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Fibra artificial



Se llama fibra artificial o fibra semi-sintética a la fibra textil manufacturada a partir de materia prima natural, como la celulosa o proteína animal o vegetal. Las artificiales surgen como respuesta a la necesidad de obtener filamentos largos y resistentes para tejer materiales textiles de calidad. Se distinguen de las fibras sintéticas en que en estas la materia prima es producto de síntesis química.[1]​ Algunos autores utilizan «fibras químicas» para referirse a las fibras artificiales y a las sintéticas en conjunto, en contraposición a fibras naturales.[2]

Las primeras fibras artificiales trataban de imitar al gusano de seda que fabrica un filamento continuo, finísimo, elástico y resistente. El ingeniero francés Hilaire de Chardonnet fue el primero en obtener lo que llamó «seda artificial» o «seda Chardonnet» en 1884, y la presentó en la Exposición Universal de París de 1889.

Las fibras artificiales se clasifican en tres grupos de acuerdo con la materia prima de la que se obtienen: celulósicas, proteínicas y algínicas. El grupo de fibras celulósicas es el más importante de los tres.

Estas fibras reciben el nombre genérico de rayón, pues «seda artificial» ha caído en desuso.[3]​ También se conocen como «fibra de celulosa regenerada» o «fibra regenerada».[4]

Son derivados industriales de la celulosa, nitrato de celulosa o acetato de celulosa que mediante un proceso químico se convierten en nuevas fibras.[5]​ Las fibras de rayón se elaboran con la celulosa extraída de la pulpa. En primer lugar, se disuelve la celulosa en diversos productos químicos. El líquido resultante se bombea a través de conductos o agujeros, llamados «hileras», y se sumerge en otra disolución química, donde se solidifica en finas hebras. Varias de estas hebras se tuercen (hilan) juntas para producir la hilaza de rayón, con la cual se tejen las telas y prendas de ropa.

El método de producción más empleado es el de la «viscosa» o «viscosilla», en el que la celulosa se transforma en xantato de celulosa soluble que pasa, por extrusión, a través de hileras y precipita nuevamente a celulosa.

Las fibras celulósicas se cortan y se hilan como las fibras naturales. El tejido resultante resulta agradable. Las características más importantes son:

Son fibras artificiales celulósicas:

El nombre genérico de las fibras regeneradas de proteína es «azlon»,[8]​ independientemente de su origen (animal o vegetal); este vocablo es raramente usado en la bibliografía en español. Provienen de hilar masas de proteínas que se han diluido con diversos agentes químicos. Su uso es escaso aunque se esperaba que pudieran sustituir a la lana.

Se llaman «rayón alginato». La obtención de la fibra se basa en el alginato de sodio que es soluble en agua. Los textiles de rayón alginato no pueden lavarse a mano sino que deben utilizar un proceso de limpieza en seco.

En la industria textil se utilizan como trama para fabricar tejidos de fantasía: se tejen con otro material, como la lana, y se lavan, al disolverse el rayón alginato quedan tejidos con «calados».

Por ser un hilo extremadamente fino como la seda también se utiliza en cirugía para dar puntos de sutura que se disuelven.[14]



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