, uno de los organizadores dijo lo siguiente:



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