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Fisura anal



Una fisura anal es un desgarro en la mucosa del ano, por debajo de la línea dentada, la cual generalmente causa dolor intenso al defecar, sangrado y ardor. La mayoría de las fisuras anales ocurren en la línea media posterior del ano, mientras que entre 10% y 15% de los casos ocurren en la línea media anterior. Muy rara vez ocurre una fisura anal fuera de la línea media.[1]​ Muy frecuentemente se confunde con hemorroides, aunque la principal característica de la fisura anal es el dolor intenso que genera temor para evacuar. El paciente lo refiere como dolor rectal y manchado con sangre fresca del papel sanitario.

Existen diversas causas por las cuales se puede producir una fisura anal, las cuales podemos clasificar en internas y externas. Son causas internas aquellas producidas por un mal funcionamiento del organismo, como es el caso del estreñimiento y la diarrea, también debido a infecciones como tuberculosis, sífilis, y enfermedades inflamatorias como la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Son causas externas, aquellas que se dan cuando se provoca una ruptura de tejidos a causa de la introducción de objetos en el ano, o incluso a través de la práctica de sexo anal.

Al menos el 50% de las fisuras cicatrizan por sí mismas o con un tratamiento médico el cual debe de incluir medicamentos tópicos antiinflamatorios, analgésicos, ablandadores de la materia fecal y baños de asiento.

Una dieta rica en fibra, ejercicios e higiene adecuada contribuyen a una evolución positiva. Además estos tratamientos siempre se deben completar con otros que solucionen la isquemia o reducción de la circulación sanguínea en la zona afectada. Tratamientos como la nitroglicerina al 0,4%, actúan como un vasodilatador, relajando la zona y permitiendo a la fisura cicatrizar. Estos tratamientos evitan en gran medida el irreversible paso por cirugía.

En caso de no mostrar mejoría con el tratamiento médico entonces se realiza una nueva exploración para valorar el tratamiento con cirugía, la cual consiste en realizar un pequeño corte al esfínter anal para permitir que se relaje y cicatrice la fisura. Generalmente se realiza en quirófano con la ayuda de un anestesiólogo.

La recuperación y cicatrización completa ocurre en unas 3 a 4 semanas, sin embargo el dolor desaparece en unos días. Más del 90% de los pacientes que requieren de cirugía para este problema no vuelven a presentar fisuras.

El especialista indicado para el manejo de esta enfermedad es el coloproctólogo o especialista en coloproctología quien le indicará el tratamiento más adecuado y quien realizará una revisión completa para descartar otras enfermedades anorrectales que pueden confundirse con la fisura anal.

Otras enfermedades que pueden confundirse con la fisura anal son:



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