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Florencio II de Holanda



Florencio II llamado el Gordo, nacido en Vlaardingen hacia 1085 y muerto el 2 de marzo de 1122, fue conde de Holanda desde 1091 a 1122. Era hijo de Teodorico V, conde de Holanda, y de Otelindis de Sajonia.

Acabó con el conflicto con los obispos de Utrech que había mantenido su padre Teodorico V y que hay entender en el contexto de la querella de las Investiduras, una lucha de poder entre el papa y el emperador. En 1101, adquirió las tierras al borde del Rin.

Florencio II concluyó un tratado con el emperador Enrique V, quien quería arrebatar las islas zelandesas al conde de Flandes. Florencio a cambio del apoyo logístico que él le suministraría, debería adquirir estas islas que el emperador había prometido cederle.[1]​ Se ignora si esta guerra tuvo lugar y, por consiguiente, si las condiciones del tratado fueron cumplidas. Parece que Florencio poseyó estas islas en feudo del conde de Flandes, hijo y sucesor de Roberto el Frisón; conjetura fundada en que, algunos años más tarde, la historia nos representa a Florencio III, nieto de Florencio II, como vasallo del conde de Flandes.[2]

En 1112, Florencio tuvo una disputa particular con un noble frisón llamado Galama. Sucedió que estando de caza Florencio en el bosque de Kreil, le robó tres perros a Galama. Este juró vengarse si no se le eran devueltos. Algún tiempo después Galama se encontró con el conde en una cacería y le reclamó una indemnización por los canes; por toda respuesta Florencio le reprochó su insolencia y el noble frisón sacó la espada e hirió a Florencio en un brazo. Gamala fue abatido por la gente del conde y pagó con su vida haberse enfrentado a su señor. Florencio adquirió una bien ganada reputación de príncipe violento y avaro.[3]

Rodolfo, abad de San Truyn, describe de una manera tan singular como ingenua la avaricia del conde: "Fui forzado, para atraer al rico y gordo Florencio de Holanda a Utrech, a servirme de cordones de plata y emplear un martillo del mismo metal para ablandar la dura cabeza del obispo Burchardo". Conrado predecesor de Bruchardo había arrebatado una iglesia que pertenecía a la abadía de San Truyn. Florencio que era protector (advocatus) de esta iglesia se comprometió, a solicitud del abad, a arrancarla de las manos del usurpador; pero no lo hizo, y ello después de haber extorsionado con fuertes sumas al abad Bruchardo.[3]

Sea como fuera, la historia nos presenta a Florencio II como un gobernante muy superior a sus predecesores, por sus otras cualidades personales, a los que aventajaba en poderío y autoridad. Murió el 2 de marzo de 1122.[4]

Se casó hacia 1113 con Petronila de Lorena (1086 † 1144), hija de Teodorico II de Lorena, y de Edwige de Formbach. Gertrudis cambió su nombre por Petronila, derivado de Pedro, para mostrar su fidelidad a la Santa Sede. Petronila era cuñada del que luego fue emperador Lotario II.[5]

Florencio II fue el cuarto conde de Holanda que se alió con la casa de Sajonia. Se puede decir que estas dos dinastías eran enemigas de los emperadores y buscaban, por medio de los matrimonios, librarse más fácilmente del yugo de dependencia que pretendía imponerles estos soberanos.[5]

Florencio y Petronila tuvieron tres hijos y una hija:




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